Somos
imperfectos, demostrémoslo.
Manchémonos,
enloquezcamos, erremos y aprendamos.
No
pintemos ultrarealismos, pintemos sentimientos y sueños.
No
escribamos autobiografías, lancemos incoherencias al papel arrugado de estar en
el bolsillo.
Seamos
chapuzas, dibujemos en servilletas de bar, construyamos con arcilla manchándonos
las manos sin saber lo que saldrá de ahí.
Seamos
soñadores, esotéricos, pequeños no creyendo en nada y respetando todo, creyendo
en lo que quieras al margen del resto, dudando de todo y demostrando por tu
cuenta.
Crea
utopías sabiendo que en algún lugar y momento se podrán cumplir, marca la
diferencia.
Llevemos
la contraria sin importar lo que piensen, nademos a contracorriente sin
importar como nos miren.
Divirtámonos,
olvidémonos de las normas, seamos cubistas, futuristas, surrealistas.
Seamos
diferentes, incoherentes, pequemos sin dañar y sin sentirnos mal con nosotros
mismos, seamos lo que somos.
Imperfectos.
ah la imperfección,quizás lo más difícil de lograr no? quizás no lograr sino aceptar! Nuestro afán de perfección aunque sea inconsciente,tiñe siempre nuestros actos,y nos impide ser espontáneos..
ResponderEliminarGran texto amigo! Un abrazo!
A menudo las cosas demasiado perfectas acaban resultando aburridas. No puedes hacer más que contemplarlas y esperar que tu imperfección no se note a su lado.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reflexión.
Seamos nosotros mismos sin intentar disimular, seamos esos locos soñadores modeladores de historias perfectas salidas de nuestra imperfecta pluma.
ResponderEliminarPerfecta esta imperfección.
Un abrazo, Rendan.