lunes, 18 de julio de 2016

Código binario


A veces el tener a alguien a quien decir buenas noches es lo que se necesita para ser feliz.

Una sonrisa, una caricia, un abrazo, dos cuerpos que están cada vez más cerca.

A veces un colchón de 90 dividido en dos es el espacio suficiente para dormir plácidamente, tener una piel ajena que morder…

Tener en la cabeza una sonrisa todo el día que te haga sonreír con la tuya propia.

Una foto mental de dos cuerpos delante de un espejo, un momento de risa sin motivo alguno…

Dos personas dos cuerpos, dos manos para tocar, dos bocas… el dos siempre ha sido un numero con significado.

Una nariz en un ojo al unir dos labios. Dos personas en una cama de a uno. El dos cuanto más cerca está, se convierte en uno.

Un año que queda en la mente grabado a fuego. Dos opiniones, dos personalidades, una atracción, una vida que compartir y dos ajenas a esa una.

Si el dos se convierte en uno, y ese uno son dos, las matemáticas dejan de tener sentido, la razón ya no es razonable, las cosas empiezan a tener un color que no tienen cuando los números cuadran.

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