Me
llama la atención como una relación pasa del todo al nada justo en el momento
de la separación.
Como si
los sentimientos nunca hubieran existido, las experiencias se hubieran
inventado y solo quedaran los recuerdos malos que les llevó a donde están
ahora, a cortar lazos para siempre.
De
serlo todo pasan, en cuestión de un segundo, a ser meros desconocidos que nunca
han tenido que ver el uno con el otro.
A veces
sueño con personas pasadas y me pregunto qué ocurrió para no ser presente,
tejiendo
las redes del recuerdo insano de algo que se bifurcó en dos caminos diferentes.
Ya no
se qué fue real y qué un ente, que viene para detenerme obcecado con inventar lo bueno, olvidar lo malo y revivir lo inerte.
Sentir
dolor en la boca del estómago, que desmiente lo que se dice del corazón, que en
realidad, no es el que siente.
Tener
recuerdos de alguien que pese a que existe, y está en tu mente, ya no está en
tu vida, no la volverás a tener enfrente.
El
mundo siguió girando para los dos, en
lugares separados, siguiendo la corriente de dos ríos con distintos afluentes,
siempre
con el remuerdo de conciencia de qué pudo pasar para quererte en un momento,
y al
siguiente no ser más que una desconocida que por norma me tiene que resultar
indiferente.
Como si
nada de lo vivido valiera para nada,
un
simple adiós… y hasta siempre.
Acabo de pasar por una experiencia así,no de una relación de pareja,pero,sí de una amistad de diez años, y aún sigo sin entender qué pasó. Como dices tú, de un día para otro ya no existimos para el otro.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy lindo, ya casi no se leen rimas. Una pena, con lo bonitas que quedan y lo bien que cuentan las cosas.
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