miércoles, 9 de julio de 2008

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

En esta vida hay muchas clases de personas que se diferencian unas con otras de diversas formas como son la forma de comportarse, el trabajo que tienen, su clase social, y en particular su forma de vestir.

En la época hipi, los padres de los jóvenes del aquel entonces se quejaban de cómo iban vestidos sus hijos y después, al crecer éstos, se quejaron de los suyos. Esto se ha hecho un círculo vicioso en el que, al igual que todo, la moda cambia al cambiar de generación haciendo que esta solo sirva para los que han nacido en ella.

Nadie puede saber cual es la forma mas apta de vestirse, y mucho menos las personas que en un tiempo vestían de forma muy diferente a la de sus padres, por lo que el tipo de persona no tiene nada que ver con esto, sino con la forma de pensar de cada uno.

Esto demuestra que ninguno de nosotros puede ser juzgado en un principio por la apariencia y que los gustos de las personas son muy diversos ya que lo que le parece a uno bonito le puede parecer a otro feo; es decir, que para gustos están los colores. Pese a esto, hay algo claro por lo que se puede identificar a las personas; por su forma de pensar, o mejor explicado aun por su forma de comportarse.

Una persona se podrá vestir todo lo raro que una quiera, pero nadie se puede comportar durante mucho de tiempo de una forma en la que no este a gusto consigo mismo.

Los verdaderos grupos de personas no son aquellos que se guían por las marcas de ropa ni por la cantidad de pendientes que uno puede llevar en una sola oreja sino que los verdaderos grupos son aquellos que se llevan con todos los que piensan igual que ellos y con todos los que, aunque no piensen de la misma forma la aceptan y la respetan. Hay que saber que no todo el mundo piensa igual, y que no por ello unos tienen que pensar de manera más errónea que el resto, sino que al igual que los gustos, hay muchas formas de comportarse y de pensar, pero que a diferencia de estos, estas formas pueden ser juzgadas a la primera como buenas o malas.

Este artículo nos indica que, como dice su titulo, las apariencias engañan y que no por la corteza uno puede diferenciar entre la fruta pocha y una en buenas condiciones, sino que antes de juzgarla uno tiene que probarla.