Recogió
el periódico de un césped aun húmedo por el riego de la noche, lo golpeó un par
de veces contra su pierna para quitarle los restos de tierra que habían quedado
y entró en la casa no sin antes sonreír al sol y respirar el aire del nuevo día
que se avecinaba.
Dejó
la puerta entreabierta, total, no había por qué molestarse ya en cerrarla, ojeó
sin apenas interés la sección de sucesos y soltó el periódico en la mesa del
salón, el café le estaba esperando en la encimera de la cocina y no quería que
se le quedara frio.
El
desayuno constaba de un huevo frito, tres piezas de bacon y un par de tostadas
con mermelada de ciruela, le pegó un mordisco a estas últimas y sonrió de
nuevo, le encantaba la mermelada de ciruela.
Miró
su resplandeciente reloj nuevo y se dio cuenta de que los niños estaban a punto
de despertarse para ir al colegio, se comió el resto del desayuno sin apenas
pestañear, recogió los platos y puso unos nuevos con los mismos alimentos para
los niños, en el centro, una rosa blanca de papel pintada de un color rojo como
la sangre.
Se
lavó las manos tranquilamente y se las secó con el trapo de cocina mientras se
despedía con un gesto de cabeza de las dos personas que le habían acompañado
mientras tomaba el café, sonrió por última vez antes de cruzar la puerta, había
sido una gran noche.
Robert
se levantó como cada mañana con el sonido del despertador, la casa estaba aun
en silencio, había oído a su madre preparar el desayuno en la planta de abajo
como cada mañana y se tocó con gusto la barriga pensando en el olor a bacon que
se había adueñado de toda la casa.
Despertó
a su hermano tras varios intentos, era extraño que su padre no hubiera ido ya a
avisarles de que era de día como solía hacer siempre. Se vistieron y, tras
mirar el reloj, cogieron corriendo las cosas de clase y bajaron la escalera
hacia la cocina.
Lo
último que recordaban cuando la policía llegó a la casa fue ver los cuerpos de lo que parecían ser sus padres
sentados en la mesa y una rosa roja de papel en todo el centro, las cuerdas de
sus cuellos aun mantenían los cuerpos erguidos como si estuvieran vivos.
Ganador del concurso terror y ficción en ríos de tinta- http://riosdetinta1.foroactivo.com/t1126-sangre-fria-autor-rendan-laveriz
Ganador del concurso terror y ficción en ríos de tinta- http://riosdetinta1.foroactivo.com/t1126-sangre-fria-autor-rendan-laveriz
intenso escrito salido del alma de un escritor
ResponderEliminarGrandioso, escueto y perfectamente ambientado, amigo mío. En verdad con esa sangre fría... la nuestra se congela.
ResponderEliminarUn abrazo, Rendan