martes, 28 de enero de 2014

Presentación del año

Tras un mes de exámenes por fin vuelvo a pasear por estos blogs repletos de pensamientos y sensaciones que nos inundan en el día a día.
Tenia ganas de volver con vosotros para pasar otro año compartiendo y leyendo lo que cada uno quiere ofrecer en este pequeño mundo que hemos ido creando con letras, algo de tiempo y sobre todo, este amor por la escritura que nos caracteriza.
Cuelgo un pequeño escrito que no he podido evitar ir haciendo y corrigiendo entre descanso y descanso de asignaturas. "El Vendedor de opiniones"
Un abrazo compañeros, y vuelta a la realidad.

El vendedor de opiniones


Cuentan que siempre está ahí, en todas las esquinas de cada calle, de cada ciudad y cada pueblo.
Cuentan que solo aparece en circunstancias de necesidad, que se camufla entre la gente como un ciudadano más.
Cuentan que sus servicios salen caros, pero eso no es del todo cierto ya que depende de lo que le acabes pidiendo.
Tiene mil aspectos, pero uno determinado para cada persona para que sea fácil de reconocer.
Su nombre, el Vendedor de opiniones.
El dinero no le interesa, o por lo menos eso cuentan las historias, él te pide a cambio algo más valioso, sentimientos, ni buenos ni malos ni guapos ni feos, su opinión vale lo que vale, en eso no te preocupes ya que pide el precio que es justo por sus servicios.
Aparece cuando lo necesitas para ofrecerte su mercancía, no cuando tú quieres que lo haga.
Llega, opina y tú, casi sin darte cuenta, notas la ausencia del precio que se ha cobrado. El Vendedor de opiniones asegura los buenos resultados de su venta siempre y cuando tú la uses y no pases de ella una vez comprada.
Está en cada esquina de cada calle de cada ciudad y cada pueblo.
Su nombre…

jueves, 16 de enero de 2014

Ni puto caso


¡¡A la pereza ni puto caso!! Así, sin pelos en la lengua, con toda la intención de herir.
Si se te acerca para ser tu amiga, ni puto caso, el bullying más beneficioso y bondadoso de la historia. Que no te de pena, ella solo esta fingiendo ser buena, finge estar desprotegida, finge necesitar un poco de atención, pero lo cierto es que ella le gusta estar sola, no es buena.
Teje las redes más preciosas jamás vistas, pero como tales, también son pegajosas y no hacen más que atraparte en cuanto te acercas. Te ofrece las delicias más apetitosas a las que apenas puedes resistirte, pero no te engañes, esos dulces están envenenados y como el tabaco, te van a causar una adicción de la que cada vez va a ser más difícil quitarse.
Y es que a la pereza ni puto caso, este es el mejor consejo para el éxito que os pueden dar; simple, directo y para nada disparatado.
 A la pereza, ni puto caso.
Ojo, no la confundas con el descanso, él lo creas o no, es bueno y necesario. Suele ir acompañado de su amiga la relajación igual de importante, aunque más solitaria, muy pocas personas deciden conocerla por miedo a considerar su amistad una pérdida de tiempo.
Nuestra vida es muy corta para perderla haciendo caso a la pereza, si tienes oportunidad de hacer algo, por tonto e innecesario que parezca, hazlo, no te hará daño y no te arrepentirás del tiempo utilizado.
“A la pereza ni puto caso”, con todas y cada una de las palabras, no digo simplemente “ni caso” eso da lugar a un “a veces sí”. 

Oblígate a hacer algo, aunque en un principio no tengas ganas, al fin y al cabo, ¿Qué pierdes por probar?

martes, 7 de enero de 2014

El prototipo de la belleza


Gustos, hoy toca hablar de gustos, no del gusto que tiene una persona por otra de distinto sexo, no, me refiero más bien al prototipo de belleza, de la venustas de Vitrubio (uno de los muchos tratadistas aburridos que ha habido en este mundo a lo largo de los siglos)
Me refiero a aquello que hace que unas cosas sean bonitas y otras por el contrario sean consideradas callos malayos, aquellas normas no escritas que indican lo que es gustoso de ver y lo que no.
La arquitectura, que es el campo que quiero abarcar en este escrito, ha tenido muchas visiones con los años, desde  la belleza considerada como proporciones matemáticas y simetría encontradas en la naturaleza, hasta el estilo cubista que nos muestra varias perspectivas al mismo tiempo de una misma cosa.
Los cambios estilísticos en la arquitectura han sido numerosos y variados, al igual que el sentido del gusto, han pasado de unos a otros conforme la sociedad ha ido amoldándose a modas y formas de vida de la época. Pero mi pregunta aquí es… ¿Quién decidió qué estilos y formas de arquitectura estaban bien y cuáles por el contrario están mal? ¿Los clientes o los arquitectos?
En la escuela de arquitectura estamos un mínimo de cinco años formándonos, aprendiendo del pasado y de la actualidad para poder, con todos estos conocimientos, dictar qué es arquitectura buena y qué es en cambio basura arquitectónica;  pero lo cierto es que no tenemos en cuenta los gustos del resto de personas, aprendemos que el arquitecto siempre tiene la razón y nos tiramos de cabeza a una piscina de amor por el arte y gusto por lo que hacemos, manteniendo al margen la comodidad de los espacios y la funcionalidad del programa.
Creamos los espacios pensando que todo el mundo tiene la mentalidad de al menos esos 5 años de formación cuando lo cierto es que la opinión del resto de la población es la que cuenta, y a esta le da igual las formas extrañas siempre y cuando tengan o no una utilidad en su vida diaria.
¿Qué es la belleza?

Es aquello que te genera un sentimiento propio e intransferible, diferente para algunos, igual para muchos, pero siempre teniendo en cuenta la opinión de la mayoría, ya conozca del tema o no.