miércoles, 1 de mayo de 2024

Diarios de Ubi Sunt (05-1-24)

Fonda de la Veracruz (Salamanca)

Sentir orgullo de algo que no ha dependido nunca de ti es de ser gilipollas.

Sentir orgullo de haber nacido de un color de piel determinado. De un sexo. De un lugar,  una cultura, un determinado idioma…

Podrás sentirte con suerte de tener todas esas cosas, pero en ningún momento puedes sentirte orgulloso de algo que no has logrado por tus propios méritos.

El orgullo a día de hoy se ha retorcido y utilizado como herramienta para el control de masas. Como pegamento que une multitudes que prefieren que se lo den todo pensado para formar parte de algo.

Sin necesidad de ningún esfuerzo.

Solo siendo.

U.S

lunes, 29 de abril de 2024

Consejo no pedido.


Si queréis un consejo no pedido solo puedo decir que leáis 1984 de George Orwell.

No que lo conozcáis. No que oigáis hablar de él. No que leáis una pocas páginas, veáis un vídeo o sepáis un resumen de lo que va.

No.

Leed 1984. Desde la primera página hasta la última. Leedlo bajo un prisma ajeno de ideologías y religiones. Leedlo y meditadlo tal y como es, asumiendo la ficción y entendiendo sus similitudes con la realidad.

Podría dar muchos otros consejos y aconsejar muchos otros libros, podría dar mi opinión y, como otros muchos, deciros cómo debéis pensar, cuál es el bien y cuál es el mal establecido.

Pero no. Prefiero que las conclusiones las saquéis vosotros mismos. Repito. Vosotros mismos, no vuestro partido, colectivo o religión.

No todo el mundo tiene que pensar igual. De hecho me preocuparía que así fuera.

Viviremos en sociedad pero no dejamos de ser individuos.

Por favor.

Leed 1984 al menos, y luego si queréis seguid leyendo.

viernes, 26 de abril de 2024

Diarios de Ubi Sunt (26-04-24)

 

Tentenecio (Salamanca)


    La violencia engendra más violencia, eso es una verdad irrebatible.

El hecho de decidir actuar en base al menor de los males no le quita ni responsabilidad ni culpabilidad al que decide hacerlo.

A veces el no participar es lo correcto y más difícil. El mal es el mal. Escudarse en el bien común solo lo hacen los cobardes, los hipócritas y los tiranos.

Los idiotas quedan fuera de esta ecuación ya que los que deciden serlo solo es para negar una de las otras tres realidades.

U.S

jueves, 28 de marzo de 2024

Frases prestadas - frase 51

 “Toda creencia no basada en la ciencia, en torno a la que se agrupan una serie de personas con una fe ciega, se llama religión. Haya dios o no en la ecuación.”

R.L

domingo, 11 de febrero de 2024

Es cultura

Iglesia de San Martin de Tours (Salamanca)

          La palabra cultura se ha convertido a día de hoy en el comodín para defender cualquier cosa. Ha pasado a ser una palabra con un poder propio inmenso. Una palabra con un significado variable e incoherente que cierra cualquier discusión.

Seamos sinceros. La cultura tiene todo el valor que los interesados le quieran dar. Interesados que por otra parte tienen motivos económicos o ideológicos a sus espaldas. Pero en realidad no vale nada.

Ni los idiomas, ni las costumbres, ni el cine, ni el arte… valen nada. Son herramientas de expresión y como tal tienen un uso que, si se pierde por el motivo que sea, pasan a convertirse en un arma. Pasan a ser un medio para hacer daño a personas pertenecientes a determinados colectivos, regiones, naciones… pasan a ser panfletos de ideologías y control de masas alienadas que creen tener pensamientos propios.

Si la llamada cultura es usada de tal manera no debería de existir.

-¡Pero es cultura! –dirán.

-Perdón. Es cierto. Entonces no hay más de qué hablar.

U.S

sábado, 13 de enero de 2024

Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña. (Opinión tres años después)

 


  Soy arquitecto.

  Soy arquitecto en parte porque estudié y acabé la carrera de arquitectura y en parte porque, pese a todo lo sufrido en ella, así me sigo sintiendo.

  Estudié en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de a Coruña.

  Especifico esto, no porque esté orgulloso de haber salido de donde he salido. Mucho menos lo digo porque la calidad de enseñanza en esta escuela en concreto sea de gran nivel. Especifico el lugar donde me inicié con esta profesión porque la ETSAC, dicho de forma abreviada, es una de las escuelas donde más “hijoputismo” gratuito tiene que aguantar un alumno de arquitectura.

  De esa escuela no se sale, se sale con graves problemas psicológicos, o se sale curtido para aguantar a cualquier cretino que te vayas a encontrar el resto de tu vida. Y eso es lo que realmente te enseña la ETSAC. A aguantar si es necesario, y no dejarte mangonear por cualquier idiota que se crea mejor que tú.

  Soy arquitecto porque, en contra de todo intento continuo de mis profesores, la arquitectura me sigue enamorando. La arquitectura es algo que simplemente me apasiona, y francamente, es una pena que tenga que escribir este artículo para decir que, por desgracia, detesto todo el mundillo que la rodea.

  Esta última afirmación puede ser difícil de entender pero trataré de explicarme como es debido.

  Si me permiten, pese a que no me suele gustar la utilización de analogías ( ya que son comparaciones que parten de una base de fe donde hay que creer que la comparación inicial es correcta) considero que en este caso es más fácil comprender lo que quiero decir haciendo uso de ese razonamiento mediante un símil con el arte o la política.

  El arte puede ser maravilloso, pero creo que hoy en día casi todo el mundo puede ver el enorme estercolero en el que se ha convertido el mundillo del arte. Un mundo en el que, al igual que en la política, destaca la gentuza sin valores, los amiguismos y los chanchullos por encima de la calidad.

  Un mundo en el que, si se puede pisar a alguien para avanzar, se hace. Un mundo de egocentristas echados a más que te miran por encima del hombro…

  El mundo de la arquitectura es todo eso.

  Concursos amañados, horas extras sin pagar, faltas de respeto por la vida ajena. Profesores fracasados, cretinos que se creen artistas, personas cuya única cualidad válida es haber sido el hijo de quien, o el conocido de tal. Profesores retrasados, perdón, atrasados  tecnológicamente que rechazan las nuevas herramientas de su profesión y desinforman sobre ellas.

  Un mundo de profesionales becados con sus horas contadas, de falsos autónomos, trabajos en negro, contratos de delineante por no pagar el de arquitecto. Un mundo en el que, no nos engañemos, hay trabajo de sobra con condiciones que son de risa. Un mundo donde la peor calaña se ha hecho un hueco convirtiendo algo inicialmente bonito en algo que evitar.

  Soy arquitecto porque me gusta la arquitectura pero no puedo decir lo mismo de los arquitectos. Si tengo algo que agradecer a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña precisamente es la sinceridad con la que te muestran esa realidad.

  Por eso, además de un corte de mangas y un franco deseo a que el karma cobre sus deudas, doy gracias a esas paredes de hormigón armado por hacerme quién soy ahora.

  Uno no olvida, el tiempo no hace que los horrores allí vividos se perdonen. Ellos no pudieron conmigo pese a que insistieron en ello y estuvieran a punto. Me ha ido bien después de eso, la vida sigue. A día de hoy solo animaría a los estudiantes que aún siguen en esa escuela a denunciar las barbaridades que allí se cometen.

  Soy arquitecto a su pesar.

  Orgulloso de serlo.

  Eso nadie me lo quita.

 

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Diarios de Ubi Sunt (13-12-23) Sobre la libertad de expresión. Parte 2

 

Plaza de los Bandos (Salamanca)

Hay quien se refugia en la libertad de expresión para poder emitir juicios, amenazas, o  acusaciones serias sobre alguien. Esto por desgracia, hace que aquellos adalides de la moralidad absoluta utilicen estos casos para justificar su deseo por eliminar, o mejor dicho controlar, la mal llamada libertad de expresión.

Como ya he dicho con anterioridad la libertad de expresión es binaria, o es, o no es. No puede tener término medio puesto que el mismo hecho de ponerle limitaciones, implica  que dependiendo de quien ponga dichos límites controla los temas para los que uno es libre de expresarse. Y aquí precisamente hay que destacar esa misma palabra, EXPRESARSE y saber diferenciar entre varios términos que a veces se confunden, se malinterpretan y se instrumentalizan con mala intención.

Expresarse significa dar la opinión personal sobre un tema, sea dicha opinión más o menos acertada.

Hay que diferenciar inicialmente entre acusar, que no ofender, y sentirse ofendido.

Una opinión se limita en todo momento al acto de mostrar en palabras una creencia sobre un tema en concreto. Dichas palabras no afectan en ningún momento de forma física (y repito para que quede bien claro lo de FISICA)  a la vida de nadie ya sea individuo o colectivo. Que el individuo o colectivo se puedan sentir de una forma u otra ante las palabras, será problema de ellos siempre y cuando se mantenga en eso, un sentimiento de ofensa.

Todo el mundo es libre de sentirse ofendido por cualquier tema pero no puede pretender por ello obligar a cambiar la forma de pensar del que ha dado libremente su opinión.

Otra cosa muy distinta es realizar una acusación.

En ese caso la opinión malintencionada cruza la línea de las palabras para llegar al mundo físico. El receptor de dicha acusación ve su vida trastocada ante la posible falacia. Dicha mal llamada opinión, que en realidad es una acusación,  obtiene reacciones tangibles claras completamente denunciables.

Una cosa es acusar, que no ofender, y otra muy distinta es sentirse ofendido.

Habiendo diferenciado entre estos dos términos, la idea binaria de la libertad de expresión sigue estando clara. Una amenaza, una acusación, un llamar a realizar actos vandálicos de cualquier tipo, cruzan el mundo de las palabras para llegar a un mundo físico donde los actos tienen sus consecuencias.

La ofensa es ofensa mientras alguien se sienta ofendido.

Una acusación afecta al ofendido esté este enterado o no de ella. Y es justamente esto lo que habría que controlar no peligrando así la libertad de expresión.

U.S