Un viejo bebiendo agua en un bar
de jazz, al escenario, una guitarra, un contrabajo y un violín. Nadie habla.
El viejo con los ojos cerrados,
la calva brillante por la tenue luz ambiental y la humedad de su piel debido al
calor del lugar.
La cabeza moviéndose al son de
unos recuerdos que le llevan a tiempos en los que su mesa apoyaba más de un
solo vaso.
El sitio es pequeño, no caben más
de 6 mesas donde las parejas y los jóvenes disfrutan de los mismos ritmos.
El viejo sonríe con tristeza, la
mirada ahora fija en una pared repleta de experiencias ajenas que no dejan ver
el acabado que hay detrás.
¿Alguna vez estuvo él en un
escenario parecido? ¿Cuál fue su historia?
Puede que hasta llevara un bar de
ese mismo estilo.
Los ojos vidriosos lo dejan
ausente del presente, solo la música y el pasado. Lo que ocurrió mezclado con
su punto de vista, los borrones, las lagunas y las invenciones, lo que quiere
creer, la añoranza… nunca podemos estar seguros al cien por cien de nuestra
historia.
Las parejas a su alrededor
disfrutando de la compañía, él sentado en su silla. El alcohol fluye, no para
él.
¿Problemas con la bebida? ¿Malas
experiencias quizás? ¿Nunca lo llegó a probar? ¿Salud?
El contrabajo marca el ritmo, la
guitarra crea el ambiente, el solo de violín inunda todo.
¿Hubo una mujer en su vida?
¿Hijos? ¿Nietos tal vez? ¿A que dedicó sus años de juventud?
Sabe de música, la disfruta, su
cabeza siguiendo el compás lo demuestra, el violín para en seco para dejar paso
al solo de guitarra, el contra sigue marcando el ritmo, vuelve a sonreír, otro
recuerdo, la escasa luz parpadeante ilumina un rostro de fascinación y
tristeza, las sillas crujen al incorporarse las personas y cambiar de posición.
Al ambiente solo le falta el
olor a humo de tabaco que seguro tuvo en su día.
Un viejo bebiendo agua en un bar
de jazz.
Madera, oscuridad, alcohol,
guitarra, contrabajo y violín. Un único nombre,
Filloa.
En algún punto debemos dejar de hacernos preguntas y comenzar a buscar sus respuestas.
ResponderEliminarSaludos,
J.