Soy la venganza que el tiempo trae
para aquellos que no me aceptan.
La desgracia de los que me conocen de
segundas personas.
El alivio de los cansados.
La ironía de los ricos que no pueden
comprarme.
Soy la naturaleza misma, el cosmos, el
orden.
Soy la diosa de los que creen y la
realidad de los que no.
Soy la ciencia, el esoterismo y el
mito.
Soy la meta y el galgo.
Temedme pues nadie puede conmigo.
Amadme porque sin mí, estaríais
hartos.
Nada tendría sentido.
Dejaríais de ser humanos.
U.S
David se quedó en silencio, ahora que volvía a
pensar en ella, después de todo lo ocurrido, la escalera de Penrose había
cobrado un significado completamente distinto, ¿Podía ser que entre toda esa
locura de realidades, aquello que le había explicado Alex esa noche en el
Yelinas, fuera cierto?
-¿Es posible que exista tal cosa? Me refiero, ¿Es
un punto de cruce?
-Desde que el ser humano tiene consciencia de
los universos paralelos y la teoría de los puntos de cruce y las matronas, algo nos ha estado molestando continuamente,
como que algo no encajaba. ¿Cómo era posible que, con la existencia de
infinitos mundos creados continuamente por infinitas matronas, un mundo físico,
y por lo tanto finito, pudiera abarcar el mismo número de puntos de cruce?
-No es posible, tiene que haber un límite al
igual que lo hay de bares en la tierra.
-Eso es precisamente lo que nos molestaba,
algo no cuadraba, entendimos que los puntos de cruce seguían una especie de
orden, que los universos más parecidos entre sí, eran los que se mantenían
unidos, mientras que el resto, bueno, simplemente eso era lo que no nos
cuadraba, ¿Qué ocurría con el resto de universos, que por espacio, no tenían
unión con nosotros? No podían simplemente desaparecer, los universos tienen que
estar en cierta manera cosidos unos con otros. –entrelazó los dedos y unió las
palmas.
-Y de repente una idea surgió en la cabeza de
un brillante físico-matemático ingles llamado Roger Penrose y en la de su padre
Lionel.
Ellos mantenían que, pese a la continua
creación de universos, estos tenían que estar de alguna forma ligados entre sí
mediante una especie de eje, algo que no cambiara y permitiera que todos estos
universos compartieran un mismo espacio tiempo.
En sus mentes apareció una forma, si una
puerta era capaz de unir y separar dos puntos a la vez, ¿No era acaso factible que también existiera
algo que, siendo solo un elemento en el espacio, uniera tantos puntos como
fueran necesarios? La escalera era el elemento perfecto para cumplir tal
propósito, pero no una escalera cualquiera
ya que igual que en superficie, en altura también existe un límite de
espacio, no, tenía que ser una escalera que empezara y acabara en el mismo
sitio, solo que ya no sería el mismo sitio.
Y así fue como apareció la teoría de la
Escalera imposible, la escalera de Penrose.
-Pero como tú mismo dices es una teoría ¿No?
¿Existe realmente?
-Muchos la han estado buscando desde entonces,
piénsalo detenidamente, nadie sabe si existe realmente o no, pero lo que es
seguro es que algo tiene que existir, de la misma forma que la materia oscura
es la materia del universo que sabemos que existe pero que, sin embargo, no
sabemos realmente donde está, aquí tenemos la certeza de que, lo que en su
momento Penrose imaginó y dibujó como una escalera, tiene que existir en algún
sitio de este planeta ya sea con esa forma u otra.
Los universos tienen que estar unidos, y la
única forma de que infinitos mundos lo estén en un espacio finito es que el
mito no sea tal cosa.
Y eso nos lleva a la historia de esta
maravillosa ciudad y la razón por la que estamos aquí. Si te parece comienzo
por el principio. –se aclaró la garganta de manera exagerada y comenzó a
hablar.
-En el siglo IV a.c, el pueblo celta sintió la
necesidad de asentarse en esta zona, de aquellas el sector central de la cuenca
del Duero, la llamada región de Vaccea, era un territorio que daba una
oportunidad de confort y fácil acceso a sus necesidades.
Fundaron Helmántica, lo que sería en un futuro
Salamanca.
Se asentaron exactamente en el Cerro de San
Vicente, ya sabes, cerca de donde está ahora el hospital universitario.
Ya en el siglo III a.c es cuando empezamos a
tener datos sobre este pueblo y este asentamiento. –abrió el libro con sumo
cuidado, las manos le habían dejado de temblar y, colocando el cordón con los pesos para que sujetara la
página volvió a separarse. David se acercó para leer, el papel estaba
amarillento, prácticamente del mismo color que la letra pero igualmente se
podía entender aquella escritura alargada y cursiva de no sabía cuántos años.
Fue en este mismo siglo cuando Aníbal, al
mando de los cartagineses, decide sitiar la ciudad. Dicha toma de la ciudad
Vaccea de Helmántica fue relatada por un griego llamado Polibio que, pese a no
haber presenciado el asedio, deja constancia de unos datos bastante
interesantes.
“Pese a
estar de paso, supieron que ese pueblo Celta escondía algo en ese lugar, no sabía
por qué, pero Aníbal sentía la necesidad de protegerlo de aquellos que lo
poseían, sus tropas, pese al cansancio de tal aciago viaje, no hicieron otra
cosa que alegrarse cuando su general les contó su intención de ocupar aquel
territorio, extrañamente sentían lo mismo.”
Jaime recitó aquellas palabras de memoria en
lo que David las seguía en aquel libro, estaba claro que aquel tomo era una
traducción del original hecha tiempo después, pero pese a ello, ante sí, se
encontraba una pieza de historia de gran valor, ¿Cuántas copias a mano se
podían haber llegado a realizar previas a la imprenta? ¿Cuántas personas habían
tenido esas páginas delante de sus ojos?
-Los Vacceos les ofrecieron cuanto tenían,
dinero, esclavos, rehenes... todo con tal de quedarse en aquel lugar que
consideraban su hogar, pero pese a ello, Aníbal se veía incorregiblemente
atraído por aquel sitio, una vez entendido esto los helmanticenses, bueno, se
podría decir que huyeron y ellos se asentaron. –Pasó lentamente las páginas.
“De repente
una mañana, el silencio se hizo, ya no había rastro de ningún movimiento dentro
del lugar, aún tardaron unos días en decidir adentrarse. Los habitantes de
aquella población, después de días de negociaciones tratando de librarse de
aquellos extranjeros que habían decidido quitarles lo que era suyo, simplemente desaparecieron. A sus espaldas
solo dejaron los muertos, no había forma de saber cómo habían pasado el asedio
ni qué dirección habían tomado.”
Tal como había pasado antes, Jaime relató
palabra por palabra lo allí escrito.
-Según Polibio, la población completa
desapareció de la noche a la mañana, como si nunca hubieran existido. Sus
escritos quedaron ahí en lo referente a esta Helmántica, nadie sabe qué pasó
con aquel pueblo prerromano ni cómo
lograron huir.
Por otra parte, otro griego, Plutarco de
Queronea, en sus escritos relata:
“Aníbal la sitió, y no encontraron rastro de sus moradores, como si de
fantasmas se tratara solo dejaron huellas de lo que habían sido en vida.”
Jaime había cerrado ese primer libro abriendo
un segundo más pequeño donde ponía esas mismas palabras.
Pero la
historia tiende a repetirse, y al igual que los Cartagineses se vieron atraídos
por aquel lugar, los romanos no tardaron en fijarse en él.
Los romanos empezaron a expandirse por la
península llegando a anexionar la ahora llamada Salmantica a la provincia de
Lusitania.
Según
algunos relatos de aquella época, no encontraron resistencia a la hora de
entrar en aquel lugar, aquella gran población que había decidido quedarse a
vivir allí después de que Aníbal se hiciera con el poder, simplemente se había
visto diezmada a lo largo de los años. Los pocos habitantes que allí quedaban,
en su mayoría mujeres y niños, no ofrecieron ninguna resistencia mostrándose
incluso aliviados ante la presencia del ejército enemigo.
Nadie llegó a mencionar lo ocurrido en aquel
lugar, simplemente dejaron constancia de que sus hombres habían partido a
tierras desconocidas y ahora estaban esperando su regreso, cosa que, por lo que
nosotros sabemos, nunca sucedió.
Aquí
llega un periodo de pleno desarrollo de la ciudad, dejaron abandonado el Cerro
de San Vicente, el asentamiento original, para acercarse más al rio que
permitía, no solo acceso directo al agua, sino a una red de comercio de la que
la ciudad se serviría.
Construyeron el puente romano, e hicieron que
la vía de la plata pasara por allí.
“Lo que fue
inicialmente creado como una zona de paso en el recorrido a la tumba del apóstol,
ha pasado extrañamente a ser el fin del camino de aquellos que, buscando un anhelo
incierto, se han topado con este lugar quedándose incluso a vivir.”
La ciudad fue creciendo, y extrañamente hacia
un efecto de imán en cierto tipo de personas, muchos peregrinos del camino
abandonaron sus esfuerzos en llegar a Santiago quedándose aquí, y otros muchos
hombres y mujeres simplemente se dieron media vuelta para volver a este lugar.
Nadie tenía claro por qué, pero Salmantica era un atractivo que no podía pasar
desapercibido para aquellos que buscaban algo, aunque no supieran muy bien el
qué.
De esta época tenemos numerosos escritos de
personajes anónimos que relataban la llegada de peregrinos a la ciudad.
Extrañamente alargaban su estancia en ella dejando sus objetivos iniciales a un
lado, un gran porcentaje de los peregrinos que pasaban por aquí, simplemente se
quedaban. Parecía como si el verdadero propósito de la construcción de la vía
de la plata no fuera un camino a Santiago, sino un camino que unía el norte y el sur de la península a
la propia Salmantica. Las personas venían de todas las direcciones, y como es
lógico, la ciudad creció.
Jaime no paraba de mostrar datos en los libros
de comerciantes, peregrinos, y los propios habitantes adinerados de la ciudad
hablando del enorme incremento de visitantes.
-Los llamaban colonos o aventureros, valientes
y locos. Había innumerables términos acuñados para aquellas personas que se
acercaban a la ciudad. Con el tiempo, los escritos van tomando un cariz un poco
más extraño que los primeros que se limitan a contar la gran afluencia de
visitantes.
“Las
noticias de la tierra prometida han llegado a todos los rincones de la
península, la gente dona sus pertenencias con tal de tener la oportunidad de
ver lo que les ofrece el otro lado. La ciudad en si es un acúmulo de
visionarios y videntes que promueven sus utopías sin saber realmente a lo que
están exponiendo a la población.”
-Parece ser que encontraron algo que habían
guardado previamente los anteriores habitantes de aquel lugar. Ningún escrito
muestra exactamente lo que es, son bastante vagos con respecto al tema, pero si
hablan de una tierra prometida, de miles de personas que entraban en la ciudad
para no volver, un nuevo mundo, la puerta de los dioses, incluso la entrada al
inframundo.
La ciudad en aquella época alcanzó su máximo
esplendor, pero por desgracia, todo tiene su final.
Con la caída del imperio romano, se volvió a
repetir la misma historia, llegaron los visigodos a la ciudad y se encontraron
con una reducción importante de población ¿Cómo era posible, que dado el flujo
de visitantes que esa ciudad tenia constantemente, hubiera tan pocos habitantes?
Muchos entraban, pocos salían y allí simplemente no había los que tendría que
haber.
Con la llegada de los Visigodos también llegó
la cristianización de la zona, y con ella, bueno, el negacionismo y hacer como
si no existieran más problemas que los creados por ellos mismos.
No volvemos a tener constancia de nada extraño
en la ciudad, todo el revuelo y todos los sucesos extraños que habían ocurrido
hasta entonces desaparecen como si estuvieran metidos debajo de la alfombra.
La edad media, como en cualquier otro lugar
del mundo, en Salmantica fue una etapa
oscura para el conocimiento y la cultura.
Sabemos muy poco de aquella época, solo que la
ciudad pasó a ser ciudad episcopal y a tope con la cope y todos esos temas
religiosos. –el tono de burla en la voz de Jaime era evidente.
Por suerte los visigodos no tardaron mucho más
de 100 años en ser echados por los musulmanes. En el 712 la ciudad es
conquistada, y ahí empiezan de nuevo los murmullos, aunque esta vez no parecen
ser tan descarados como sus predecesores romanos. Musa Ibn Nusair escribe tras
su conquista.
“Hoy hemos
conseguido quitarle al enemigo aquello que todo el mundo ansía pero nadie debe
poseer, nos aseguraremos de que esta tierra quede muerta, salaremos los campos y
quemaremos los pastos para asegurarnos que el lugar, junto con su contenido,
quede completamente en el olvido”
-Y dicho esto cumplió con lo aquí escrito,
sentenció el territorio a ser tierra de nadie, quedando completamente
despoblado el tiempo que duró la invasión musulmana a la península. Se habla de
pequeñas incursiones a la zona y de sentencias de muerte a aquellos que se
atrevían a no acatar sus órdenes, estaba completamente prohibido acercarse a
este territorio.
También se habla de ataques por parte de los
cristianos del norte por hacerse con el control de aquellas tierras, al igual
que le había pasado previamente a Aníbal, Alfonso I de Asturias sentía un ansia
inexplicable por poseer aquel lugar, bueno, realmente no hablan de poseer los
escritos existentes si no de proteger, proteger aquel lugar. Las numerosas
batallas y escaramuzas sin éxito, realizadas por aquí nuestro colega Fonsi,
acabaron de destruir lo poco que quedaba en pie de la urbe romana.
La zona quedó despoblada hasta la victoria de
la batalla de Simancas por parte de los cristianos en el 939, como puedes ver
aquí, en la crónica de Sampiro, no tardaron en comenzar la repoblación de toda
la zona, incluida, como no, Salamantica. Ramiro II de León fue el merecedor de
tal éxito y quien comenzó a construir, ahora sí, la ciudad que hoy en día
conocemos.
Tras esta época se reinstaura la diócesis y se
construye la catedral junto con las escuelas teniendo como resultado, el
comienzo de la universidad que hoy en día conocemos.
Aparece la universidad como centro del
conocimiento.
En la carta del papa Alejandro IV a la
universidad de Salamanca muestra su interés por proteger, de nuevo esa palabra,
el conocimiento de manos de aquellos indignos y la búsqueda de aquellas
personas declaradas idóneas para conocer la verdad.
La ciudad vuelve a recobrar su importancia,
pero esta vez no bajo el amparo de ser una “ciudad de paso” para el camino de
Santiago, no, esta vez se muestran interesados en que, Salamanca, sea una
ciudad con importancia por sí sola. Construyen la urbe centrándola en la
universidad y el cristianismo aceptando a todos aquellos que se vean atraídos
por la búsqueda del conocimiento y la religión.
En 1218 Alfonso IX funda los estudios
generales.
Ya fue Alfonso X el sabio quien cataloga
Salamanca como ciudad universitaria.
Consiguen crear esta tapadera tan bien, que
pasa a ser realidad, y aquello que debía de ser “protegido” y que fue motivo de
tanta trifulca en el pasado, se sume en
el olvido.
El siglo XV es el siglo de máximo esplendor
como ciudad universitaria, se construyen muchos equipamientos en esta época
entre otros, el edificio de escuelas mayores en el que estamos ahora mismo.
No se vuelve a hablar de desapariciones ni de
proteger nada, simplemente Salamanca pierde su atractivo para el resto de la
península y pasa a ser una ciudad como cualquier otra.
Pese a ello, si sabemos de numerosas luchas
por el poder de la ciudad entre las familias nobles de aquí. Querían el control
de lo que llamaban “la puerta al mas allá” algo que en los libros de historia
ha quedado como simples disputas por el poder.
En el siglo XVI se empieza a construir la
catedral nueva en un intento de volver a redirigir la religión a los estándares
clásicos, se habla de que los nobles se han olvidado del camino tentados por
las artes oscuras y la brujería. Es de esta época donde aparecen todas las
leyendas de la cueva de salamanca donde supuestamente impartía clases el
diablo.
También en este mismo siglo viene a la
universidad Fray Luis de León, personaje que hoy tenemos inmortalizado en la
estatua que hay ahí enfrente.
Y nos acercamos ya a la actualidad, y volvemos
a la teoría de Lionel y Roger Penrose.
De repente a finales del siglo XIX principios
del XX, el conocimiento de universos paralelos se muestra para los ojos de los
indicados y se crea todo un mundo a partir de ello. Aparecen los No nacidos y
el método de descubrirlos, aparecen los gemelos y sus puntos de cruce, y como
no, aparece la teoría de la escalera, el eje, o como quieras llamarlo.
Todo el mundo empieza a volverse loco con
respecto a esa teoría, como he dicho, la discusión nunca fue si existía
realmente tal cosa o era un cuento de hadas, no, nadie dudaba de su existencia,
y todo el mundo la ansiaba por el poder que ello implicaba, todas las
posibilidades que ofrecía, una ventana a infinitos universos.
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