Nadie
sabe hasta qué punto una mirada puede entrar en una persona.
Allí donde
se crean las amistades, donde las risas fluyen y las tardes se vuelven noche.
Donde tu
música se convierte en recuerdos y tus recuerdos, en un aire de añoranza plasmado
en el presente.
Nadie sabe
lo que un momento y una persona pueden representar en tu futuro.
Allí,
en una noche de bares.
Donde
las penas se gritan a pulmón.
Donde
se brinda por la pérdida y el dolor.
Donde la
locura se vuelve humana y los desconocidos, camaradas.
Todos los
problemas se resuelven en la barra.
Entre
borrachos y camareros jóvenes estudiantes y obreros,
Viejos con
historias pasadas.
Las personas
se conocen, los presentes se juntan por un momento o toda una vida,
un recuerdo,
un instante, una sonrisa.
Nadie sabe
hasta qué punto una mirada puede entrar en una persona.
Allí,
en una noche de bares.
Hay miradas que nos marcan compañero, lo triste a veces es que no se repite...Un abrazo!
ResponderEliminarHacía tiempo que no pasaba por aquí y la evolución en tus escritos es espectacular! Muybueno.
ResponderEliminarEl título hace honor a tu entrada, amigo Rendan. Una ronda donde todo fluye de manera natural y vital. Te aplaudo.
ResponderEliminarUn abrazo, compañero.
Ohh qué bueno volver a leerte! Un fuerte abrazo!
ResponderEliminar... a veces encontramos a esa persona con la que se habla a miradas y entiendes que es posible brillar y sentir todo desde la nada....
ResponderEliminarUn abraz✴
Esas miradas que dicen tanto... muy bueno !! besos
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