sábado, 17 de octubre de 2009

MULTITAREA

La perfección nunca ha existido, pero eso no quita que no podamos acercarnos cada vez mas a ella intentando alcanzarla como una manzana colgada de la rama más alta de un árbol (por muy alto que sea este ultimo, siempre se puede encontrar una escalera mas larga que la anterior para poder ver mas cercano ese fruto intocable)
Al igual que un nadador puede mejorar su marca con el entrenamiento diario, y un guitarrista consigue tocar cada vez más rápido su canción preferida, cualquier persona puede decidir hacer algo que, con la práctica y la repetición, va mejorando. Aunque, claro esta, ésta mejora cada vez es más lenta según se va acercando a lo que consideramos el grado de máxima perfección (intocable pese a estar cada vez mas cerca de él)
Y al igual que cualquiera puede dedicarse a hacer algo, hasta considerarse experto en la materia, también cualquiera puede decidir no elegir solo una cosa por hacer.
Hay gente que, ya a una avanzada edad, recuerda con añoranza todo lo que ha hecho en la vida, y se da cuenta, a su pesar, de que todos los sueños y todo lo que tenia pensado hacer durante ésta misma, no se ha convertido en nada más que en lo que era en un principio, nada. Y después de pensar en que, todo lo que han hecho en su vida no ha sido más que una serie de obligaciones y casualidades, se atreven a generalizar que en los años en los que está una persona en el mundo, las obligaciones hacen que no pueda hacer mas de la mitad de lo que tenía pensado hacer.
Dios nos hizo libres, no para que usásemos nuestra libertad en encarcelarnos nosotros mismos haciendo, solo y exclusivamente, lo que tenemos que hacer, ya que, como he dicho antes, cada uno de nosotros tiene la capacidad de intentar alcanzar la perfección en cualquier cosa, ya sea en una sola, o en varias.
Un nadador no solo puede especializarse en batir sus propias marcas y las de otros, sino que, si quiere y lo desea, también puede especializarse en algo tan contrario como es la música o la escritura.