Allá en
una esquinita del Café Macondo, se encuentra una mesa no diferente al resto,
puede
que a nadie le llame la atención pero los sábados, sus usuarios la convierten
en un lugar donde vuelan versos,
artistas
por vocación u oficio comparten entre sí, experiencias donde la vida les ha
mandado,
algunos
vienen de cerca otros de lejos, nadie es ajeno, a esas horas, en ese espacio.
Soy
poeta.
No, no
lo soy para que me engaño.
Disfruto
escribiendo y eso me ha llevado
a
encontrarme con gente diversa de diversos lados.
En ese
rinconcito de ese bar mencionado,
bailan
recuerdos pensamientos y llantos,
alegrías
y sonrisas, opiniones, cantos…
Todo en
forma de poesía, arte, relatos…
Soy
escritor…
no, no
lo soy, no vuelvas a engañarte
soy
solo un muchacho,
con
ganas de aprender, compartir y descargar lo descargado,
ellos
un grupo de diversos que en el mismo horario,
se
reúnen en una mesa no diferente al resto,
(si no
fuera por todo lo que en ella se ha escuchado)
Una
mesa de artistas, culturetas, en ocasiones olvidados,
que
grita la poesía sigue viva
que
grita aquí estamos.
Disfrutamos
al margen de opiniones.
Tan
diferentes y a su vez tan humanos.
Hacía tiempo que no te veía compañero de letras! Muy hermosas están siendo tus entradas, hay un interesante giro en la temática. Un abrazo!
ResponderEliminarMuy hermosa entrada y ese nombre del café me ha encantado inspira mucho Macondo
ResponderEliminarSaludos
Un espacio para volar... muy bueno. Un beso
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