Cuando
pensábamos que no éramos humanos,
en un
mundo donde el recuerdo era abstracto.
La
preocupación del presente era el acto
principal
de aquel teatro,
donde
todos éramos iguales,
animales,
de distintos campos.
Cuando
de los sueños nadie hablaba en vano,
ni
instagram, ni facebook,
necesidad
de ser envidiados,
las
redes que nos juntaron a la vez nos separaron.
Nos
creemos más que nunca,
falsos
dioses de un mundo artesano,
hecho a
mano y por lo tanto frágil,
sin ser
amargos.
Creemos
pensar que nos preocupamos,
que
somos mejor que ninguno,
que de
moral vamos sobrados.
Cuando
en realidad nos importa una mierda el de abajo,
sin
desearle ningún mal,
son
desconocidos al fin y al cabo.
Queremos
pensar que tenemos bondad,
que la
nuestra es la única verdad,
que las
fotos valen más que la realidad,
que pese
a ser otros somos unos santos.
Cuando
pensábamos que no éramos humanos nos dedicábamos a vivir ,
no
pensábamos tanto,
no
queríamos mostrarnos,
no había
esa necesidad de enseñar,
no había
necesidad de juzgarnos.
No podemos ser humanos porque no sabemos qué significa serlo.
ResponderEliminarPero no por eso dejamos de fracasar intentándolo.
Saludos,
J.