miércoles, 2 de junio de 2021

TREINTA Y DOS (El protector) FINAL

 


¿Crees en el destino? ¿Crees que las personas nacen por alguna razón en especial? ¿Que sus vidas tienen un objetivo?

Si eres de los que piensan que tienes elección en tus actos, que no estás predestinado sino que tú mismo marcas tus propios pasos, te invito a que sigas haciéndolo.

Si por el contrario crees en un libro ya escrito del que no tienes más opción que descubrir su contenido, te diré que así es.

Nunca te fíes de la palabra de una desconocida. Piensa por ti mismo. La ceguera es mala lo mires por donde lo mires.

U.S


 

David entró sólo en el Midwife.

Le habían dicho de acompañarle pero él se había limitado a rechazar el ofrecimiento sin saber muy bien por qué. Tras mucha discusión habían quedado en reunirse después en su casa.

Le estaba esperando Andrea.

-Me alegra que por fin hayas venido. –le dijo con una voz suave. El ambiente estaba en penumbra con ese aire de misticismo que tan bien recordaba.

Sabiendo lo que ya sabía, David sintió una extraña cercanía con la tatuadora.

-¿Está todo preparado?

-Las tintas de mi homóloga están ya mezcladas con el vial que me disteis del anterior guardián. Todo perteneciente a un mismo universo.

-¿No es peligroso que la sangre de dos personas entre en mi cuerpo? –no iba a mentir, tenía miedo, pero a su vez no tenía nada que perder. Ya no.

-No sentiste nada cuando yo uní la mía con la tuya. –dijo señalando el tatuaje de la mariposa nocturna que tenía en el antebrazo ya curado. La verdad es que no le había gustado que le escondieran aquel dato en el momento de hacérselo.

-Ya hablaremos tú y yo de eso. –caminaron hasta la parte de atrás. La habitación de la tela de araña y el pavimento de damero seguía igual que como la había dejado. Allí, tal y como había dicho Andrea, estaba todo preparado. La debían de haber avisado de su llegada. –esta vez no tengo que tirar ningún dado ¿No?

-Esta vez se quién eres. Siéntate y cuando estés listo empezaremos. Desabróchate la camisa, este dibujo irá en el pecho.

-Tú sabías quién era Jaime desde un principio. ¿Por qué no nos lo dijiste?

-Yo solo conozco la historia del Munin al igual que cualquier otro tatuador. Nunca llegué a creer del todo en ella hasta que apareciste, y de aquellas no conocía aún a su portador. Vosotros erais sus amigos tengo entendido.

-Yo no diría tanto. –se sentó y se quitó la camisa quedando a pecho descubierto. Andrea colocó la piel con el cráneo de forma que pudiera verla en todo momento.  –espera, ¿De aquellas? ¿Lo llegaste a conocer después?

-No del todo, no el que tu conocías al menos. Se pasó ayer  por el Midwife, creo que pertenecía al otro lado del Yelinas. –David se incorporó en ese momento sorprendido. Andrea mientras seguía sacando todos los artilugios que iba a necesitar.

-Espera ¿Qué?

-Son dos y no uno los mundos que se han quedado sin protector por lo que vino a darme lo necesario para hacer un tatuaje que cumpliera con la función para ambos.

Me dio un segundo vial con la sangre del Jaime de este lado y unos cambios que quería hacer para el nuevo tatuaje.

-¿Nuevo tatuaje?

-El viejo lo tienen los desaparecidos, es hora de hacer un pequeño cambio. –sacó un papel con un pequeño boceto y se lo mostró.

-¿Estas de coña? Ante él se encontraba el cráneo que tan bien conocía junto con un segundo dado la vuelta. En la frente del girado 180 grados se podía ver la U y la S.

-Munin por fin tendrá a Hunin, la memoria y el pensamiento unidos en una sola piel. La unión entre el mundo que conocíamos y que sigue existiendo fuera de nuestro alcance y lo que nos proveerá éste nuevo alejado del trascurso que suponíamos que iba a tener.

Munin lleva la carga del recuerdo del pasado, Hunin la reacción del presente.

-¿Y por qué tiene que estar la U y la S?

-Ubi Sunt nunca tuvo la culpa de las barbaridades que se han hecho en su nombre. Es hora de que alguien lleve sus iniciales con respeto.

-Ellos mataron a mis padres.

-Quienes les mataron fueron personas movidas por una ideología ciega que ha pisado cuanto teníamos. No les ha importado transformar el mundo en cenizas con tal de cumplir sus propósitos. Ubi Sunt es equilibrio no caos como ellos se piensan, sus iniciales dejarán de tener la importancia que le quieren dar para ser lo que realmente son.

Los desaparecidos juegan con la esperanza de los que no tienen nada que perder. El Hunin con las iniciales de la muerte marcará un propósito a las nuevas generaciones que lo hereden.

Recuperar un símbolo que una vez fue de todos.

–El discurso no convenció del todo a David pero vio en los ojos de Andrea que no tenía nada que hacer al respecto. Volvió a tumbarse para que pudiera empezar a trabajar.

La tatuadora se levantó del taburete, fue a donde tenía el toca discos y tras un momento de reflexión lo encendió. En la sala comenzó a sonar “Piano man” de Billy Joel invadiendo toda la sala.

La máquina para tatuar comenzó a funcionar.

David despertó tumbado en el mismo lugar. Parecía que se había quedado dormido en lo que le hacían el tatuaje. No recordaba otra cosa que a Billy Joel. Ahora todo estaba en silencio.

Esperó a que la habitación terminara de dar vueltas antes de incorporarse. Le escocía el pecho. Alguien que estaba a su lado le pasó un espejo de mano. Ahí estaban, las dos calaveras una invertida de la otra. Gracias, dijo devolviendo el espejo, solo que ahí no había ninguna persona y él no tenía nada en las manos.

Intentó levantarse, vio cómo alguien le ponía una jeringuilla en el brazo. En ese momento tropezó pero no llegó a tocar el suelo. Andrea le estaba sosteniendo. Allí no había ninguna jeringuilla.

-¿Estás bien? –le preguntó preocupada. –has estado en parada cardiaca durante unos quince minutos. No sabía qué hacer, has empezado a convulsionar en cuanto he acabado el tatuaje.

El mareo se le había pasado. Veía todo con claridad pero a su vez no paraba de ver y sentir cosas que no estaban allí.

Un olor a maría, un montón de voces hablándole a la vez, una caricia, un silencio demasiado repentino como para resultar agradable…

Miró al frente y vio una escalera solo que ya no estaba allí.

-¿David? ¿Puedes escucharme? Tu cuerpo debe estar percibiendo varias realidades al mismo tiempo. Igual me pasó a mí cuando morí en la arista, te acabarás acostumbrando, trata de centrarte en tu yo de ahora.

La escuchaba con total claridad. La sentía sujetarle para que no callera al suelo pero a su vez dudaba de que eso mismo le estuviera ocurriendo a él.

“El traspaso del tatuaje conlleva el traspaso de la relación intima con el cosmos que tiene el protector de la escalera.” –oyó cómo salían esas palabras de su boca, ¿O era de la boca de S.J? En ese momento descubrió que ni siquiera Jara se acordaba de su propio nombre, solo de sus iniciales. ¿O eran las suyas propias? Era difícil centrarse, sabía perfectamente quién era pero a su vez también estaba seguro de ser otras personas. Sabía, sin miedo a equivocarse, dónde estaba pero no sabía decantarse por un solo lugar.

Andrea le volvió a sentar en la silla, ¿O estaba caminando por la calle Junto a su tía y a Alex?

-Resiste, he llamado a Irene para que venga. Se ve que la relación del Munin con la escalera es más fuerte que la Saturnia con la arista. Resiste.

David volvió a ver la escalera. ¿La había visto? Se levantó en ese momento y en contra de lo que le decía Andrea salió del local dejándose el bastón en el proceso.

-Dile a Irene y a Alex que estamos bien. Que no se preocupen. Creyó decirle a la tatuadora.

No sabe cuánto tiempo estuvo caminando por las calles vacías de Salamanca. Debido a los inesperados bombardeos entre las mayores potencias mundiales la gente no se atrevía a salir de sus casas por miedo a que esa guerra llegara hasta allí.

Había habido revuelo en supermercados por miedo a una futura falta de abastecimiento.

La gente se estaba preparando para lo peor.

Poco a poco la mente de David se fue calmando quedándose solo con las imágenes que a él le interesaban.

Se encontraba fantásticamente. Toda la tristeza y cansancio de aquellos días se había visto reducida a una pequeña parte de su ahora múltiple ser.

Caminó decidido sin saber por dónde iba pero sí hacia dónde. Tan pronto se vio en la calle como en un momento se vio metido en las alcantarillas de la ciudad. ¿Eran las alcantarillas?

“En el siglo IV a.C, el pueblo celta sintió la necesidad de asentarse en esta zona. De aquellas el sector central de la cuenca del Duero, la llamada región de Vaccea, era un territorio que daba una oportunidad de confort y fácil acceso a sus necesidades.

Fundaron Helmántica, lo que sería en un futuro Salamanca. 

Se asentaron exactamente en el Cerro de San Vicente, ya sabes, cerca de donde está ahora el hospital universitario.”

Las palabras de Jaime le resonaron por la cabeza. ¿O las había dicho él?

Vio que las paredes del túnel cambiaron a una mampostería de piedra lisa digna de los mejores castillos de Europa. Estaba todo iluminado con antorchas, él mismo tenía una en sus manos que había cogido de la pared. Al fondo se encontraba una enorme puerta de madera.

David se paró un momento muy consciente de qué le esperaba detrás. En cierto modo ya había cruzado y estaba esperando a su propia llegada al otro lado.

Se acercó a ella y empujó. Los goznes sonaron al moverse.

La sala a la que tuvo acceso le dejó la boca abierta. Ante él se encontraba una enorme cueva con sus estalactitas y estalagmitas. Parecía iluminada de forma natural aunque no tenía muy claro de dónde provenía la luz.

En el centro de la sala, se encontraba una enorme escalera de piedra de unos seis metros de ancho que daba a parar a un descansillo desde el que se bifurcaba en dos, derecha e izquierda.

Vio cómo esas dos secciones llegaban hasta el techo y a su vez otros dos tramos llegaban desde lo que parecía el piso inferior a donde estaban ellos mismos.

David tuvo la certeza de que ahí no había ni piso de arriba ni de abajo, sino un único piso.

-Bienvenido. –oyó que le decían, ¿O lo había dicho él mismo? Jaime se encontraba de pie junto a él. –se que al principio es desconcertante tanta información dada de golpe.

-¿Jaime?

-No soy el que tú conoces y a su vez viví todo lo que él vivió. Verás, para que la escalera siempre tenga un protector, éste tiene que poder generarse en todos los universos, por lo que el heredero siempre es un humano normal y corriente.

Todos esos recuerdos y sentimientos que tienes ahora y que no son tuyos se ven multiplicados cuando no tienes manera de diferenciarlos. Tú sabes en todo momento quién soy yo, quién es Jara o quién eres tú. Para nosotros todos somos Jaime, todos somos el mismo.

Cuando heredé esta maldición no pude resistirla. La heroína me hacía inhibirme de la realidad, hacía que esto fuera más llevadero pero a su vez hacía que no cumpliera con mi misión.

 Siento mucho haberos metido en esto. A Álvaro, a Borja, a Carlos, a Iván, a ti.

–Se le veía distinto. Más cuerdo. Adivinando sus pensamientos Jaime contestó.

-El colapso hizo que este mundo se alejara del resto de universos. Con el cierre de los puntos de cruce aquí me siento yo mismo. No siento a ninguno de mis homólogos y ninguno me siente a mí. Yo soy yo después de mucho tiempo. Por desgracia tengo que volver a mi universo. Por más que se aleje este mundo la escalera lo seguirá uniendo a todos y cada uno de ellos.

Solo quería hablar contigo antes de irme. Portarás la marca hasta que nosotros desaparezcamos y con ello aparezcan los nuevos propietarios de ella. Contigo aparece la marca del Hunin, la doble marca del protector de no una sino dos escaleras.

-No entiendo. ¿Cómo se supone que voy a poder proteger un mundo al que ya no tengo acceso? ¿Y qué ocurre con todos los mundos procedentes de las futuras nuevas matronas?

-Es por eso por lo que decidimos darte la localización de la escalera. Siéntete libre de usarla. Tu vínculo con los dos universos hará que siempre puedas volver a ellos al igual que yo soy capaz de volver al mío.

Con respecto a los futuros nuevos mundos también quedan a tu cuidado hasta que el siguiente protector aparezca. Una generación no es tiempo suficiente como para que las diferencias entre universos sean notables por lo que no te darán más trabajo. En el momento de devolver el don,  dale tu sangre a un heredero  se la darás a todos, ya que todos son uno. De la marca del Munin se encargarán los tatuadores ya que el Hunin solo te pertenece a ti, guardián de dos.

De todas formas este mundo es el que pende de un hilo. Los Desaparecidos borraron el sistema que estaba impuesto para poder crear el suyo propio. Cada matrona se convertirá a partir de ahora en una lucha por el poder.

Con el colapso han demostrado que están dispuestos a cualquier cosa con tal de conseguir sus propósitos. Si ocurrieran más distorsiones de este tipo el cosmos se vería envuelto en un desorden del que no podría salir. Hay que evitar eso a toda costa.

Protege la escalera, protege la marca, y ayuda a los no nacidos a proteger el cosmos. Te espera un futuro complicado pero eres muy capaz de conseguir lo que te propongas y tienes a personas a tu alrededor que harán más ligera la carga. Ahora tengo que volver a mi hogar. –Se le acercó y le dio un abrazo. David sintió lo que los dos estaban sintiendo. La conexión de ser uno y dos al mismo tiempo.

Se dio media vuelta y subió por la escalera.

-Perdona de nuevo por todos los problemas que he causado. –dijo antes de desaparecer.

Según salió a la calle vio que ya era noche cerrada.

El teléfono móvil comenzó a sonar. Era Alex, debía de llamar para ver qué tal estaba. Debía de estar preocupada después de haber desaparecido sin decir nada. Ahora volvía a sentirse él mismo.

-Hola.

-¿Se puede saber dónde estabas? Andrea nos dijo que habías muerto y luego cuando llegamos por lo visto te habías marchado de allí por tu propio pie. ¿La encontraste? La escalera digo.

David se quedó un momento callado.

-No. Siento decir que es como describió Jara. Por lo visto solo los herederos pueden saber su localización.

-¿Y qué has estado haciendo hasta ahora? Bueno da igual. –dijo antes de que pudiera contestar. –tenemos un problema. Acaba de llamarnos Adriana y Andrea. Por lo visto ha ocurrido una nueva Matrona y se ha abierto un punto de cruce. Puedes adivinar dónde. Adri se ha convertido en la nueva gemela del Yelinas. Los Desaparecidos han debido de enterarse también.

David soltó un suspiro. El mundo se había ido a la mierda pero sintió un aire de felicidad que hacía mucho que no sentía.

-Vamos para allá. Se limitó a decir mientras cogía su petaca y bebía un trago de ginebra.


 

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