Gritando
al aire me sumerjo entre los mares
donde no
me detiene nadie.
Esa voz
que uno siente
aunque normalmente
calle.
Y es
que quiero estar ausente
de ese
deprimente valle,
ir contra
corriente,
para qué ser alguien.
Pasear ante
la luz inerte
de una
luna menguante
sintiendo
el frio de la noche,
viviendo
lo que me place.
Como persona
ser un desastre,
de libertad
siempre presente,
ser
autentico, un don nadie,
ser feliz
del resto ausente.
Y gritar,
y sentir, no callar,
nunca mentir.
Correr hasta
palpitar,
rendir cuentas
al final,
y nunca
pagar porque la verdad,
nadie la
quiere oír,
esa que
dice que es más feliz
el que
hace lo que quiere,
que quien
se preocupa por aparentar.
Y bailar
y llorar y beber
hasta sentir.
Que los
sueños son realidad,
que la
sangre puede hervir.
La tierra
tiene lo que nos da,
solo hay
que saber disfrutar
y nunca
llorar,
nunca
pedir.
Estuve ausente muchos días y llegué recién ayer, así que estoy poniendome al día con los comentarios! Muy buen poema! UN abrazo!
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