Este año un
profesor nos ha aconsejado ver la película del manantial y con ella nos ha
hecho una pregunta. ¿Creéis que el discurso que realiza el protagonista al
final puede ser llevado con la misma validez a la actualidad?
Aquí os dejo
ese pequeño fragmento al que se refiere y mi respuesta a tal interrogante.
La película el manantial nos
muestra la lucha entre la evolución y el lastre del pasado, y la importancia de
la opinión pública ante cualquier cosa.
La dificultad de cambiar las
cosas que son tratadas como lo normal, lo bello, lo que está bien frente a lo
que está considerado como mal.
En el discurso del final de la
película lo que hace el protagonista es resaltar la situación que viene
ocurriendo en todo momento, el “más vale malo conocido que bueno por conocer”
la falta de afán de superación que hace que, la arquitectura en este caso, se
quede estancada en los gustos clásicos sin arriesgar por los nuevos materiales,
las nuevas formas, la falta de adornos.
Habla sobre luchar contra corriente defendiendo tú forma de pensar
única, no dejarse llevar por las mayorías. Defender tus creencias.
Ante la pregunta de si este
discurso es o no válido en la actualidad me atrevería a contestar que no todo
es blanco o negro.
Hoy en día las nuevas
tecnologías nos han llevado a poder realizar cuanto queramos imaginar, poder
llevar al estado físico nuestros sueños y utopías, podemos luchar contra las
formas clásicas pudiendo trabajar con ángulos y curvas anteriormente imposibles
de proyectar, luchar contra la gravedad construyendo rascacielos , voladizos,
pilares y apoyos de dimensiones mínimas.
Tanto ha evolucionado la
construcción y el uso de los nuevos materiales que en mi opinión estamos
pecando de exceso de experimentación y
diferenciación más que de quedarnos parados en el pasado.
Al contrario que ocurre en la
película, ahora nos olvidamos de la arquitectura utilizada con anterioridad y
de la opinión del resto de personas, “no
arquitectas”, para tratar de destacar por cualquier medio. Las obras de los
considerados “grandes arquitectos” tienen que ser sobre todo novedosas, tienen
que ser raras, no ser entendidas. Tienen que destacar sobre cualquier otras
(que sea útil o rentable ha quedado en segundo plano).
Sí es cierto que tenemos que ser
fieles a nuestra forma de pensar (en especial los estudiantes quienes están más
forzados a opinar, en muchas ocasiones, como el profesor de turno para poder
acercarse al aprobado)
Si es cierto que tenemos que
buscar nuestra forma de expresarnos, buscar nuestra personalidad en la
arquitectura, como ya he dicho antes, no todo es blanco o negro.
La arquitectura tiene y no tiene
por qué ser novedosa, al fin y al cabo ahora lo único que nos impide hacer lo
que queramos son las leyes urbanísticas de cada lugar.
La arquitectura no tiene por qué
seguir las tendencias de nuestro tiempo, cada uno es libre de proyectar a su
gusto al igual que el cliente es libre de aceptar o no un proyecto. No podemos
dejar que nuestro ego se convierta en lo único importante, dejando de lado a
las personas que no entienden la arquitectura y solo quieren que les resolvamos
un problema de la mejor forma posible, la arquitectura es para los arquitectos,
las viviendas, museos, plazas, oficinas y demás tipologías funcionales son para
todo el mundo arquitecto o no.
Tenemos que disfrutar de lo que
hacemos, buscar nuestro yo y no el de los demás, tenemos a nuestra disposición
todas las técnicas para realizar cuanto queramos, pero no por ello estamos
obligados a usarlas todas.
Por mucha evolución que exista no podemos cerrarnos ninguna puerta, por mucha belleza que exista en el pasado no podemos quedarnos solo en eso, debemos recordar que no todo el mundo entiende lo que al menos cinco años de estudio han hecho que nosotros entendamos, no podemos imponer nuestra opinión ni forma de ver las cosas, pero tampoco dejarnos controlar por la opinión de otros, buscar un estado de equilibrio entre nuestro amor por la arquitectura y la realidad que estamos viviendo.