domingo, 19 de agosto de 2012

Buceo


Una vuelta hacia atrás y todo el peso de mi equipo pasa a formar parte de mi cuerpo.
El agua esta fría, pero el propio neopreno que me cubre de pies a cabeza hace que no sea ni siquiera una molestia. El chaleco hinchado me mantiene a flote sin necesidad de perder fuerzas en ello, las aletas, pasaran a ser mas tarde la forma de moverme a través del agua.
Me pongo el regulador en la boca pasando inmediatamente a respirar el aire de la botella, empiezo a vaciar el chaleco para iniciar el descenso.
El agua me cubre la cabeza y la máscara  pasa a formar parte de mis ojos dejándome ver un mundo completamente distinto al que conocemos. El descenso se hace lento, lo que me da tiempo a compensar mis oídos para no tener problemas ni incomodidades en y después del proceso.
Una vez alcanzo la profundidad y la flotabilidad correctas, el resto ya es disfrutar de ese mundo y de una gravedad a la que me atrevería de calificar como cero. A mi alrededor, ninguna sujeción, simplemente floto debajo del agua.
Como ruidos exteriores, solo mi respirar a través del regulador, inspiro…  y expiro soltando las burbujas al exterior que van directas a la superficie.
La luz se va atenuando según voy descendiendo. Superficie encima de mi cabeza, y unas rocas llenas de fauna marina bajo ella. Animales extraños, plantas que reaccionan con el tacto, una variedad que no puede igualarse con ningún otro lugar del mundo.
Avanzo lentamente sin pensar en nada, solo disfrutando de la experiencia, tengo tiempo suficiente, no hay prisa, no hay otros pensamientos. Atravieso zonas de rocas, arena, paso al lado de cuevas mientras peces de todo tipo me persiguen o me evitan. Nada parece real debajo del agua y sin embargo, me doy cuenta de que el aire de mi botella me exige que ascienda a la superficie.
Lo hago lentamente, como ya he dicho antes, no hay prisa, no hay preocupaciones.
 Una vez en la superficie vuelvo a hinchar el chaleco y de nuevo, me vuelvo a quedar flotando sin necesidad de esfuerzo. Miro el tiempo que he estado bajo el agua y me sorprendo al ver lo rápido que se me ha pasado todo.
 Empiezo a respirar de nuevo el aire del exterior, me quito la máscara volviendo a ver con claridad. Me subo al barco notando de nuevo todo el peso que en realidad llevaba encima.
Vuelvo a la vida real.

4 comentarios:

  1. Qué bien has descrito una inmersión!!! La viví a tu par...
    Amo bucear, siento que es de las mejores sensaciones que experimenté en mi vida, eso de escuchar tu respiración, y de poder estar un ratito en un mundo prestado, que es tan diferente e interesante. Me encanta!
    ¿En qué sitios buceaste?
    Cómo me gustó tu post! Ahora me quiero ir a bucear YA!
    Un saludo

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  2. En la playa de Almuñecar (Granada) aunque ando mirando ahora centros de buceo en A coruña

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  3. En España buceé en Calpe y en Jávea. No es un buceo tampoco muy interesante, pero está bien, ya es que solo bucear mola. Lo que me partió la cabeza fue que tuve la suerte de bucear en una de las islas de Indonesia (Gili Air), y vamos!, espectacular, una experiencia increíble. Hay de todo bajo el agua, es realmente alucinante!!!
    Ojalá algún día tengas la posibilidad de ir. Me dijeron que el Mar Rojo está muy bien... Bueno, estará lleno de sitios geniales.
    Un beso

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  4. Pues nada, si alguna vez te decides a bucear en la Coruña ya sabes a quien avisar.

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