La conversación con ese tipo terminó ahí sin saber muy bien
a qué venía todo aquello, pero la respuesta que había dado no dejó de volar por
mi cabeza.
La verdad es que no estoy en contra de la monarquía en sí, pero de una forma más general, estoy en
contra de todo aquello que no sirve para nada, o por el contrario, no hace más
que empeorar lo ya existente.
Un rey que gobierna justamente no es malo, pero una familia
real cuyo único cometido es vivir del dinero del contribuyente, no es diferente
a una rata que vive en tu casa y se alimenta de lo que tienes en la despensa.
Lo mismo ocurre con la democracia, la cual no debería ser
por dinero, sino por el propio sentido de hacer las cosas bien. Si cambiáramos
los sueldos de los políticos de España añadiéndoles a la gran lista de
mileuristas que hay en este país, solo unos pocos, o ninguno, decidirían continuar
con su trabajo, y lo más importante, solo estos pocos serian los únicos merecedores
de gobernar.
La idea de político no es mala, es la propia persona la que hace
negocio de ella impidiendo que el sistema funcione.
Ningún tipo de gobierno es bueno debido a la incompetencia
humana, pero ninguno de ellos fue mala idea en su comienzo.
La dictadura no fue más que alguien que, harto de ver la corrupción
del gobierno, decidió hacer las cosas por su cuenta y forzar a todos a vivir
mejor. Esto funciona, siempre y cuando se respete a todo el mundo y el llamado
dictador haga las cosas por el bien del pueblo, y no por el suyo propio.
Para que un jefe haga bien su labor no debería vivir en
mejores condiciones que el que tenga las peores, ya que de esta forma, el
esfuerzo iría dirigido a resolver los problemas de todos.
En la actualidad ha quedado claramente demostrado que
ninguno de estos sistemas funciona, pero si hay uno que, debido a las
diferentes razones que ha dado la historia, nunca se ha podido demostrar hasta
el momento.
En una forma de vida en la que las leyes están ya montadas,
y la única preocupación del gobierno es engordar sus bolsillos, éste se vuelve
totalmente innecesario para dar paso a la anarquía que, al fin y al cabo, es el
sinónimo perfecto de libertad y justicia.
También me gusta leerte cuando te pones reflexivo.
ResponderEliminarUn abrazo rendan.