miércoles, 25 de septiembre de 2013

Salud, dinero, amor y... tiempo.



Salud
Se pararon en plena calle, o mejor dicho, la calle se paró ante ellos mientras seguían caminando el uno hacia el otro.
Ya no eran los mismos de aquella vez pero se reconocieron nada mas verse.
Él ya no era musculoso y de buen aspecto, había cambiado su porte alto y erguido por un bastón y una espalda ligeramente encorvada.
Ella, ya no tenía la piel tersa y suave, aunque para él seguía siendo tan bella como la primera vez que la vio.
Siguieron avanzando el uno hacia el otro no sabiendo cómo comportarse.
Dinero
Él ya tenía nietos estudiando distintas carreras y un hijo con trabajo fijo en cuya casa ahora vivía por no vivir en soledad. Ella, bueno, no debía llevar mala vida juzgando a plena vista.
Aun recordaba lo que no funcionó de todo aquello y se dio cuenta de cómo ese problema ahora ya no existía en sus vidas, cuando uno es joven el futuro es incierto, y mucho mas en aquella época de pobreza que por suerte su hijo no llegó a experimentar. Él, sin trabajo ni medios para ganarse la vida, no habría tenido ninguna posibilidad de seguir con aquella relación más utópica que real. No había habido ningún problema entre ellos, simplemente no pudo ser.
Amor
Los recuerdos de aquella noche se iban haciendo aun más intensos a medida que la distancia entre ellos se acortaba, para él había sido su primer amor del que nunca se había olvidado, un baile, una mirada y una noche que ni en sus sueños había podido repetir.
En el trascurso de esa noche, ella le había importado más que cualquier otra persona que conociera de antes, pero todo lo habían tenido en su contra, y ahora se arrepentía de no haberlo intentado.
Tiempo
Ahora se planteaba qué hubiera sido de sus vidas si hubieran seguido juntos como los dos habían querido, él había sido feliz, había conocido a otra persona que en un futuro se había convertido en su mujer y con la que había tenido al hijo que ahora le mantenía, pero aun así, siempre se había preguntado qué hubiera pasado si aquella noche no se hubiera quedado en aquella noche, si en ese momento se hubiera dado cuenta de que todo aquello merecía la pena. La miró a los ojos ya a apenas unos metros de distancia y tristemente se dio cuenta de la realidad, ella había sido el amor de su vida y lo había dejado marchar como si de un lio de una noche se tratara.
Ya no quedaba nada de aquello que se pudiera recuperar, ya era demasiado tarde, no había tiempo, bajó la cabeza y sus pasos se cruzaron como si ese encuentro no hubiera tenido lugar.
Salud, dinero, amor y tiempo. Poco  a poco la calle fue recuperando su velocidad a medida que ambos se alejaban el uno del otro como si nada de aquello hubiera ocurrido, como si de dos desconocidos se tratase, como si ese baile, esa mirada y esa noche, nunca hubiera existido más que en sus sueños y sus deseos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

viernes, 13 de septiembre de 2013

Frases prestadas- frase 41

"La mayoría de las cosas tienen su orden y sentido.
La mayoría de las personas... no son cosas."
Anónimo

domingo, 1 de septiembre de 2013

Tierra de civiles



“Si no hubiera armas las guerras no serian posibles, si no hubiera guerras las armas no valdrían para nada y todas las inversiones hechas en ellas serian un gasto innecesario.”
R.L

Ningún país es capaz de mantener una guerra civil, no tiene los medios necesarios para ello. El recién autonombrado presidente de “Tierra de civiles” estaba ante un problema que le provocaría cambios en su futuro, no tenia medios para defenderse ante la guerrilla recién proclamada para echarle de su recién adjudicado puesto, tenia soldados, ya le siguieran por idolología política o simplemente por cumplir ordenes harían cuanto él pidiera sin ofrecer queja alguna, pero, a no ser que los mandara al frente a luchar contra sus hermanos con palos y piedras, aquella guerra no duraría más que unas semanas.
El presidente de “Tierra de civiles” estaba en esos momentos sentado ante su valiosa mesa de su confortable despacho pensando en cuál sería la forma de mantener su guerra contra la guerrilla que le estaba dando tantos problemas.
-¡RING! ¡RING! –Se incorporó para coger el teléfono y una sonrisa apareció en su cara nada mas descolgarlo, todos sus problemas se habían resuelto con una sola llamada, el presidente de “La unión de estados” estaba al otro lado ofreciéndole su ayuda armamentística.

Al otro lado de “Tierra de civiles” el capitán de la guerrilla se encontraba ante una situación parecida debatiéndose entre la rendición, y fin de la guerra, o el ataque masivo y totalmente suicida debido a su escasez de recursos. Estaba claro que no podían mantener durante mucho tiempo más aquella matanza, era hora de tirar las armas. Se levantó de las comodidades de su tienda de campaña justo en el momento en el que un mensajero le traía una carta con el sello de “La unión de estados”, la abrió y una sonrisa se le marcó en la cara, la ayuda había llegado, ya no había necesidad de un rendimiento, la guerra continuaba.