Me importa demasiado poco la
gente como para considerarme buena persona, si eso significa que soy mala
persona o no ya no depende de mí.
Este año ha sido cuanto menos
extraño, tengo la sensación de que digo exactamente lo mismo año tras año por
estas fechas, pero solo puedo hablar de
mis sentimientos e ideas actuales, y la verdad, mirando este último escalón de
mi primer cuarto de siglo, no puedo dejar de pensar en todas las cosas que me
han dejado este regusto, que no se sabe si es bueno o malo, de mi estómago.
He perdido a gente que creía importante,
he conocido nuevas personas que nunca hubiera creído conocer, he reído, ¿He
llorado? Mira, creo que este año no lo he hecho, supongo que será buena señal,
me he cabreado con todo lo que me rodea manteniendo parte de esa rabia aún en
mi cuerpo, han dejado de importarme cosas que creía importantes…
No sé si soy mala persona, pero
si sé que soy persona y como tal imperfecto, sé que estoy equivocado en muchas
cosas en las que creo, puede incluso que este equivocado en la mayoría si no en
todas. Soy consciente de mi personalidad difícil, sé que mis rarezas y mi
orgullo van por delante y acepto todas las cosas malas que ello implica puesto
que eso es lo que he aprendido a lo largo de estos años, aceptación, aceptar
que no soy diferente al resto por muy gilipollas que me parezcan muchos,
aceptar que no siempre la culpa es de los demás y que, por más que duela,
asumir las tuyas propias es lo que hará que cambies y evoluciones para mejor,
aceptar que no estás predestinado a absolutamente nada, que tú mismo te tienes
que sacar las castañas del fuego antes de que se quemen y con la posibilidad de
quemarte en el proceso, saber que la vida es, al igual que los seres humanos,
imperfecta, y que el sufrimiento es parte de un proceso que a la larga merece
la pena, saber que cada cosa tiene su momento.
Este año ha sido cuanto menos
extraño, han ocurrido demasiadas cosas como para contarlas todas, algunas ya
quedaron en el pasado, otras se clavan aun en mi presente como una espina difícil
de sacar, no podemos controlar lo que nos rodea al igual que no podemos
controlar nuestros pensamientos y sentimientos por muy equivocados que sepamos
que estos estén. Tras todos estos años de mi vida no puedo decir que esté orgulloso
con el resultado que ha quedado, aun tengo que solucionar muchas cosas de mi
forma de ser, perfilar algunos asuntillos de ideales y personalidad que hacen
que algunos seres queridos me miren de una forma que me hace sentir que no voy
por buen camino. También se que por suerte este no es el resultado final, y que
aun tengo tiempo de sobra para seguir moldeándome antes de que el barro se seque.
He hecho las paces con mi
pasado, en mi cara no queda más que un gesto de añoranza cada vez que me
sumerjo en él, añoranza que se transforma en sonrisa.
No sé que me deparará el futuro
y el pasado ya quedó atrás, no sé tan siquiera si soy mala persona, por el
momento me conformo con seguir adelante y levantarme por la mañana pensando,
hoy será un gran día.
Siempre hay que tener ese pensamiento positivo, amigo mío.
ResponderEliminarUn abrazo de Feliz Año, compañero.
La gracia del futuro es nunca dejarse conocer más que cuando es demasiado tarde para evitarlo.
ResponderEliminarMás allá de eso, suerte.
J.