Hasta los
huevos,
no tiene
otro nombre este sentimiento.
Hasta los
huevos de no ser nadie mientras que los memos
controlan
el cotarro mal y sin verlo.
Parecen
nuevos pero solo son viejos,
borregos
que no quieren cambiar
diciendo
que las nuevas tecnologías no sirven pá ná,
agarrados
a sus asientos sin soltarlos,
enseñando
lo que no tienen que enseñar,
criticando
sin haber probado primero.
Hasta los
huevos de que vivan de logros pasados,
de un
presente insulso y estancado,
buscando
la comodidad sin estar preocupados
por los
que vendrán en un futuro cercano.
Hasta
los huevos de que el mundo este mal
y no dejen paso a los que quieren cambiarlo.
Hasta los
huevos de que se crean más de lo que realmente son,
sin merecerlo.
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