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sábado, 18 de agosto de 2018

Decisión



Cierro los ojos y ahí está,
se ve sencillo de primeras,
no saber cuánto tiempo durará pero el deseo siempre se muestra.

Lo que quiero está claro.
En esa oscuridad de mi pensamiento no existe nada más,
y todo da igual,
el futuro pasará pero el presente es sincero
todo es perecedero, hay que atreverse a saltar.

Las dudas vendrán y se irán,
los sueños sin cumplir se te clavarán en los pudieron haber sido pero no fueron.
Ir sobre seguro o saltar los muros sin saber qué hay detrás,
la eterna lucha de lo que quiero y lo que debo.

Abro los ojos y todo me invade,
las dudas, las críticas y demás cosas de las que todo el mundo cree que sabe.
Aquellos que decidieron seguir las normas del juego dejadme en paz,
solo yo sé en lo que creo, si es un error, dejadme errar,
intentar al menos tomar la oportunidad que sé que tengo.

Y es que es lo que quiero,
son mi vida y mis anhelos,
si soy capaz de dejarlo todo atrás es que lo vale,
dejadme luchar por ello.

Y quién sabe a dónde me llevará todo esto,
solo sé que es lo que debo por mucho que diga lo contrario mi cerebro,
esperar la oportunidad y lanzar las dudas al suelo,
vivir mi día a día, nunca olvidar,
cerrar los ojos y hacer lo que veo,
que es lo que quiero,
lo que importa al final.

jueves, 9 de marzo de 2017

Adios


Oriol y Dakota, dos personajes que me han acompañado desde hace ya un tiempo, unos nombres de los que me apropié sin pedir permiso y a los que les he cogido cariño como si de dos personas reales se trataran.

Oriol, un entrañable idiota, un sensiblero que antepone el amor a sí mismo, que sufre y aprende, un romántico sin cura…

Dakota, una rompecorazones, un recuerdo, una idea, independiente, soñadora…

Dos personajes de una etapa pasada, de unos pensamientos que han cambiado con el tiempo, símbolo de algo en lo que no creo, protagonistas de un cuento de hadas, de una personalidad que no existe.

Es hora de dejarlos marchar.

Gracias chicos, me ayudasteis mucho en su momento, ahora solo me queda deciros, hasta nunca.

jueves, 25 de febrero de 2016

Caminos separados

Fui un capullo y por eso jugué y perdí, son cosas que pasan, la vida es así, pero no por ello hace que sea más llevadero. Las experiencias están para aprender de ellas y tratar de no caer en las mismas zanjas.

Han pasado casi ya dos años, año y medio más bien y la verdad es que ahora mismo no me podría ir mejor. Viviendo en una ciudad donde el buen rollo es tangible, en tierras que me han ganado por completo. Estudiando con gusto lo que me gusta y en definitiva, viviendo.

Han pasado muchas cosas durante todo este tiempo, y sin embargo,  no logro olvidar. Soy feliz, y sin embargo, sigo teniendo una espinita clavada de tristeza.

Ahora mismo no cambiaría nada, que de vez en cuando me vengan añoranzas es comprensible, que me dé aun pena todo aquello es algo normal sabiendo lo que significó.

Sé que eso tenía que acabar, no creo que fuera la mejor forma para ello y sigo sonriendo con un gran número de buenos recuerdos que supera los malos, pero eso tenía que tener un fin.

Nunca olvidaré, eso es lo único que me queda de aquel tiempo, y seguiré sonriendo sin volver a saber más de ese mundo.

Soy feliz, reconozco mis errores, jugué y con ello aprendí, seguiré enfadado y el odio seguirá ahí, pero tampoco desparecerá la tristeza de tenerlo y todo lo bueno que salió del tema.

Espero que esté donde esté le vaya bien, yo estoy en paz conmigo mismo, y pese a que a veces deseo volver al pasado, bajo ningún concepto quiero tenerlo en mi presente.

Todo fue real, de eso sigo estando seguro, pero los caminos se separaron en direcciones opuestas sin intención de volverse a encontrar, sin intención de volver a contar los días.


domingo, 2 de agosto de 2015

Receptora de Haiku

“NUNCA SABEMOS QUÉ NOS DEPARARÁ EL TIEMPO,
AUN ASÍ SIEMPRE TENEMOS ESPERANZAS DE SOÑAR CON
UN FUTURO DEL QUE SENTIRNOS ORGULLOSOS.”














Y pasados dos años y pico ese futuro llegó y solo puedo hablar de un pasado recordado con alegría y entristecerme por el ahora presente que apareció inevitablemente destruyendo cuanto se había construido.

Los lugares, las fechas, hasta ciertas palabras me llevan a aquellos buenos momentos que al cabo de un tiempo dejaron de tener importancia. Recuerdo y me siento feliz, ya no hay sentimiento de dolor, la aceptación cubrió un tupido velo sobre él dejando solo el orgullo de haber vivido lo vivido y la tristeza de haberlo dejado marchar de aquella forma.

Ahora me doy cuenta de que tuvo un final desde el primer momento, pero no el que se merecía aquella historia.

Buenos recuerdos, muy buenos recuerdos que en ocasiones se echan de menos, pequeños gestos que sin querer me hacen sonreír en la actualidad.

Asumo la responsabilidad de mis actos y con ello quedo en paz conmigo mismo, de mis errores aprendo, me encantaría solucionarlo, decir cuán responsable soy de todo, decir cuánto siento un presente que no podía ser peor.

He rehecho mi vida, soy feliz aun con la espina clavada de algo inacabado, o mejor dicho mal acabado, soy feliz de haber vivido lo vivido, no me avergüenzo de mi pasado sino que lo recuerdo con cariño, algo que agradecer.

Mis sentimientos quedaron atrás pero no puedo negar que lo que perdí en ese momento fue algo muy importante y como tal, debí dejarlo volar en libertad y aceptar que este “no Haiku”,  por mucho que me entristezca, es el último que escribo.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Últimas palabras


Me siento con suerte.

No puedo decir que sea optimista, que sea feliz o que vea la vida de colores vivos y radiantes.

No puedo decir que me vaya bien, ni que tenga suerte.

Simplemente, me siento con suerte.

Estoy orgulloso de lo que tengo y lo que he tenido, la confianza en mí mismo no es algo que abunde normalmente, pero estoy orgulloso de como soy.

Conozco mis fallos más que ningún otro, puede incluso que me ponga más fallos de los que tengo. Conozco esas características de mi mismo que nunca cambiaria.

Soy feliz de haber tenido lo que he tenido, de haber experimentado lo que he experimentado, de ser una mezcla entre lo que fui y lo que seré.

Estoy conforme con mi vida, me siento alguien feliz por todas las personas que han pasado por ella, no rechazo el pasado. Sé que los finales en algún momento tienen que llegar y lo único importante, es no arrepentirse de nada tras ellos.

De las malas situaciones solo tienes que sacar los buenos recuerdos, las personas que fueron cuando estaban cerca, lo que aprendiste de ellos, la felicidad que sentías a su lado. Por malo que fuera el resultado, siempre tendré que agradecerles esos momentos que, si fueron buenos, merecieron la pena.

Estoy orgulloso de estos últimos años, años que recuerdo con cariño y de los que guardo momentos inolvidables.

Si, es cierto que el tiempo lo cura todo dejando lo bueno y borrando lo malo.

Todo lo ocurrido hasta el momento me ha llevado a lo que soy ahora.

No me arrepiento de nada, he hecho todo lo necesario porque mis fracasos no llagaran a fracaso. Por intentar solucionar las cosas fuera cual fuera el problema.

Si algo quieres lo intentas e intentas hasta agotar todas las opciones de conseguirlo.

Puedo decir con la cabeza bien alta que no me arrepiento de nada, y que si es mi hora de marchar, lo haré orgulloso de lo que he tenido.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Siempre sabré

Muchas cosas me gustaría decirte,
no siempre fuimos infelices,
creía que éramos perfectos,
que nada nos podía hacer cambiar,
no conocí la alegría hasta tenerte cerca,
nunca conocí el verdadero dolor hasta conocerte.
El amor, solo un mito que de repente llamo a mi casa,
encontrándomelo de frente.

Todo parecía mentira, no podía tener tanta suerte,
alguien como tú y un yo totalmente verde.
Ahora me doy cuenta de todos mis fallos,
cosas de las que me arrepiento,
comportamientos totalmente necios.
Pero solo recuerdo los momentos buenos,
una sonrisa y una lágrima ya son mí día a día.
Éramos otros distintos a los que actualmente
ya ni se hablan ni se merecen.

Ojala pudiéramos volver a ese diciembre,
en el que tan solo quería volver a verte,
pero el tiempo solo mira hacia el frente,
yo, un gilipollas que aun te quiere,
tu, vete a saber, indiferente.

Pese a lo malo hubo cosas muy buenas, demasiado corrientes,
todo lo que en su momento te dije no podía haber sido más en serio,
y precisamente por eso no puedo dejar de verlo,
pese a que ese futuro no va a poder serlo,
todo lo bueno, esos recuerdos,
los únicos para mi, para ti qué se yo, los de menos,
son los que me duelen, sabiendo el final,
no malo sino peor que mal,
que simplemente tuvimos así, sin más.

Han pasado meses y años pasaran,
para ti un fracaso más,
para mí la única oportunidad,
que siempre quise y ahora ya,
solo me queda esperar a que el tiempo pase, sane y se me olvide lo que fue amar,
para cuando me lo vuelva a encontrar,
piense en éste como algo pasajero algo que no fue, solo será.
Pero yo sé de mis sentimientos, de la única verdad,
que amores verdaderos habrá muchos más,
 porque si no, el mío ya murió.
Y aunque en el futuro lo recuerde como algo borroso,

siempre sabré que lo que sentí fue verdadero.


miércoles, 26 de noviembre de 2014

Media naranja; solo media.

Aun recuerdo aquella noche en que nos presentaron,
Su sonrisa en nuestro primer reencuentro,
Su beso en la estación nada más vernos en el segundo.
El paseo por la playa.

Recuerdo la tortilla de patatas para comer un día que no había comida,
El bocadillo de atún,
La bolsa de patatas envuelta para evitar mancharnos.

Aun recuerdo las noches a su lado,
El llevarle  los churros de desayuno a su casa,
Las matadas caminando tanto en su ciudad como en la mía,
La lluvia que casualmente siempre nos caía encima.

Recuerdo las largas tardes que se hacían cortas hablando de nada.
Recuerdo estar con ella hasta quedarme dormido a kilómetros de distancia el uno del otro.
Recuerdo el primer te quiero, las primeras noches, la primera mañana bañándonos en el lago.

Recuerdo conocer a su familia y estar orgulloso de ello,
Presentarle a la mía y ser totalmente feliz.

Recuerdo una noche escuchando jazz en un bar,
Unas navidades mirando pájaros de colores sentados en un banco,
Una tarde en la esquina oscura de un local tomando algo,
Una tarde de siesta sobre la hierba.

Recuerdo verla dibujar un animalillo en un cuaderno,
Pasar días enteros ella y yo solos,
Un día visitando una ciudad,
Un día de piscina,
Quedárseme dormida en mi hombro en un viaje en tren.

Recuerdo una noche en una terraza hablando del futuro,
Nuestras despedidas en el banco de enfrente de su casa.

Recuerdo oírla decir que no había nada de qué preocuparse,
Que fuera lo que fuera lo pasaríamos juntos,
Que estábamos mejor que nunca
Que en apenas un mes nos volveríamos a ver y todo seguiría como en ese momento.

Recuerdo todo lo que sentía por ella, cada vez que la miraba, cada vez que entraba en mis pensamientos, su sonrisa, su calor.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Sobre la misma línea muy fina


Amor quería a odio, mientras que odio le detestaba y nunca le dejaba cruzar aquella fina línea que les separaba.

Odio trabajaba bien adentro, una vez se proponía algo no lo soltaba hasta que fuera solo suyo, pero querer siempre se metía de por medio, siempre siguiéndole a todos lados.

Cada uno trabajaba a su lado de la línea, nunca se juntaban ni intentaban invadir el lado contrario, al fin al cabo, sin amor no habría odio, y sin odio… bueno, amor quería demasiado a odio como para hacerle algo así.

Cada uno tenía sus motivos de existencia, sus razones para vivir, pero nunca era suficiente.

Amor quiso tanto que el dolor se hacía insoportable y odio ya era insoportable de por sí y a más, peor.

La línea no se movía hacia un lado ni hacia otro y ninguno de los dos bandos ganaba, odio lo comprendió.

El amor duele pero solo hay algo que duele más. Poco a poco odio se fue juntando con amor hasta quedar los dos encima de la línea, juntos. El amor, estúpido, no se dio cuenta, ¿Es posible querer y odiar como nunca a la misma persona?

Odio y amor trabajaron en ese momento al mismo tiempo, odio con una sonrisa en la cara, amor sin darse cuenta del daño que estaba haciendo.


domingo, 9 de noviembre de 2014

Dolor


Incomprensión.

Eso es lo que mata, no el final, sino el no saber qué ocurrió, no saber qué falló, no saber por qué cambió, por qué fue capaz de lo que fue capaz.

Incomprensión al no entender como una persona puede cambiar y convertirse en otra muy distinta.

Incomprensión de como alguien puede librarse con tanta facilidad de algo tan importante, de alguien importante.

Incomprensión de ver como no le importa lo ocurrido, como no se arrepiente de nada, como busca cualquier escusa o como simplemente no afronta el problema y desaparece de su vida, vida compartida hasta el momento.

Incomprensión de ver lo fácil que le ha resultado pasar página, lo fácil que le ha resultado joderlo todo, lo fácil que le ha resultado coger las maletas y largarse sin decir adiós.

Incomprensión de ver que no hubo fallo, de la cumbre al subsuelo por tomar una decisión muy a sabiendas de la traición que eso significaba.

¿Fue todo verdad? ¿Fue mentira? ¿Un sueño acabado en pesadilla?

Desapareció habiendo destrozado una vida sin mirar atrás, sin preocuparle los restos, sin molestarse en solucionarlo, simplemente desapareció y “ojos que no ven…”

¿Si quieres realmente a alguien eres capaz de hacerla sufrir hasta el extremo y no darle importancia a los hechos?

lunes, 27 de octubre de 2014

La creencia del querer

Era todo perfecto hasta que de repente dejó de serlo, sin previo aviso, sin razón alguna, simplemente terminó y no volvieron a saber más el uno del otro.
A veces hay que pasar por situaciones malas para darse cuenta de que lo verdadero aun está por llegar. 

martes, 7 de octubre de 2014

Reencuentro


  Habían pasado cosa de seis años y allí estaban, uno enfrente del otro como si de un capricho del destino se tratara.

Dacota seguía tal cual la recordaba, con unos años encima que le daban un aire adulto que él no había conocido, pero eso no hacía más que mejorar su presencia.

Se miraron sin atreverse a acortar la distancia entre ellos, parados en mitad de la calle en la misma postura en que se habían encontrado, totalmente petrificados a apenas unos metros.

Oriol dio unos pasos hacia ella, lentamente,  como si tuviera miedo a espantarla al mínimo movimiento brusco.

Todos los sentimientos enterrados de una época pasada afloraron de nuevo con un miedo incoherente al rechazo. Por ella había vivido, amado y sufrido como nunca hasta el momento, había tardado muchísimo tiempo en recomponerse de aquello y sin embargo, ahí la volvía a tener.

Dacota sonrió, él hizo lo mismo.

Acercó la mano acariciándole la cara tapada por una barba desconocida, Oriol cerró los ojos disfrutando de cada momento.

La invitó a un café para ponerse al día, ella aceptó.

Su conversación se limitó en un principio, a describir sus vidas actuales.

Ella ya por fin médico en un hospital, él cumplió su sueño de sacarse unas oposiciones que nada tenían que ver con su carrera.

Disfrutaron de cada gesto echado de menos del otro. Esas pequeñas cosas totalmente invisibles para el resto salvo para ellos.

Nada había cambiado y sin embargo nada era igual, los años, los trabajos, las vidas tan distintas a las que tenían entonces…

Pasaron horas en compañía recordando aquellos tiempos en los que eran otros, riéndose y llorando de cada cosa, resumiendo aquellos seis años en una sola tarde.

Ella miró el reloj y él pagó la cuenta.

Salieron del bar y tras un fuerte abrazo, se separaron no sin antes prometerse el volverse a ver pese a que los dos sabían que no iba a ser así.

Ella volvió a casa con su novio de aquel momento, él volvió a su apartamento en el que le esperaba la vida a la que ya estaba acostumbrado.

La herida ya estaba cerrada, los dos eran felices con lo que tenían, pero aquella tarde soñaron con seis años muy distintos a la realidad.

Con un futuro ya presente en el que los dos seguian juntos.


domingo, 5 de octubre de 2014

A primera vista.


Se quitó los pantalones quedándose en ropa interior. Era de noche pero aun así quería sentir el agua de mar en su piel. Él la siguió, no se conocían apenas pero sentía que por ella hubiera hecho  cualquier cosa.

jueves, 2 de octubre de 2014

Seguir adelante



La había querido más que a nada, la foto que tenía en la mano lo demostraba.

Ya casi no podía reconocer a las dos personas de aquella imagen, dos personas jóvenes y alegres.

Alegres no, felices.

Dos personas con las cabezas juntas, abrazadas, mirando a la cámara como si no hubiera ninguna preocupación en un mundo lleno de ellas.

Recordó lo muy feliz que había sido con ella, parecía increíble que aquello se hubiera acabado y todo por qué.

Bueno, la verdad es que no lo tenía muy claro, simplemente ella había cambiado, los dos habían cambiado.

Lo que había sido el centro de su vida había pasado a un segundo plano sin razón alguna. Lo que había sido lo mejor que le había pasado hasta el momento, ahora se había convertido en un dolor como nunca había sentido del que no lograba despegarse.

Apartó la mirada de aquel momento inmortalizado justo en el instante en el que le caía una lágrima de la mejilla, la seguía queriendo, de eso no había duda, seguía pensando en el futuro que pudo ser y no fue.

Acercó la llama de la vela y vio como aquellos dos rostros, que parecían estar viviendo un sueño, se iban ennegreciendo poco a poco y se iban convirtiendo en humo.

El pasado no podía rechazarlo, no quería hacerlo, no se arrepentía de nada más que del final que había tenido, pero era momento de dar un paso adelante.

El pasado era eso, pasado, algo que ya no tenía hueco en el presente y,  a desgracia de él, mucho menos en el futuro, había perdido aquel tren, tal vez el único en aquella vía, eso no lo sabía, pero sí, que iba a que seguir adelante aunque fuera caminando.

Se deshizo de las maletas llevadas hasta el momento, esas maletas hechas entre dos que ahora ya no servían de nada y solo pesaban.

Se levantó y pegó un paso adelante viendo que aun podía caminar, que aun se tenía a sí mismo.

Sonrió.

Aquella foto demostraba que una vez fueron otros, pero ahora no, era tiempo de seguir adelante.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Cuando interesa


¿En qué pensar cuando te das cuenta de que lo único que hace el querer, es daño?

El querer pasa a ser un problema, duele estar con ella, sabes que el amor puede ser correspondido hasta cierto punto, pero también sabes que ese punto no debería existir.

El punto de estar una larga temporada sin verse, el punto de estar hasta en otro país distinto, el punto de estar rodeado de posibles pretendientes las 24 horas del día.

El punto de darse cuenta de que cuando te atas a una persona haces eso, atarte. Es ese mismo momento en el que decides estar con ella y solo ella cuando rechazas otras posibilidades que directamente no necesitas, posibilidades que en la distancia pueden ser atrayentes, pero para nada escusa para echar todo por la borda.

Si quieres a alguien le quieres los 365 días al año, no solo aquellos en los que le necesitas dejándolo de lado en los que no.

Los noviazgos de solo invierno no existen, y si lo hacen no tienen ningún futuro ya que el amor trabaja las 24 horas al día incluyendo festivos, no solo cuando nos interesa que trabaje.

¿Si quieres realmente a alguien eres capaz de hacerle daño de verdad? ¿Eres capaz de esconderle algo durante semanas como si no hubiera pasado nada? ¿Eres capaz de olvidarte de él, de hacer como si no existiera en los momentos que no le necesitas? ¿Eres capaz de odiarle por estar allí cuando no quieres que este? ¿Eres tan falso como para echarle en cara su presencia cuando realmente no haces más que evitarla por estar más cómodo allá donde estés con quien estés? ¿Eres capaz de echar todo por la borda por un momento de libertad?

Muchas relaciones viven estas circunstancias aquí descritas, dos personas, que no dudo el amor que sienten el uno al otro, pero que sin embargo no están preparadas para estar juntas, para comprometerse, para estar con una sola persona el resto de su vida.

Y eso les hace daño. Y se vuelve peor cuando solo es uno de ellos  el que no está preparado.
Largas temporadas son felices, en invierno de hecho imagino que se hará fácil, el trabajo no deja mucho tiempo para la fiesta y el vicio (y todos sabemos que estas dos cosas no se disfrutan tanto cuando se está con pareja) pero eso no importa si la persona con la que estas es la que quieres, no necesitas a nadie más, no necesitas otras experiencias, no necesitas dejarla de lado para pasártelo bien.

¿En qué pensar cuando te das cuenta de que lo único que hace el querer, es daño?

¿Cuándo lo único que te une a ella es el querer aunque eso mismo implique tu autodestrucción?

¿Cuándo sabes que ese mismo amor es solo correspondido a veces?

sábado, 13 de septiembre de 2014

Grave error

Podíamos haber sido perfectos,
pero nos conformamos con las sobras,
la vida es demasiado corta para perdernos,
y nosotros demasiado idiotas.

Éramos esos dos cabezotas,
 que con problemas sin importancia, realmente,
debido a la distancia no a nuestras cosas,
pensábamos en todo lo malo, no en nuestra suerte.

El conocernos no había estado en mente,
por no hablar de acabar enamorados,
un amor que nada más verte
pensé en toda una vida, siempre enlazados.

El tiempo pasa y nosotros humanos,
idiotas ya he dicho, sin hacer ningún esfuerzo,
pasamos del amor y malhumorados,
echamos al traste todo el afecto.

Se convirtió en fracaso algo perfecto,
pero nos conformamos con las sobras,
la vida es demasiado corta para perdernos,

y nosotros demasiado idiotas.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Momentos de locura


Si el amor fuera motivo de perdida yo me agarro a la locura.

Porque en ella sé que puedo resguardarme cuando todo va mal.

No sentir dolor y sonreír ante las situaciones que vengan en adelante.

No echar de menos a nadie y solo preocuparme por mí.

Pegar saltos de alegría con cada cosa.

Dormir tranquilo por las noches.

Si el amor fuera irracional yo lo soy aun más sin sentido alguno.

No hacer caso a los sentimientos extraños y tener una euforia descontrolada.

Chocarme contra las paredes acolchadas de mi cabeza como método de desahogo, sin hacerme daño, cayendo y volviéndome a levantar sin esfuerzo.

Abrazar mi camisa de fuerza como si de mi amada se tratara, alguien que nunca me soltara, que me acompañara en todo momento.

Si el amor fuera motivo de dolor, la locura seria una salvación ante todo pronóstico.

Vivir el día a día como si no hubiera más que presente, el pasado no existiera y el futuro no fuera más que una palabra inventada.

Me darían pastillas para olvidar y para no sentir, no necesitaría entretenimiento continuo para no pensar.

Si el amor no fuera un bien tan preciado no costaría tanto perderlo, y la locura, no sería tan deseada en esos momentos.

jueves, 11 de septiembre de 2014

A veces


     A veces las mejores historias se escriben en los peores momentos.

En los deseos de que algo cambie, en la fuerza de voluntad, en los sueños calmados que te separan de esa realidad muy distinta.

A veces las historias de paz se crean durante la guerra, en la visión de una paloma blanca símbolo de tregua y fin del horror.

A veces las historias de amor se escriben en el desamor, en el deseo de que algo hubiera sido distinto, que el camino recorrido hubiera sido otro. En esas canciones que te invitan a llorar.

A veces las mejores historias se escriben en la realidad, como visión de que todo puede cambiar, que la esperanza es lo último que se pierde.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Ausencia


      Asumir que ya no está, que no forma parte de tu vida. 

     Como si de una extremidad arrancada del cuerpo se tratara aun la sientes, crees que puedes seguir dependiendo de ella, pero en realidad es todo mental, nada físico.

En el interior vacío, recurres a ella y te das cuenta que no lo haces, ya no forma parte de tu día a día, aunque antes lo fue todo.

No te haces a la idea de la situación, te olvidas y cuando vuelves, la realidad te da en portazo en toda la cara haciéndote ver que ya no está.

Te sientes solo, por muy acompañado que estés en tu interior te sientes solo y no quieres sentir otra cosa, tienes miedo a volver a ser feliz y ya no haya marcha atrás.

Ausencia de algo bueno, maravilloso, que dejamos que se tornara en otra cosa, no asumes lo ocurrido y solo piensas en lo bien que estabas antes y lo mal que estas ahora.

Ausencia del corazón y el estomago, que dejan rastros de preocupación y amor por ella.

La vida es un viaje de caminos tomados y te preguntas si en realidad, por muy mal que estuvieran las cosas antes, haber tomado direcciones distintas mereció la pena.


martes, 9 de septiembre de 2014

Echarse a un lado


Quiero volver a verte sonreír. Esa sonrisa que me contagiabas, esa mirada con la que me calentabas en los peores momentos.

Yo no importo si no es así, sobro, no soy nadie.

Te quiero y por ello se que te hago daño estando a mi lado, no quiero irme pero no es momento de ser egoísta, ya no tengo utilidad, hago más mal que bien.

Quiero volver a aquellos momentos de felicidad, pero hay veces que con querer no basta.

Haría cualquier cosa porque volviéramos a ser los mismos, dejar de nuevo de ser extraños a ser uno solo.

Mis sentimientos, los del primer día, mejorados con el tiempo pasado juntos, por desgracia el dolor también se ha multiplicado hasta el extremo de no querer que lo sientas.

Seriamos almas gemelas, pero no siempre uno mantiene lo que tiene. Solo siento acabar así, en tu cabeza como alguien que no soy, alguien muy distinto a aquella persona de la que te enamoraste.

Mi cuerpo dice que lo intente, pero esa ausencia que se muestra en tu rostro me indica que si realmente te quiero, por mucho que quiera estar contigo,  por mucho que me duela y sepa que estoy cometiendo el error más grande de mi vida, te tengo que dejar marchar.

Ya no podre volver a verte sonreír, pero sé que lo acabaras haciendo y que yo, al menos, no seré quien te arrebate esa sonrisa de la cara.


Simplemente es hora de echarse un lado.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Cartas desde la lejanía



Querida Dacota,

Podría habernos separado la distancia que la guerra nos puso de por medio, me llamaron a filas y tuve que acudir, no por la ideología o patriotismo, sino porque si no me alistaba a este juego de poderosos, unos barrotes se pondrían de por medio de todos modos.

Podría habernos separado esos meses sin hablar, esos momentos en los que ni tan siquiera sabias si seguía vivo.

Podría habernos separado esos celos que acudían a mí cada vez que pensaba que pasabas las tardes con otros soldados dando paseos por esa ciudad que tanto añoro.

Podría habernos separado el hecho de no querer sentir en la boca de mi estomago esa añoranza y deseo de estar a tu lado.

El pensar que ahora otros formaban parte de tu vida cuando yo no soy más que unas letras manchando este papel.
El no tener tan siquiera claro si existe un futuro juntos.

Podría habernos separado muchas cosas pero todas ellas no serian más que escusas por miedo a decir que ya no nos queda amor. Por miedo a decir que ya no te quería lo suficiente como para soportar todo eso, por miedo a decir que lo nuestro no merecía la pena.

La pena es que no nos separe ninguna escusa, eso haría más fácil este momento.

La pena es que la guerra no nos haya puesto solo distancia de por medio.

La pena es poder confirmarte que en apenas unas horas ya no seguiré vivo.

Sueño con que volvamos a vernos, pero sé que es mejor que sigas con tu vida, pases página y en algún momento vuelvas a ser feliz.

Siento no haber vuelto como te prometí, pero la vida me tenia destinado otros planes.
Siempre tuyo, no lo dudes nunca.

Un soldado enamorado.