Se encontraron en la cafetería
de una estación de tren,
cansados de no haber dormido.
Habían pasado 7 años desde la
última vez
que se habían visto.
A veces las amistades no tienen
que ser físicas.
a veces las más únicas,
son en las que no se tienen por
qué ver,
solo seguir siendo los mismos.
Soy alguien con suerte por haber
conocido
a alguien como ella, mucho ha llovido,
pero sin embargo seguimos
siendo aquellos chiquillos
que con el tiempo han crecido
cada uno con su quehacer,
por mucho tiempo que sea el ayer,
siempre se cruzan nuestros
caminos.
Una hora tuvieron en esa estación,
entre el café del desayuno
volaron los guiños
al pasado que en su día les unió,
y ni el tiempo ni la distancia
les hizo distintos,
algunos llaman a esto
amistad, otros simplemente amarillos,
lo cierto es que algo raro es,
y si es de extrañar,
que por mucho tiempo pase sin
vernos, sigamos estando tan vivos.
Gracias y volveremos a
encontrarnos.
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