domingo, 31 de mayo de 2009

UN TIEMPO PARA LOS DEMAS

Todos en este mundo hemos nacido de una madre y un padre pero no por ello, somos todos iguales. Pese haber nacido sin ser preguntados, unos hemos tenido más suerte que otros a la hora de obtener una vida y un futuro con el que tener todo solucionado, o por lo menos, pocas preocupaciones que interfieran en nuestra vida cotidiana.
Según he empezado este artículo, pensaran que voy a hablar de lo mal que esta el mundo, pero no es esa mi intención. Este artículo no va a hablar de las guerras ni enfermedades, sino de las personas que, aun habiendo nacido con suerte, decide acercarse a la parte más mísera del mundo para hacerla un poco más habitable. Son personas normales, con la diferencia de que deciden gastar, o mejor dicho utilizar, la mayor parte de su tiempo en ayudar a los demás.
Hace tiempo que fui con unos amigos a una especie de albergue para gente con problemas mentales, no porque sea muy dado al voluntariado, sino para ver cómo era aquello y para iniciarnos todos en aquel mundo de servicio a los demás. La experiencia se me hizo dura, y sinceramente, todos mis problemas parecían pocos comparados con los que allí había. Pero aun así, los niños no se quejaban de su estado como lo haría cualquier persona con mayor suerte que ellos, sino que los niños, reían y disfrutaban simplemente con la presencia de los que allí trabajaban y procuraban hacer sus vidas más fáciles.
Estas personas encargadas de todo aquello, habían decidido seguir aquel camino de dificultades solo con la esperanza de ayudar a esos niños, y sinceramente, habían conseguido su propósito. Es cierto que era un camino muy duro, y en mi opinión, yo no podría soportarlo, pero también es cierto que todo aquel esfuerzo hacia que los niños disfrutaran y estuvieran orgullosos de su propia vida. Un tiempo utilizado para servir a los demás no es un tiempo perdido para el que sirve, sino que es un tiempo ganado para el que es servido, como siempre se ha dicho, uno solo no puede cambiar todos los problemas del mundo, pero sí puede cambiar toda una vida, y por lo que a mí respecta, solo con eso ha valido la pena todo el esfuerzo realizado para conseguirlo.