Oriol y Dakota cumplen un año desde el día que decidieron estar
juntos. Ninguno de los dos era muy de aniversarios, al fin y al cabo,
¿Por qué se tenia que celebrar algo que se daba por sentado como si
de todo un logro se tratara?
Pero por mas que se lo repitiera Uri no terminaba de creérselo, un
año, ¿Cómo había logrado que una chica como Dakota estuviera con
él durante todo ese tiempo? Para él el estar con ella no tenia
ningún misterio, era como si le hubiera tocado la lotería, así
como si del mayor golpe de suerte se tratara, había conocido a una
chica guapa, lista, buena, independiente, por así decirlo una chica
con la que nunca hubiera soñado estar y que, sin embargo, ahora no
lograba quitarse de la cabeza como si de una droga se tratara.
Un año, un año repleto de situaciones y recuerdos, parecía mentira
que tan solo 365 días atrás le hubiera dado ese primer beso con el
que todo empieza.
Oriol se dio cuenta en ese momento de que el aniversario no se
trataba de celebrar que habían llegado hasta allí, sino de recordar
y agradecer a la otra persona todo ese tiempo con ella, de admitir
que, por razones incomprensibles de la vida, ella había elegido a
aquel pez y no a otro dentro de aquel enorme océano lleno de
posibilidades seguramente mejores, un momento de admitir y reconocer
todos los errores cometidos y decidir no volver a caer en ellos.
Un año hacia desde ese primer beso, pero no había sido el ultimo,
Uri se acercó lentamente a Dakota y abrazándola con fuerza juntó
sus labios a los de ella. Tal vez no fuera un gran beso, pero si
podía asegurar que era sincero.
Habían decidido que aquel día iba a ser como cualquier otro, pero
para él no era así, ese día hacia un año que ella había entrado
en su vida, y eso no podía pasarle desapercibido.
“No me importa lo difícil que sea,
no me importa lo que opinen los demás,
no me importa tenerte a kilómetros de distancia
y no verte mas que una vez en varios meses,
no me importa que sea lógico, no busco la lógica,
no me importa que parezca imposible, se que es posible,
no me importa cuánto te eche de menos, ni el malestar que esto
acarrea,
se que seria peor no tenerlo,
no me importa lo que digan ni lo que piensen.
Solo quiero, si tú me lo permites, estar contigo.
Y eso es lo único que me importa.”
me alegra ser la primera en comentarte! Un hermoso texto,las palabras que a veces no alcanzan para definir lo que el corazón y el alma gritan...no? Me ha gustado esa contención,esa especie de sentir que uno no sabe como expresar tantísimo amor..pero,a la vez, la emoción se cuela desbodrada por alguna palabra que nos abre una nueva ventana al corazón.. Muy lindo texto!
ResponderEliminar¡Qué bonito! Es muy importante saber valorar por qué el otro se queda al lado de uno...
ResponderEliminarUn beso
Por supuesto que hay que celebrar que esa droga no te mate sino que te dé vida cada día. Es motivo de celebración Rendan. Me ha gustado leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay mucho corazón aquí, y un narrador de estilo pausado que, cual Don Quijote, versa a Dulcinea.
ResponderEliminarSalud
Precioso! Dulce sin ser ñoño!
ResponderEliminarBesos!