Mama,
I`ve just kill a man,
y todos
los sentimientos brotaron,
salón,
cerveza y cigarro en mano,
la luz
de una pequeña lámpara,
abierta
la ventana,
el aire
de una noche de verano.
La
soledad, la única compañía,
por
rarezas o elección, lo mismo daría,
un
hecho con el que vivo,
sufro y
disfruto en el día a día.
Soy un
extraño.
Pensar
en lo que viene es en vano,
del
pasado mejor no hablamos,
el
presente con Queen, la mente en blanco,
los
ojos cerrados,
los
sentimientos a flor de piel,
el
desconcierto mezcla de felicidad y hartazgo.
De
pocas cosas estoy orgulloso,
de
logros no reboso,
pocos
meritos pasados.
La
escritura mi único salvavidas,
humo en
el aire,
un
trago tras otro trago.
La
música cambia,
ahora
ya no es Queen,
ahora
es White Buffalo,
la piel
de gallina y una sonrisa de resultado,
vivir
el momento,
no
sentirme desgraciado,
una
calada sin prisa,
el
fresco en la cara,
desconexión
conocida,
solo en
momentos pactados,
donde
la mente descansa
de
joder la única via
alcohol,
música y tabaco,
penumbra,
soledad y descanso,
qué más
puedo pedir en realidad,
¿Esto
es felicidad?
¿Cómo
está el famoso vaso?
Aprender
a vivir no es aprender a respirar,
hay que
ir paso por paso,
aceptación
para empezar,
soy
como soy,
asocial,
desterrado,
que
siempre quiso soñar,
y de
sueños ha errado.
Alguien
que ahora ve la realidad,
como el
que ve a un extraño,
tratándola
de descifrar
y
mientras aquí,
en el
sofá,
disfrutando
la oscuridad,
el
corazón en la mano,
manchándome
con su tinta,
escribiendo
este llanto.