jueves, 22 de mayo de 2008

CAUSANTE SIN SABERLO

En un principio la literatura se creo como una forma de comunicarse entre unas personas y otras. Poco a poco todo esto fue en aumento y empezó a utilizarse como una forma de entretenimiento. Esta idea de literatura se ha ido desarrollando aun más hasta el punto en el que los escritores actuales, escriben libros para hacer que los lectores pasen un buen rato.

En la actualidad le debemos mucho a la literatura, la mayor parte de nuestra historia la conocemos debido a personas que se dedicaban a narrarla en sus diarios. Los teatros, otra forma de literatura, ayudaban a las personas a afrontar los malos ratos que estaban viviendo, y la poesía, mas de una vez le a ayudado a alguno a aliviar sus penas.

La literatura, perdónenme por la repetición de esta palabra, es, entre otras, una forma de vida para todo aquel que quiere separarse de la vida real, es una forma de imaginar en la que uno puede ser capaz de sentirse libre y capaz de hacer todo lo que uno no puede. La literatura en si es un libro abierto con el que transformar las horas de aburrimiento en un minuto de entretenimiento.

Todo esto y mucho más es lo que significa esa palabra, pero entonces; ¿Por qué la gente de hoy en día no lee? Esta pregunta es una pregunta que todas las personas de pasadas generaciones se han preguntado por lo menos una vez en la vida y que siempre han respondido de la misma forma, “no leen por que no les gusta”. Esta respuesta, valida para muchos no se acerca para nada a la realidad. La verdadera respuesta a esta pregunta es que la acepción de literatura ha dejado de tener toda esa fuerza que tenía antes. La gente ya no piensa en la literatura como una forma de pasar un buen rato sino que la consideran como una asignatura más que dan en las escuelas en la que obligan a los alumnos a aprenderse nombres de personas junto con su vida y todo lo que escribieron. Esto, la mayor parte de los alumnos, lo consideran como una pérdida de tiempo y es que realmente lo es. No dudo lo más mínimo al decir que uno escribe para que otros lo lean ya que si uno no quisiera esa finalidad, la mayor parte de los escritores no publicaría sus escritos y se los guardarían para uso propio. Y tampoco dudo al decir que todos los escritores quieren que otros los lean para que se diviertan en lo que lo hacen y no para que la gente lo pase mal teniéndose que aprender, por su culpa, toda su vida y sus obras.

Esta asignatura tan conocida por todos ha sido la causante de que la literatura se este muriendo, y no solo ha sido la causante sino que para intentar arreglar lo que ella ha causado se les obliga a los alumnos a leer a los grandes de la poesía, el teatro, la novela…

El mejor regalo que se le puede hacer a un escritor es el que alguien lea algo suyo por puro interés, mientras que el valor que tiene para él el que uno lo haya leído por obligación, es nulo.

martes, 20 de mayo de 2008

Y TODO POR COMODIDAD

No he escrito tantos artículos en mi vida como para llamarme escritor, pero tampoco soy de a los que se les puede llamar novato. He escrito artículos de todas clases y siempre he creído que eran muy diferentes entre si hasta hace unos días, cuando recibí una carta de un viejo amigo de correspondencia en la cual éste me hacia una pregunta de gran interés, además de contarme las típicas cosas que se suelen contar los amigos que hace tiempo que no se ven.

“Amigo mío” (Iniciaba así el escrito) “A pesar de llevar bastante tiempo leyendo todos los artículos que me has ido mandando a lo largo de todo este tiempo, continuamente me llama la atención el que en todos tus escritos, por muy variados que sean, siempre se están quejando de algo.” (Y aquí venia la gran pregunta que tanto tiempo me costo responder) “¿Cómo es que nunca has hecho ni una buena critica de algo que merezca la pena?” Esto que dijo hizo que me diera cuenta de que realmente mi amigo tenia razón, y por lo tanto, me puse a pensar una respuesta para poderle contestar lo antes posible. Finalmente, después de varios días de meditación y rutina conseguí responder a su pregunta lo mejor que pude.

“Querido Rendan, esa pregunta que me hiciste en la anterior carta ha sido una de las mas interesantes que me han hecho en mi vida, en un principio creía que lo que me habías contado no era mas que algo que te había parecido a ti sin ser realmente verdad, pero después de remirarme una gran mayoría de mis artículos, me he dado cuenta, a muy pesar mío, que todo lo que decías era correcto. Esto me hizo pensar que todo aquello podía ser solo una gran casualidad, y que para intentar remediarla tenía que hacer otro artículo con el que alabara algo aunque no estuviera de acuerdo con ello. Empecé a escribirlo como cualquier otro, hice su introducción y continué relatando mis pensamientos sobre aquello de lo que estaba hablando. Todo parecía ir bien, pero cuando terminé el escrito y lo remiré para ver que tal me había quedado, me di cuenta del por qué escribo todos los artículos de forma negativa. Sin darme cuenta, de un artículo que había intentado que fuera positivo, había aparecido otro que era todo lo contrario, al no ocurrírseme nada bueno que contar sobre ese tema había tirado por el camino más fácil de la escritura llegando a parar a lo que había creado. Todo había sido por mera comodidad, en vez de buscar razones con las que justificar que algo era bueno, había creado otras con las que decir que era malo. Había sido la forma sencilla de acabar de escribir, era mas fácil quejarse de algo, porque siempre puedes encontrar tus razones por muy entupidas que estas sean mientras que para hablar de algo bueno tienes que buscar unas verdaderas razones, esta es mi respuesta a tus preguntas y creeme cuando te digo que no estoy muy orgulloso de ello, pero esta es la pura realidad.”

Así acabé de escribir la carta feliz de haber conseguido encontrar la respuesta adecuada en un artículo que por naturaleza, había sido creado sin esfuerzo alguno y por comodidad.

UNA SOCIEDAD PERDIDA

En el corto periodo de mi vida, he podido ver más que muchos y a la vez insuficiente comparado con las personas que, no por ser mayores ni más sabias que yo, han tenido más interés sobre la vida. Y es que los saberes del mundo entero se pueden basar en esa única palabra, interés. Un interés por todo aquello que te rodea en el día a día, un interés por las cosas mas pequeñas o incluso por lo que no puedes ver.

Y es que, todos los grandes pensadores de la historia no tenían mas de listos que cualquiera de nosotros, pero si se preguntaban el por qué de las cosas y no paraban hasta averiguarlo. Desde Leewenhoek, que se dedicó a hacer unas lentes cada vez mas perfectas acabando incluso por descubrir a unos pequeños organismos que no se podían ver con el ojo humano. Hasta nuestros días que conocemos todo sobre esos organismos unicelulares, han pasado muchos años de duro trabajo para aquellos que, por puro interés, agarraban un libro y se ponían a trabajar sin descanso mientras no encontraran una respuesta a sus preguntas.

Durante todo este tiempo han pasado por el ciclo de la ciencia muchos científicos que no encontraban otra razón de su existencia mas que la de descubrir como las cosas son así y por qué son así. No todos los grandes pensadores opinaban igual, y por ello, unos contra otros se esforzaban por buscar, no solo la solución a sus problemas, si no también la hipótesis que contrarrestara la de su contrario. Así, unos contra otros se iban estropeando las ideas y creando otras nuevas con el fin de acabar descubriendo lo que ansiaban con tanta fuerza.

Muchos piensan que esta forma de comportarse eran simples piques que tenían los pensadores entre ellos, pero por lo que a mi respecta, los curas para saber si alguien ha hecho realmente un milagro, ponen a uno en contra del” abogado del diablo” para saber la verdad de los relatos que han provocado esas ideas. Esto significa que no porque dos científicos se peleen por sus ideas hace que el que haya supuesto lo que realmente es, sea el verdadero descubridor, sino que ha sido el que, gracias al otro, a conseguido ver los fallos de sus investigaciones.

En la vida actual casi todos estos intereses se han perdido, las personas que están en los estudios, eligen aquel futuro que les resulte más fácil de conseguir, y no aquel que realmente quieren. La gente solo se dedica a lo que tiene que dedicarse, y aprovecha el tiempo libre y los fines de semana para descansar y prepararse para un nuevo día igual que el anterior. Las personas ya no tienen interés por las cosas, y si lo tienen, se dedican a buscarlo en Internet sin pararse a pensar ni un segundo en si lo pueden descubrir ellas mismas. Esto ha hecho que todo aquello en lo que he relatado antes se ha esfumado con el paso del tiempo y del desarrollo llegando a convertirse en una sociedad perdida.

LA VIDA COMO ES

La vida en este mundo es una vida en la que predominan todo grupo de personas guiadas por un factor ya sea la música, la religión o la forma de pensar.

Todos en esta vida pertenecemos a uno de estos grupos, y el que no, se limita a tener una vida sin sentido que intenta arreglarla ocupando, ese hueco que le queda, con el trabajo o el dinero convirtiéndose en esclavos de éste y pasando a ser su forma de vida.

Y es que, todo el mundo tiene que entretenerse de alguna forma, los religiosos, se sumergen en sus creencias como gota de lluvia que cae en el mar. Se acaban dedicando tanto, que terminan prescindiendo de aquellas cosas que, como e contado antes, son ampliamente necesarias para los solitarios o aquellos que por diversas razones no se relacionan con el resto de las personas.

La música, aunque parezca increíble, también afecta a la forma de ser de las personas. Afecta en su forma de vestir e incluso en la de comportarse, pero esta no afecta al resto de las personas sino que únicamente a ellos mismos. Ven necesario el realzar entre el resto de las personas, quieren tener su propia personalidad diferente a la normal, y les da igual lo que piensen las personas de ellos mientras no se lo digan a la cara. Son estilos muy diferentes entre si pero a la vez muy parecidos, porque aunque no escuchen la misma música, todos tienen unos ideales parecidos.

También están los grupos que se crean dependiendo de la forma de pensar de las personas, si es verdad que estos grupos son muy generalizados ya que entran los otros dos anteriores, pero son éstos los que mas han influido en la historia y han afectado a todas las personas que están su alrededor. Todas las guerras que ha tenido el mundo ha sido a causa de la forma de pensar de una o varias personas. Está la revolución francesa, que se inició gracias a unas personas que pensaron en la igualdad de derechos y en la división del poder en tres e intentaron acabar con el antiguo régimen que les tenía encarcelados. Está la segunda guerra mundial que fue debida a la forma de pensar de Hitler que no quería que los judíos vivieran de igual forma que los demás. E incluso, están las guerras entre varios grupos como es la guerra civil española.

Todas estas guerras han sido causa de querer hacer cumplir los ideales de uno sin considerar lo mas mínimo los de los demás. Pero a la vez han sido una forma de intentar conseguir una libertad que le conviene a uno solo y que es prácticamente inalcanzable si no se quiere romper la ley moral que dice: “La libertad de una persona acaba donde empieza la de otra.”

Esta ley dice mucho aunque no lo parezca porque todos estos grupos de personas que hay en todo el mundo y a lo lago de toda la historia no serian mas que uno solo en el que no existirían las personas solitarias ya que serian iguales que el resto y en el que las diferentes formas de pensar se las guardaría uno mismo para él. Es decir, seria una sociedad perfecta o mejor dicho, el paraíso.

LAS 5 LEYES DE TODO ESCRITOR

El otro día recibí una nueva carta de mi buen amigo de correspondencia Rendan Laveriz, en la cual, agradecía mi última contestación y me explicaba que, debido a esta, él había empezado a escribir después de muchos años sin haber tocado un libro.

Estaba orgulloso de sus escritos. Por primera vez en su vida había decidido empezar algo que le ayudaba a pasar un buen rato y que además le ayudaba a ejercitar su olvidadiza memoria. Estaba alegre de empezar a escribir, pero la gente que leía sus artículos no decía lo mismo.

Según me decía, había puesto los artículos en su blog y no había obtenido más que quejas hacia su forma de pensar y de escribir, no había obtenido ninguna crítica buena, y para colmo, se le habían acabado las ideas. En esta carta que me había mandado y yo había recibido con los brazos abiertos me contaba todo esto y mucho más, pero la verdadera razón de todo aquello era una de sus típicas preguntas que tanto tiempo me cuestan responder. ¿Qué hay que hacer para ser escritor? Me alegré de que me hiciera esa pregunta ya que hace poco tiempo había hablado con otra persona sobre el tema y prácticamente tenia ya una respuesta preparada.

Hay cinco normas básicas que todo escritor debe cumplir para que su artículo pueda llamarse como tal.

La primera de todas es una que parece muy típica pero que aun así mucha gente desobedece, esta es la de no decir nada ofensivo ni que moleste a nadie. Ésta, más que ser una norma para escribir artículos es una forma de que el autor no se meta en más líos que los de una mala critica.

La segunda regla es otra que va unida a la primera. Esta es la de que no se puede generalizar. Todo el mundo tiene el derecho de quejarse de algo en sus artículos pero ninguno puede quejarse de todo, es decir, uno se puede quejar de la persona pero no del grupo.

Luego esta la tercera norma también unida a las otras dos, la de no asegurar nunca las cosas. Se puede pensar de una forma, pero también tiene que estar seguro de que por muchas razones que tenga de pensar así, habrá otros muchos que pensarán completamente diferente y que no por ello no tienen razón. Un escritor tiene que saber que no todo el mundo piensa igual que él y que merecen ser respetados, por lo que nunca se debe decir que algo es, sino que puede ser.

La cuarta es una que no todo el mundo cumple pero que también es importante. Todo escritor, como es lógico, escribe su artículo y lo revisa una vez terminado, pero aun así, muchos escritores no lo dejan dormir. Para asegurarse de que un texto esta bien escrito no hay que revisarlo una sola vez, sino que hay que revisarlo tantas veces como se pueda, dejarlo reposar, y volverlo a leer cambiando todo aquello que en una primera lectura te suena bien pero que aun así no esta bien escrito.

Y la ultima norma de todas, aunque parece la mas ridícula de ellas, para mi, es la mas importante sin dudarlo. “Si no tienes nada que decir, no digas nada”