domingo, 1 de octubre de 2017

Hablemos de nacionalismos


Soy español porque nací en España, si hubiera nacido en Francia seria francés. Es simple, obvio y sin importancia.

Es la mayor gilipollez que pudimos inventar el ser humano después de crear la política y empezar a ponernos unos por encima de otros.

Soy salmantino porque nací en Salamanca, ¿O Coruñés porque viví en Coruña? ¿Malagueño quizá? ¿Soy a caso del sitio donde vivo, nazco, o donde me siento?

¿Soy de donde estoy empadronado aunque no pise ese lugar más que dos veces al año? ¿De dónde soy? ¿Qué soy exactamente? ¿Es acaso necesario que me tenga que poner alguna etiqueta?

Si estoy en un sitio tengo que cumplir sus normas y sus leyes me gusten o no, eso lo tengo claro, o por lo menos, aprender a convivir con el resto de seres humanos por poco que me gusten y esperar que no me pillen por las leyes que incumplo. La convivencia y el respeto (al menos fingido) son la base de toda sociedad.

¿Soy del sitio donde vive mi familia aunque yo no viva allí? ¿Soy de donde vengo o a donde voy?

No creo en las utopías aunque creo que en ellas se basa el movimiento de este mundo. No creo en la política pese a ser necesaria hoy en día, no creo en la democracia pese a funcionar en la teoría (no en la práctica) no creo en la diferenciación por territorio, lengua o cultura.

No tengo absolutamente sentimiento de territorio, me da igual que me consideren español, francés, salmantino, coruñés, malagueño o bilbaíno, me da exactamente igual que la cultura desaparezca, si las cosas mueren será por algo, no le veo el sentido a mantenerlas con vida por el simplemente hecho de no perderlas, si un monumento se tiene que caer que se caiga.

Sueño con un mundo sin fronteras, sin etiquetas, sin diferenciaciones de ningún tipo, sueño con un mundo en el que la gente luche por romper los muros y juntarse aun más, sueño por un mundo en el que absolutamente todos los políticos se van a la mierda sean de la ideología que sean.

Que se pegue todo el que se quiera pegar, yo mientras iré recogiendo los restos que van quedando aprendiendo a vivir con ellos, me niego a participar en algo en lo que no creo, esta guerra no es la mía por muy dentro que este en ella.

3 comentarios:

  1. Tranquilo, ya nos uniremos cuando nos invadan los extraterrestres. Aunque un momento: soy terrestre porque nací en la tierra, si hubiera nacido en marte sería marciano. Es simple, obvio y sin importancia...

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  2. Entiendo tu post a la perfección.
    De hecho, creo que lo que dices, es algo a lo que la humanidad debería aspirar. Pero de momento, hoy en día no es posible... Como ves algunos todavía lo llaman demagogia. ¿Por qué? Creo, por lo visto y experimentado, nosotros: El Ser Humano, por naturaleza e incluso instinto, nos comportamos como animales depredadores posesivos y oportunistas.
    De acuerdo.
    Hemos desarrollado una inteligencia superior y bastante compleja.
    Cabe hacerse una pregunta ¿Con qué objeto u objetivo?
    No estoy muy seguro de si lo hicimos para depredar mejor, o para auto extinguirnos en nuestra beneplácita sociedad consumista, de hecho, basada en principio, más que en el intercambio comercial, en la rapiña y la guerra con un objetivo de apariencia secundaria, pero primordial: el exterminio de pueblos, animales, especies, etc molestos, o que se antepusieron y anteponen a nuestras aspiraciones y sentimientos de bienestar social.
    De todos modos, observo que a corto plazo, tal como se ve reflejado en otros comentarios, la situación no cambia o evoluciona en sentido alguno, en cambio se acentúa. Ya que la cadena de despropósitos, genocidios y guerras, de las que se alimenta la humanidad gira cada día semana mes año, más y más rápido... Es solo un punto de vista. Tal vez negativo? No lo creo en absoluto. Hasta lo donde yo sé, hoy en día, el mundo funciona así... y nada ha cambiado en por lo menos, ¿cinco seis, ocho siglos...?

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  3. aplaudo y comparto casi todo lo que dices excepto que yo diría que es una pena que desaparezca una cultura por prevaricación de otra. Por lo demás pienso también que las banderas son trapos que invitan a la división y al odio en nombre de la unión y la identidad. Las noticias que llegan desde España me dejan completamente desencantada y cabreada también. Abrazo!

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