Pulsómetro a
punto, música a punto, zapatillas atadas, braga en la cabeza, a correr.
Cuando estas
enfadado, o te jode algo, no hay nada mejor que salir a correr hasta que el
agotamiento no te deje seguir.
El aire en la
cara y los abdominales en tensión de respirar por el pecho, disfrutar del
camino, de la música, pensar en todo y no preocuparte por nada.
Liberar cabreos
y estrés y tener como único objetivo ir de un punto a otro.
Empezar con energía,
manteniendo ritmo hasta llegar a un estado en el que el cerebro dice basta y
entonces, continuar, continuar corriendo en contra de lo que dice tu cabeza, tu
respiración, tu estomago…
Es en ese
punto de inflexión en el que decides por un todo o nada, por un parar a
descansar o seguir hasta llegar a tu destino.
Músculos entumecidos,
respiración entrecortada y un sentimiento de orgullo contigo mismo, fuera de
eso no hay nada, no existe nada, nada es importante.
Fotografia de Pablo Sanchez en:http://fontanica123.wix.com/psg12-photography#!about/c10fk
absolutamente cierto! Excelente descripción de las sensaciones físicas y emocionales!
ResponderEliminarCorrer, caminar, pedalear, escapar de lo que nos agobia para cansar el cuerpo mientras la cabeza se descarga.... una forma de reconocer nuestro propio yo en este caos de mundo.
ResponderEliminarUn abrazo !
Así es. Hace años que inicié ese punto de inflexión y es tal y cómo lo describes. Borbotones de libertad.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Rendan.