Gustos, hoy toca hablar de
gustos, no del gusto que tiene una persona por otra de distinto sexo, no, me
refiero más bien al prototipo de belleza, de la venustas de Vitrubio (uno de
los muchos tratadistas aburridos que ha habido en este mundo a lo largo de los
siglos)
Me refiero a aquello que hace que
unas cosas sean bonitas y otras por el contrario sean consideradas callos
malayos, aquellas normas no escritas que indican lo que es gustoso de ver y lo
que no.
La arquitectura, que es el campo
que quiero abarcar en este escrito, ha tenido muchas visiones con los años,
desde la belleza considerada como
proporciones matemáticas y simetría encontradas en la naturaleza, hasta el
estilo cubista que nos muestra varias perspectivas al mismo tiempo de una misma
cosa.
Los cambios estilísticos en la
arquitectura han sido numerosos y variados, al igual que el sentido del gusto, han
pasado de unos a otros conforme la sociedad ha ido amoldándose a modas y formas
de vida de la época. Pero mi pregunta aquí es… ¿Quién decidió qué estilos y
formas de arquitectura estaban bien y cuáles por el contrario están mal? ¿Los
clientes o los arquitectos?
En la escuela de arquitectura
estamos un mínimo de cinco años formándonos, aprendiendo del pasado y de la
actualidad para poder, con todos estos conocimientos, dictar qué es
arquitectura buena y qué es en cambio basura arquitectónica; pero lo cierto es que no tenemos en cuenta los
gustos del resto de personas, aprendemos que el arquitecto siempre tiene la
razón y nos tiramos de cabeza a una piscina de amor por el arte y gusto por lo
que hacemos, manteniendo al margen la comodidad de los espacios y la
funcionalidad del programa.
Creamos los espacios pensando que
todo el mundo tiene la mentalidad de al menos esos 5 años de formación cuando
lo cierto es que la opinión del resto de la población es la que cuenta, y a
esta le da igual las formas extrañas siempre y cuando tengan o no una utilidad
en su vida diaria.
¿Qué es la belleza?
Es aquello que te genera un
sentimiento propio e intransferible, diferente para algunos, igual para muchos,
pero siempre teniendo en cuenta la opinión de la mayoría, ya conozca del tema o
no.
viva el constructivismo ruso!
ResponderEliminarmmm..es un buen planteamiento..en qué radica lo que es bello y lo que no? Yo creo que es muy subjetivo obviamente,y de eso dependerá el gusto por determinado tipo de arquitectura..aunque he de reconocer,que en lo personal,no me gusta demasiado la arquitectura moderna, tampoco es que conozca demasiado del tema,pero, a priori,siempre preferiré ver un edificio con historia.
ResponderEliminarTu entrada da mucho para pensar y para opinar. Coincido con Lunaroja, los edificios con historia tienen mucho encanto, los modernos los veo como si estuvieran a medio terminar, pido disculpas de antemano por si alguien se siente ofendido.
ResponderEliminarAbrazos Rendan.
Hay estilos de belleza que son para todos iguales. Pero también hay otras clases de bellezas solo aceptables y acordes con el gusto de cada persona. Si bien es cierto que hay personas que cultivan y desarrollan más ese gusto por la belleza que otras...
ResponderEliminarGracias por la pequeña lección. Muy útil.
Un abrazo.
Muy interesante!! es tan relativo eso de la percepción de la belleza...
ResponderEliminarAbrazos Rendan.