sábado, 1 de junio de 2019

Hablemos de "2010, Odisea dos"




Hablemos de “2010, Odisea dos”, la continuación directa de “2001, una odisea espacial”.

Al contrario que su predecesor, que contaba varias historias a lo largo del tiempo en torno a un extraño monolito, llevándonos  a pensar en nuestra existencia y lo que nos hace realmente  humanos, “Odisea dos” empieza donde lo dejó este primer libro, resolviéndonos las dudas que quedaron en el aire aunque no necesitáramos de su respuesta.

Este libro se moja dándonos contestaciones que no esperábamos a las preguntas que la  narrativa genera, dejando mas de lado el tema filosófico, y centrándose más en la pura novela de ciencia ficción.

Aun siendo conocida la famosa frase de segundas partes nunca fueron buenas, aquí lo podemos considerar más bien como más capítulos de una historia que no había acabado, o cuyo final había dejado misterios en el aire.

Tanto los personajes, como las leyes que gobiernan este mundo,  son vistas en todo momento desde arriba, pudiéndole coger cariño a unos personajes carismáticos, pero siempre siendo consciente del pequeño valor que tienen los seres humanos dentro de una universo inmenso y desconocido. Tú no formas parte de la tripulación, sino eres el mero espectador de unos sucesos que van a cambiar el transcurso de la humanidad.

En todo momento eres consciente de que los protagonistas son lo de menos, la historia que va sucediendo entorno a ellos y al resto de los seres humanos, es lo verdaderamente importante, la narración y lo que ocurre en ella.

Como novela de ciencia ficción indudablemente es impecable no sabiendo cuál es la línea que separa la realidad de la propia ficción, todas las cosas, hasta las más sorprendentes, son descritas con una completa sensación de realismo.

¿Merece la pena?

Si te gustó la primera parte veo necesaria esta segunda para darte ciertas respuestas que, aunque podrías sentirte conforme sin ellas, he de decir que no dejan con mal sabor de boca.

1 comentario:

  1. Si la segunda parte no te gustó, ni siquiera te acerques a la tercera.
    Mucho menos a la cuarta. Esa ya es lamentable.

    Saludos,

    J.

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