miércoles, 7 de septiembre de 2011

Meditaciones

Lees poco.

Lo se

Escribes aun menos

Pero sigo escribiendo ¿no? Eso tiene que significar algo.

No eres buen escritor

Tampoco pretendo serlo, no escribo por el lector, escribo porque me gusta, porque se que, ocurra lo que ocurra en mi vida, siempre me puedo desahogar en las palabras.

¿Y por qué lo cuelgas entonces en este blog?

¿Y por qué no? No escribo sobre nada de lo que me arrepienta y no veo la necesidad de esconder mis palabras, sino todo lo contrario, deseo soltarlas como un grito al aire para quedar en paz conmigo mismo.

¿Por qué escribes?

Porque sé que actualmente las palabras escritas tienen más valor que las habladas.

¿Qué significa eso?

¡Cómo que qué significa eso! ¿Acaso tiene algo de valor la opinión de un chaval de dieciocho años en boca de un chaval de dieciocho años?

No.

Pues entonces no hay nada más que hablar sobre el tema.

¿Y las palabras escritas tienen más valor que las habladas?

Al menos estas últimas perduran para siempre.

¿Y qué hay de la lectura?

¿Qué pasa con ella?

Lees poco.

El mundo no me deja leer.

¿Cómo es eso?

Un año tiene 12 meses, un mes 4 semanas, una semana 7 días, y un día 24 horas de las cuales 8 son las que supuestamente duermo, 2 para las comidas, 5 de clases, y el resto de trabajos fuera del horario laboral. ¿Dónde encuentras tú hueco para uno mismo?

No lo hay.

Pues entonces no leo.

¿Y los fines de semana?

Si tengo tiempo ya se preocuparan mis profesores de mantenerme ocupado.

Entonces, ¿Vives para trabajar?

¿Acaso tu no?

Solo hay dos tipos de personas en este mundo que no trabajen. Los que no pueden pero desearían hacerlo.

Y por el contrario, los que viven de gorra aprovechándose de los demás. Estos últimos son los que mejor vida llevan.

¿Y tú dónde estás en todo esto?

Yo tengo la suerte de poder formarme un futuro trabajando. Aunque siempre estarán los que, inmerecidamente, estén mejor que tu.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Frases prestadas- frase 1

"Si el tiempo se pusiera en pause... ya entonces me preocuparia de las decisiones que tubiera que tomar" R.L

jueves, 2 de junio de 2011

Mi opinión

La religión, sea cual sea, está hoy en día mal vista por personas de todas las edades y todas las clases sociales. Ya casi ningún joven tiene fe en ninguna cosa y no andaría muy erróneo al decir que, una gran mayoría, no sabría decirme que es eso de tener fe en algo. La religión es, en definitiva, algo que en la actualidad está en peligro de extinción.

Yo soy creyente, y no me avergüenza decirlo pese a todo lo que puedan cuchichear otros de ello. Soy creyente y por lo tanto mi postura será, respetando otras ideas y creencias, la de alguien que sigue la fe y que ha tenido la suerte de creer sin razón alguna en un Dios que cuida de mí en todo momento.

Tal vez algunas, o por desgracia muchas personas se rían de ello, pero eso no me importa, ya que ni ellas mismas saben bien por qué lo hacen. Tanto en los malos como en los buenos momentos sé que hay alguien que guarda por mi apoyándome en todo y diciéndome que lo que pasó tuvo que pasar y que ahora me preocupe por mi futuro que es por el que debo luchar.

Al igual que muchos no entienden cómo alguien pueda creer en algo tal como la religión, yo me limito a pensar al contrario no entendiendo cómo alguien puede vivir sin algo tan necesario como esta. Si ya se nos hace dura la pérdida de un ser querido a aquellos que creemos en la otra vida, no puedo ni imaginarme lo que debe de sufrir aquel que no cree en nada más que en aquello que puede tocar y sentir físicamente.

Solo el mero hecho de vivir sin nadie a quien rezar y en quien depositar toda confianza en los malos momentos, o a quien agradecer los buenos, me es imposible saber cómo reaccionar no sintiendo desesperación y desconcierto por conocer la causa de mi existencia. Yo no me rio de aquellos que no creen, no podría imaginarme una vida tan sin sentido como la que tienen los que luchan solos en este mundo lejos de ser justo y perfecto. No siento necesidad de burlarme de aquellos que solo se tienen a sí mismos para afrontar todos los males y catástrofes que por desgracia ocurren con mucha normalidad. Simplemente puedo sentir tristeza porque no hayan tenido la suerte de nacer con la fe ya impuesta y esperar a que en algún momento puedan saber lo que realmente significa esa palabra.

Soy una persona normal, y yo creo que todos mis amigos y familiares pueden corroborar esta afirmación. No me diferencio absolutamente en nada del resto de gente, no destaco absolutamente en nada, y todo lo que sé fue gracias a un esfuerzo anterior. No me creo especial por ser como soy y no me meto con nadie por ser como es. La única diferencia que tengo con muchas personas es, que al igual que otra gente, creo en un Dios bueno y protector al que le debo todo. Esto es lo único que me diferencia de muchos y me asemeja a otros pocos, y aun así hoy en día esta pequeña diferencia que no hace daño a nadie es motivo de burla. Una burla por el simple hecho de no comprender y no sentir nada parecido al significado de la palabra fe.

jueves, 24 de marzo de 2011

NADA MAS QUE DECIR

“Si el tiempo se pusiera en pause… entonces si me preocuparía de las decisiones que tuviera que tomar”

El mundo esta dividido en dos partes: la primera de ellas esta llena de tristezas, miedos, decepciones, injusticias… Y sobre la otra parte que tiene el mundo… bueno, esa depende del optimismo de la persona que lo este observando.
No escribo esto para afirmar que el mundo es un desastre, sino para otorgarle el beneficio de la duda y demostrar que, pese a su menos, es ese el mundo en el que vivimos y con el que tenemos que acarrear queramos, o no.

Según una frase que dijo John Lenon, “la vida es aquello que va ocurriendo mientras nosotros nos dedicamos a hacer planes” y yo añado “pero pese a ello, estamos obligados a pensar en nuestro futuro, deseando que nuestros deseos se cumplan aun sin tener una alta probabilidad de que sea así”

Estamos obligados a velar por el bien de nosotros mismos y de nuestros familiares. Obligados a luchar en una guerra en la que hay unas altas probabilidades de morir. Y todo ello solo por estar en un mundo imperfecto, no a causa de Dios, no quiero ser mal interpretado, sino a causa de la degeneración mental que parece tener el hombre con el paso del tiempo.

Dije que no iba hablar de lo desastroso que es este mundo, y aunque parece que no he hecho más que empeorarlo, me doy una segunda oportunidad para demostrar su inocencia recitando una de las frases más utilizadas, tanto por filósofos, como por escritores. “Pienso luego soy” y yo de nuevo añado “y si soy, seré, luego no hay nada de que preocuparse”.

Esto significa, que aun en el peor de los casos, jugamos con la ventaja de que aunque nos llevemos muchos pisotones, sabemos que el tiempo pasa y que después de unos años, seguiremos ahí luchando por lo que entonces será importante para nosotros. Eso es un alivio ya que este seguirá circulando llevándose consigo todas las preocupaciones y todos nuestros fracasos y dándonos nuevas oportunidades hasta el final de nuestros días.

Pero en cuanto el tiempo se ponga en pause… ahí entonces si deberíamos andar con cuidado de no tropezar. Ya que sin el tiempo, no habría nuevas oportunidades.

viernes, 30 de abril de 2010

el buen camino

El camino de Santiago es un viaje que mucha gente hace por muchas y diversas razones. Ya puede ser de forma religiosa, como de forma lúdica, en grupo o únicamente acompañado por uno mismo, todos se dirigen hacia un mismo punto y, mas o menos, en unas mismas condiciones. Todos son diferentes, pero tienen una misma meta. Todos son iguales, pero aun así solo comparten el camino. La ciudad les espera en el mismo lugar desde que partieron el primer día, y con tan solo unas botas, una mochila a la espalda, y un bastón en el que apoyarse en las cuestas mas difíciles, los caminantes andan sin mas descanso que el necesario, hasta encontrarse con ella.
Pero pese a la dureza del camino, la ciudad que se encuentran a su llegada, después del cansancio acumulado y las sensaciones vividas en los días pasados, es completamente diferente a la que habían visto en otros momentos. Alguien dijo una vez, “la ciudad de Santiago solo se deja ver al que ha caminado para ello, ya que su belleza se encuentra tan a la vista de todos, que únicamente los que están cansados y deseosos de verla son los únicos capaces de fijarse en ella nada mas llegar.”
Durante los días de camino hacia la catedral, los peregrinos andan, se cansan, y en ocasiones, se desesperan para encontrar cobijo donde pasar la noche. Eso es una realidad que viene implícita a “camino de Santiago” pero también es cierto que en el mismo camino, la gente vive lo que realmente es el significado de felicidad inmaterialista y descanso espiritual. Y aun habiendo caminado muchos kilómetros, y habiendo dormido mas bien poco, (ya sea por dormir en el suelo o por tener que despertarse temprano) los peregrinos terminan su viaje descansados y con las ganas de continuar andando durante varios días mas, “nuestros pies están cansados de caminar, y aun así, desearía volver a andar todo lo andado para poder continuar con esta experiencia irremplazable.”
El sentimiento de felicidad con únicamente lo necesario, y la amistad que te une al resto de caminantes, tan distintos pero tan parecidos, te hace ver lo que realmente importa en este mundo, y te hace envidiar a aquellos que solo se preocupan en vivir y ver el suelo ante ellos.
El camino hace que estés en otro mundo aparte, lejos de la vida que nos rodea. Un mundo en el que lo único que tienes que hacer es andar, y del resto, ya se preocupará el futuro y el buen camino.

sábado, 17 de octubre de 2009

MULTITAREA

La perfección nunca ha existido, pero eso no quita que no podamos acercarnos cada vez mas a ella intentando alcanzarla como una manzana colgada de la rama más alta de un árbol (por muy alto que sea este ultimo, siempre se puede encontrar una escalera mas larga que la anterior para poder ver mas cercano ese fruto intocable)
Al igual que un nadador puede mejorar su marca con el entrenamiento diario, y un guitarrista consigue tocar cada vez más rápido su canción preferida, cualquier persona puede decidir hacer algo que, con la práctica y la repetición, va mejorando. Aunque, claro esta, ésta mejora cada vez es más lenta según se va acercando a lo que consideramos el grado de máxima perfección (intocable pese a estar cada vez mas cerca de él)
Y al igual que cualquiera puede dedicarse a hacer algo, hasta considerarse experto en la materia, también cualquiera puede decidir no elegir solo una cosa por hacer.
Hay gente que, ya a una avanzada edad, recuerda con añoranza todo lo que ha hecho en la vida, y se da cuenta, a su pesar, de que todos los sueños y todo lo que tenia pensado hacer durante ésta misma, no se ha convertido en nada más que en lo que era en un principio, nada. Y después de pensar en que, todo lo que han hecho en su vida no ha sido más que una serie de obligaciones y casualidades, se atreven a generalizar que en los años en los que está una persona en el mundo, las obligaciones hacen que no pueda hacer mas de la mitad de lo que tenía pensado hacer.
Dios nos hizo libres, no para que usásemos nuestra libertad en encarcelarnos nosotros mismos haciendo, solo y exclusivamente, lo que tenemos que hacer, ya que, como he dicho antes, cada uno de nosotros tiene la capacidad de intentar alcanzar la perfección en cualquier cosa, ya sea en una sola, o en varias.
Un nadador no solo puede especializarse en batir sus propias marcas y las de otros, sino que, si quiere y lo desea, también puede especializarse en algo tan contrario como es la música o la escritura.

domingo, 31 de mayo de 2009

UN TIEMPO PARA LOS DEMAS

Todos en este mundo hemos nacido de una madre y un padre pero no por ello, somos todos iguales. Pese haber nacido sin ser preguntados, unos hemos tenido más suerte que otros a la hora de obtener una vida y un futuro con el que tener todo solucionado, o por lo menos, pocas preocupaciones que interfieran en nuestra vida cotidiana.
Según he empezado este artículo, pensaran que voy a hablar de lo mal que esta el mundo, pero no es esa mi intención. Este artículo no va a hablar de las guerras ni enfermedades, sino de las personas que, aun habiendo nacido con suerte, decide acercarse a la parte más mísera del mundo para hacerla un poco más habitable. Son personas normales, con la diferencia de que deciden gastar, o mejor dicho utilizar, la mayor parte de su tiempo en ayudar a los demás.
Hace tiempo que fui con unos amigos a una especie de albergue para gente con problemas mentales, no porque sea muy dado al voluntariado, sino para ver cómo era aquello y para iniciarnos todos en aquel mundo de servicio a los demás. La experiencia se me hizo dura, y sinceramente, todos mis problemas parecían pocos comparados con los que allí había. Pero aun así, los niños no se quejaban de su estado como lo haría cualquier persona con mayor suerte que ellos, sino que los niños, reían y disfrutaban simplemente con la presencia de los que allí trabajaban y procuraban hacer sus vidas más fáciles.
Estas personas encargadas de todo aquello, habían decidido seguir aquel camino de dificultades solo con la esperanza de ayudar a esos niños, y sinceramente, habían conseguido su propósito. Es cierto que era un camino muy duro, y en mi opinión, yo no podría soportarlo, pero también es cierto que todo aquel esfuerzo hacia que los niños disfrutaran y estuvieran orgullosos de su propia vida. Un tiempo utilizado para servir a los demás no es un tiempo perdido para el que sirve, sino que es un tiempo ganado para el que es servido, como siempre se ha dicho, uno solo no puede cambiar todos los problemas del mundo, pero sí puede cambiar toda una vida, y por lo que a mí respecta, solo con eso ha valido la pena todo el esfuerzo realizado para conseguirlo.