Las olimpiadas habían acabado, pero la crisis y todos los
problemas que había en el país no se dignaron siquiera a reducirse.
Las cosa cada vez iba a peor, durante la época de deporte
mundial todo se había olvidado, los pobres seguían allí, los explotados, los
sin techo, todos ellos aun estaban en sus respectivos puestos, pero no en la
mente de las personas. Ahí solo había competición como si nada malo les fuera a
pasar.
El último ataque del gobierno en esos días fue nuevamente la
reducción del sueldo de los funcionarios, personas con familia que se habían
ganado a base de esfuerzo aquello que en esos momentos les estaban volviendo a
robar. Mientras, los políticos seguían obteniendo el mismo dinero a fin de mes,
o mejor dicho, aquellos que no quisieran cambiar su ganancia, no lo hacían, ya
que para ellos, era optativo.
El resto del pueblo funcionario pasó, sin excepción, a tener
todo un sueldo menos, pero la cosa no acabó ahí; la edad de jubilación aumentó
al igual que el número de parados a los que se sumaban todos aquellos
estudiantes que no tenían oportunidad de encontrar trabajo. Los políticos
pasaron de robar pagas extras a participar públicamente en robos de
supermercados sin consecuencia alguna, y mientras, ellos viviendo igual que
siempre o incluso mejor que nunca.
La familia real, bueno, ellos por lo menos disfrutaron de
unas olimpiadas magnificas en las que gastaron una millonada en una seguridad
que hubiera sido innecesaria si se hubieran quedado en casa como el resto de
españoles.
La princesa, bueno, ella al menos vivía feliz con sus pechos
nuevos y otras operaciones para cambiar su físico y aparecer mejor por la tele saludando
a los atletas.
El pueblo, bueno, nosotros al menos estaríamos entretenidos
con unas olimpiadas que al fin y al cabo, se podrían comparar con los juegos
romanos que solo aparecían cuando la mayoría estaba descontenta con la
dirección del imperio.
Sonreí por un momento mientras recorría las calles repletas
de habitantes, sin hogar al que ir, y de edificios, sin dueño al que recibir.
Ahora el pueblo ya no tenía nada que perder, solo había que esperar a que ellos
tuvieran todo por proteger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario