Oriol
volvió a su ciudad y descubrió que ya no era suya, todo había cambiado, muchos
ya no quedaban y los que si lo hacían, tenían vidas muy distintas a las de
antes, habían aparecido nuevas personas y situaciones en las que él ya no
participaba.
La
ciudad parecía igual, pero no se sentía como tal, sus recuerdos se habían
quedado en eso mismo, recuerdos.
Oriol
aceptó la realidad, y aunque aquello le generaba tristeza, sabía que el cambio
era bueno, ya no pertenecía a aquel lugar, el futuro le esperaba en otra parte
como una hoja en blanco por escribir, no había forma de estancarse en el
pasado.
Orgulloso
de haber vivido todo lo vivido en aquel lugar respiró fuerte una última vez y
se despidió de todo lo que había conocido antes de meterse en el avión.
La
vida sigue y el cambio se hace realidad evitando la monotonía y apareciendo la
tristeza y la nostalgia. No es bueno, no es malo, está ahí y hay que aceptarlo, seguir adelante.
Bello escrito te felicito abrazo y gracias por dejar tu huella en recomenzar
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