Un
arquitecto no es más que un gilipollas que se cree que sabe, no lo hace, pero
es experto en volverse experto (algo bueno tenía que tener)
Un
arquitecto no es más que un artistilla nivel profesional, alguien que es
consciente de todo lo que le rodea, de la materialidad del espacio, de qué y
cómo están hechas las cosas, cómo se sujetan, consciente del espacio que deja
el vacío, consciente de las entrañas que conforma nuestro hábitat, consciente
de una gravedad que se pasa por el forro.
Alguien
que quiere tocar todos los palos teniendo que especificarse en algo determinado
según vayan surgiendo los proyectos. No sabe de nada hasta el momento en el que
necesita de ello, siempre estudiando, se apunta a todo.
Un
ser engreído y egocéntrico que acepta su forma de ser, alguien fácil de
odiar por su propia estupidez como
persona, alguien a quien admirar por su facilidad de buscarse recursos. (Más
odiado que amado no nos engañemos)
Un
arquitecto aguanta lo que le echen, un suicida por vocación que se cree más de
lo que es, que duerme solo a días impares y despega los ojos del ordenador solo
para ver como se ve el papel.
La
figura del arquitecto tiene muchas cosas malas, muchas, pero se limitan a la
persona que hay detrás, un arquitecto no es más que un gilipollas con la
capacidad de hacer cosas que ni él sabía que podía hacer, por gusto personal,
por amor a la naturaleza de construir cuevas cada vez más habitables y
sorprendentes.
De vuelta al ruedo! Me encantó tu texto Rendan! Fuerte abrazo!
ResponderEliminarya ves dsfrutamos al leerte
ResponderEliminarUn arquitecto intenta completar los espacios con lo que su imaginación o su sabiduría juega.
ResponderEliminarUn abrazo, compañero.