domingo, 30 de agosto de 2015

Una palabra muy repetida


Los secretos del amor, en un mundo en el que el llamado amor libre cobra toda la fuerza de la vida diaria, han pasado a ser algo, ya no misterioso y desconocido por todos, sino indiferente y aislado a casos contados.

Algunos dirían que el secreto está en el sexo, la mayoría si somos sinceros con nosotros mismos. Haciendo caso a la normalización de este en series y películas, lo vemos como algo primordial pasando a ser el protagonista principal de una relación dejando a la propia persona, en un papel secundario.

La fascinación por la persona contraria, el por así decirlo, cuán magnifico es alguien, su aspecto físico y sus habilidades, ¿Es listo? ¿Guapo? ¿Tiene dinero? ¿Moto? ¿Fuma? ¿Es deportista? Muchas preguntas puramente físicas se nos pasan por nuestra cabeza a la hora de emparejarnos con alguien pero ¿Es esto amor? No niego que al principio creamos que lo sea, puede incluso que en algún momento se convierta en ello si tenemos suerte, pero la línea entre pura atracción y el amor es demasiado fina como para reconocerla a primera vista.

¿La sinceridad? Está claro que es algo importante para que una relación funcione, en mi opinión gran parte de las parejas fracasan si no están dispuestas a solucionar sus diferencias, para ello la sinceridad forma el importante papel de sacar a la superficie todas las mierdas, antes de que estás pesen tanto, que te llevan al fondo sin posibilidad de remontar.

¿La confianza? Sin ella no hay nada, la persona con la que estas es la persona con la que en un principio has decidido pasar tu vida, la persona que quieres y por tanto, aquella en la que mas confías. Si fracasa esto, si la traición aparece, no hay nada que hacer. No hay nada más doloroso a nivel sentimental que la confianza traicionada, lo peor que se le puede hacer a una persona.

El respeto mutuo es algo que no puede faltar.

¿El pasarlo bien con ella? Si no estás a gusto con alguien está claro que algo falla aunque es en los peores momentos, cuando más la necesitas, cuando se ve realmente el amor.

Los secretos del amor son algo desconocido, podremos saber lo que nos gusta de una persona y lo que no, lo que estaríamos dispuestos de hacer por ella, hasta donde podríamos llegar… pero lo cierto es que el amor es algo desconocido e inexplicable, puede que incluso distinto para cada uno, y es por ello por lo que lo que sigue a continuación es algo tan verdadero como falso de pendiendo de quien lo lea. Simplemente es una opinión personal respetando todas las contrarias.

El amor parte con un algo desconocido que ves en una persona nada más conocerla, ¿Un algo? El algo mas bien, una atracción que supera el simple físico, que supera el ya mencionado cuán magnifico es alguien. Es cada una de sus cualidades, pero no te paras en nada visible a plena luz, es un gesto que haga con la ceja o su forma de mirarte, es su sonrisa, un grito echando la cabeza para atrás, es cualquier minúsculo e inapreciable detalle que pasa desapercibido por todo el mundo, pero no para ti. El algo es lo que te indica que no te vale con pasar una noche con ella, lo que te deja claro que merece la pena jugársela y esperar a que el destino muestre sus cartas, cruzar los dedos en una apuesta de todo o nada en la que el nada lleva las de ganar pero, pese a ello, te conformas antes de estropearlo con un mal movimiento.

Tras el algo llega el conocer más a fondo a la persona y con ello, aparecen o no esos sentimientos que no se pueden controlar y te van a destrozar la vida.

El amor es ponerte por debajo de la otra persona sin quererlo ni esperar nada a cambio, no te importa tu situación, te importa la de ella, no te importa quién gane en una pelea, simplemente hacer cualquier cosa por solucionarla. Te importa su tristeza por tonta sea la razón, sus problemas pasan a ser los tuyos, sus malestares también afectan a tu felicidad. Amor es ser feliz por el simple hecho de que ella lo sea.

Amor no es ver las cosas buenas de alguien, es darse cuenta de las malas y descubrir de repente que son las que más te gustan de ella, es darse cuenta de que te has enamorado precisamente por aquello mismo que debería estar echándote para atrás.

Es darse cuenta que la distancia no es razón suficiente para el fracaso, que no importa cuánto la veas sino saber que la vas a volver a ver.

El amor es no importarte cambiar cosas de ti por alguien.

El amor es saber que la relación es cosa de dos, que ambas personas tienen que hacer el esfuerzo por protegerla, el sexo, el físico, la cercanía, no son más que buenas añadiduras de algo que las sobrepasa, si estas cosas son la principal razón por la que estas con alguien hay que plantearse que ahí hay un problema, o que, desde luego, en un futuro lo habrá.

El amor es una putada que te puede hacer el más feliz o el más desgraciado del planeta, dejar entrar a alguien en tu vida como no lo has hecho de otra manera antes, mostrarte totalmente indefenso, jugártelo todo a una carta, tirarte al vacío a la espera de que te cojan, quitarte la máscara diaria para mostrar cómo eres en realidad.

El algo, sinceridad, confianza, respeto, abrazar los defectos y no importarte otra cosa que ella.

Un camino directo a la autodestrucción. Una pistola que puede apuntar a las dos direcciones.

Esta es la forma que tiene mi persona de verlo asumiendo que esa palabra que he repetido tantas veces durante este texto, es algo tan variado y desconocido como personas hay en este mundo, podéis estar de acuerdo o no estarlo, lo cierto es que no soy alguien a quien le importen otras filosofías más que las mías propias, alguien que conoce sus defectos mejor que nadie y se valora sin necesidad de abuela, que acepta sus cagadas pasadas y aprende de ellas, que piensa demasiado y asume que en el mundo en el que vivimos no todos pueden tener todo y pese a ello se puede disfrutar igualmente de la vida.

Y para ti ¿Qué es el amor?

viernes, 14 de agosto de 2015

Camino de Santiago


Y por fin llegaron los esperados días de camino, el camino de Santiago para ser exactos. 15 días de descanso, de respirar aire fresco, dormir en el suelo y caminar bajo el cielo con paisajes distintos cada día.

Días de pensar, de sentirse libre, de sentirse feliz.

Conocer gente nueva, olvidarse de toda preocupación, toda tristeza.

Sentir que no hay nada más en la vida que tu alrededor inmediato, levantarse preguntándose qué tiempo hará hoy, y a qué personajes veré en el camino.

Llegar a un lugar tras 15 días sin descanso para verlo con otros ojos muy diferentes a como lo hacías antes.

Algo que tachar de una lista pensada en un tiempo muy diferente al actual. Una lista de la que pretendo tachar cuanto sea posible, próximo destino, Barcelona.

Los objetivos no cambian aunque las personas que te acompañan durante el camino sí.

Solo hay que decidirse a dar el paso y recordar que, detrás de una pierna, siempre viene la otra.

lunes, 10 de agosto de 2015

No una poesía cualquiera

No soy poeta, aunque siempre me ha gustado la poesía, los versos simples y sinceros, nada de cosas elaboradas llenas de metáforas que no entiende ni el propio autor.

No soy poeta ya que, si lo fuera, hablaría de esos ojos tuyos tan enormes que ponen nervioso a todo aquel que miran, esos ojos con ese toque de locura que te caracteriza y tanto me fascina, esos ojos que tanto con gafas, como sin ellas, envician a cualquiera volviéndole adicto a sus miradas.

Si supiera rimar rimaría nerviosismo con alegría, cosas que para nada te faltan y si derrochas sin preocuparte por lo que opinen, seriedad con cachondeo, ambos en buena medida en ocasiones, que desconciertan a cualquiera.

Describiría tu forma de ser directa con tu graciosa marcha atrás a la hora de la verdad, esa curiosa frase tuya de “no sé cómo te sienta mi atrevimiento ya que apenas nos conocemos”

Convertiría en música tu forma de hablar y sonreír, el orgullo que tienes de ser como eres, esa seguridad que tanto envidio conque haces las cosas.

Si fuera poeta convertiría palabras en sentimientos, te haría dudar de la inexistencia del querer desde un principio, del jugártela a una carta por imposible que ello parezca, del apostar por un futuro teniendo solo el presente en las manos.

Pero no soy poeta, soy solo una persona rara de cojones que está orgullosa de serlo, alguien que escribe para desahogarse, que inventa más que miente y sueña con algo tan imposible como añorado y existente en otras personas.

Un Platón que asume su papel en el amor y lo rechaza no sin antes escribir sobre él.

Un principiante a escritor que hace el ridículo y aparenta ser quien no es en un mundo, en el que estar con alguien, parece ser lo más importante.

domingo, 2 de agosto de 2015

Receptora de Haiku

“NUNCA SABEMOS QUÉ NOS DEPARARÁ EL TIEMPO,
AUN ASÍ SIEMPRE TENEMOS ESPERANZAS DE SOÑAR CON
UN FUTURO DEL QUE SENTIRNOS ORGULLOSOS.”














Y pasados dos años y pico ese futuro llegó y solo puedo hablar de un pasado recordado con alegría y entristecerme por el ahora presente que apareció inevitablemente destruyendo cuanto se había construido.

Los lugares, las fechas, hasta ciertas palabras me llevan a aquellos buenos momentos que al cabo de un tiempo dejaron de tener importancia. Recuerdo y me siento feliz, ya no hay sentimiento de dolor, la aceptación cubrió un tupido velo sobre él dejando solo el orgullo de haber vivido lo vivido y la tristeza de haberlo dejado marchar de aquella forma.

Ahora me doy cuenta de que tuvo un final desde el primer momento, pero no el que se merecía aquella historia.

Buenos recuerdos, muy buenos recuerdos que en ocasiones se echan de menos, pequeños gestos que sin querer me hacen sonreír en la actualidad.

Asumo la responsabilidad de mis actos y con ello quedo en paz conmigo mismo, de mis errores aprendo, me encantaría solucionarlo, decir cuán responsable soy de todo, decir cuánto siento un presente que no podía ser peor.

He rehecho mi vida, soy feliz aun con la espina clavada de algo inacabado, o mejor dicho mal acabado, soy feliz de haber vivido lo vivido, no me avergüenzo de mi pasado sino que lo recuerdo con cariño, algo que agradecer.

Mis sentimientos quedaron atrás pero no puedo negar que lo que perdí en ese momento fue algo muy importante y como tal, debí dejarlo volar en libertad y aceptar que este “no Haiku”,  por mucho que me entristezca, es el último que escribo.