Gilipollas
el noventa por ciento.
Capaces
de grandes cosas eso es cierto,
pero
gilipollas igualmente sin remedio,
sin querer dejar de serlo ni dándose cuenta de
ello.
En el
amor, un desconcierto que a la primera
es para siempre como que es un momento.
Si se
adora a alguien es al dios dinero,
pero
siempre desde dentro,
ya que por fuera todos muy buenos.
Gilipollas
el noventa por ciento.
Hipersensibles
por seguir las ideas del resto estemos con ellas o no de acuerdo,
ya que
llevar la contraria a la mayoría, es no estar en lo cierto,
es auto
flagelarse,
es no
ser decentes como el resto de un mundo que se digna a juzgar creyendo que
tienen la verdad sin serla,
seres de luz, seres perfectos.
Gilipollas
el noventa por ciento.
Y puede
ser que esté dentro de ese grupo, no lo niego.
Hay
grandes probabilidades de hecho.
Pero
rechazo ser un alumno más que sigue al maestro que se cree mejor que ninguno,
que por
excelencia es un capullo que disfruta teniendo poca paciencia,
que sin
comerlo ni beberlo, tienen que aguantarle hasta el exceso.
Gilipollas,
el noventa por ciento.
De
política, o de derechas o de izquierdas,
nunca
de un centro que coge lo mejor de ambas
y no se
pierde en convertir los grises en blancos, o negros.
Gilipollas
el 90 por ciento.
O no.
Lo
mismo esto es solo un invento de alguien que no sabe ver de las personas lo
bueno
y lo plasma en estos versos.
Ojala
esté equivocado,
digo
noventa como digo el ochenta, el setenta o el cero,
no seré
yo quien generalice y os haga creer en lo que os diga,
Eso es
cosa vuestra no mía,
y
vuestra opinión,
con
todo el respeto,
no me quita el sueño.
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