sábado, 23 de enero de 2016

Incompatibilidades sin importancia

Ella tan pequeña que desaparecía entre sus brazos, él, bueno no sabría cómo definirle exactamente.

Ella diferente,  con las ideas claras y a su vez indecisa como ninguna, dos caras de la misma moneda, con genio y cariñosa, seria y con una sonrisa preciosa, con varias máscaras todas igual de atractivas, todas igual de sorprendentes, igual de intimidantes.

Imponente desde luego, pero a su vez amistosa, amable, de una compañía tan cómoda que parecía que fuera de toda la vida.

No se ve a sí misma como es realmente, le da un gran valor a sus mierdas cuando de estas todos tenemos y no le debemos dar más importancia que algo pasajero.

Los dos sinceros, tan incompatibles como parecidos, con el respeto siempre de por medio, dos piezas del mismo juego pese a todas sus diferencias, pese a ser blanco y negro.

Relación sin nombre de tal, relación con pies de plomo, sin definir, sin aclarar, sin pensar en nada más que el presente y disfrutar de él.

Relación con despedidas repletas de incertidumbres, pasar a no ser nada y sin embargo…

Relación con reencuentros posibles y diferentes,  sin más preocupaciones que la de no convertirse en dos extraños.

2 comentarios:

  1. Este relato me ha encantado. Creo que refleja totalmente una realidad cotidiana, donde no siempre "todo" se puede rotular,donde la libertad o simplemente el fluir de la vida,va llevando a estos personajes a descubrirse!

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  2. La describes con ternura... como disculpándola por su forma de ser. A él más seguro de todo, en apariencia...el alfa y el omega, el yin y yang... atrayéndose y alejándose...
    Qué bonito, Rendan!!

    Un fuerte abrazo, compañero.

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