Los días de niebla me generan
sensaciones próximas a la serenidad.
Mañanas frías con las orejas
rojas, con una humedad en el ambiente mayor a lo normal.
La niebla que te esconde el otro
lado de la calle.
La niebla ha sido participe de
las mejores escenas de amor, de los asesinatos más sangrientos, de los paisajes
más inverosímiles, de los misterios más desconocidos.
La niebla se guarda para sí todo
lo que te rodea para poder centrarte en ti mismo.
Me gusta el invierno, me gusta
sentir el frio en la cara mientras me cubro el resto del cuerpo con ropa de
abrigo.
Me gustan las tardes de lluvia
fuerte llenas de recuerdos y nostalgia.
Respirar ese aire limpio y
congelado que sientes bajar hasta tus pulmones.
La niebla guarda en su ser una
sensación de libertad, de que nada en esta vida importa más que el disfrutar de
ella, la sensación de paz que te acaricia cada poro de la piel.
Es el modo en que la naturaleza
se acerca a la ciudad entre edificios que parecen llegar al cielo.
Allí donde la ciudad pierde su
nombre.
Me sucede lo mismo.. esa sensación de frío,que le da una luz distinta al entorno..
ResponderEliminarNaturaleza que envuelve silenciosamente. Tiene misterios la niebla, y yo prefiero cegarme con un rayo de sol.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Rendan.
Ay compañero a mi me encantan esos días grises, me siento mas cerca de mi yo interior...me reencuentro con lo guardado y me llena de satisfacciones...No existe nada mas hermoso que contemplar la lluvia, la neblina y perderse con los recuerdos...Un abrazo, compañero...muy acertado y hermoso tu escrito!
ResponderEliminarPues te gustarìa Venecia de invierno...
ResponderEliminarla niebla encierra misterio y desde casa puede que me guste, fuera se difumina el paisaje, la ciudad y los objetos. Entonces parece invitarnos a vivir màs la intimidad.
Pero cuando me dirijo al trabajo en coche, la niebla es odiosa, es el peligro, es traicionera
Un beso!