miércoles, 14 de enero de 2015

Punto de inflexión


Pulsómetro a punto, música a punto, zapatillas atadas, braga en la cabeza, a correr.

Cuando estas enfadado, o te jode algo, no hay nada mejor que salir a correr hasta que el agotamiento no te deje seguir.

El aire en la cara y los abdominales en tensión de respirar por el pecho, disfrutar del camino, de la música, pensar en todo y no preocuparte por nada.

Liberar cabreos y estrés y tener como único objetivo ir de un punto a otro.

Empezar con energía, manteniendo ritmo hasta llegar a un estado en el que el cerebro dice basta y entonces, continuar, continuar corriendo en contra de lo que dice tu cabeza, tu respiración, tu estomago…

Es en ese punto de inflexión en el que decides por un todo o nada, por un parar a descansar o seguir hasta llegar a tu destino.

Músculos entumecidos, respiración entrecortada y un sentimiento de orgullo contigo mismo, fuera de eso no hay nada, no existe nada, nada es importante.

3 comentarios:

  1. absolutamente cierto! Excelente descripción de las sensaciones físicas y emocionales!

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  2. Correr, caminar, pedalear, escapar de lo que nos agobia para cansar el cuerpo mientras la cabeza se descarga.... una forma de reconocer nuestro propio yo en este caos de mundo.
    Un abrazo !

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  3. Así es. Hace años que inicié ese punto de inflexión y es tal y cómo lo describes. Borbotones de libertad.

    Un abrazo, amigo Rendan.

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