No te das cuenta, simplemente se adueña de ti y decide
quedarse sin tu permiso.
Como pago, futuras agujetas en la cara que te avisan de que
alguna vez, ese ser mitológico, ha pasado a visitarte.
Hay muchos tipos de sonrisas, las de indiferencia hacia la
vida, las falsas, la propia risa es una sonrisa, pero ninguna como esta, esta
es algo extraño, una sonrisa de verdadera felicidad.
Se requiere que seas realmente feliz para poder
gesticularla, nadie la llama pero sin embargo, una vez cumplido este requisito
aparece sin más y como algo liviano, algo perecedero, con la misma facilidad
que vino, se va.
Disfruta del momento, porque lo bueno, para que sea bueno,
tiene que acabar.
Cierto y cuando acaba es cuando nos damos cuenta de lo bueno que fue. Ay, las sonrisas espontáneas!!!
ResponderEliminarAbrazos Rendan.
Pues aprovéchalo. Si eres consciente de que se acaba, lo disfrutarás más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta lo breve y lo tuyo es bueno
ResponderEliminarQuizás,no siempre tenga que acabar lo bueno no? tal vez,cambiando nuestra mirada,esos momentos sean cada vez más intensos o más largos! Me encantó!
ResponderEliminarUna maravilla de romanticismo Rendan, en estos tiempos la gente tiene resquemor de expresar eso tan delicado, por eso se agradecen entradas como esta.
ResponderEliminarSaludos grandes.