miércoles, 16 de noviembre de 2016

Despedida


Oriol volvió a su ciudad y descubrió que ya no era suya, todo había cambiado, muchos ya no quedaban y los que si lo hacían, tenían vidas muy distintas a las de antes, habían aparecido nuevas personas y situaciones en las que él ya no participaba.

La ciudad parecía igual, pero no se sentía como tal, sus recuerdos se habían quedado en eso mismo, recuerdos.

Oriol aceptó la realidad, y aunque aquello le generaba tristeza, sabía que el cambio era bueno, ya no pertenecía a aquel lugar, el futuro le esperaba en otra parte como una hoja en blanco por escribir, no había forma de estancarse en el pasado.

Orgulloso de haber vivido todo lo vivido en aquel lugar respiró fuerte una última vez y se despidió de todo lo que había conocido antes de meterse en el avión.

La vida sigue y el cambio se hace realidad evitando la monotonía y apareciendo la tristeza y la nostalgia. No es bueno, no es malo, está ahí y hay que aceptarlo, seguir adelante.

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