viernes, 2 de enero de 2015

YELINASH CLUB (último acto)


-¿Qué ha pasado? –Susan parece  sufrir de nuevo uno de sus ataques.

S.J se tranquiliza, parece que ninguno de los allí presentes se ha enterado de su ausencia. Todos parecen haberse quedado dormidos.

-Recuerdo ver los cuerpos de Scar y Samantha y entonces despertarme. –Jim no tarda en soltar una de sus ya frecuentes carcajadas. –y ahora qué nos han hecho. –parece que todo eso le divierte pero en su voz suena mas desesperación que cualquier otro sentimiento.

S.J palpa debajo de la mesa encontrándose en ese mismo momento con el arma que le habían prometido, por el tacto parece una “Luger P08”, su forma es inconfundible, aún no la coge. Sonríe, muchos mundos por los que ha estado habían vivido las atrocidades de la segunda guerra mundial con distintos resultados, conocía muy bien aquella pistola.

Nada mas separar la mano del arma el contador del centro de la mesa vuelve a aparecer.

-Una hora, ¿Qué significa eso?- esta vez es Saron la que pregunta mientras se quita la americana.
S.J se da cuenta del detalle.

-¿Cuándo os habéis vuelto a poner la parte de arriba del traje?

-Podríamos decir lo mismo de tu gabardina.

S.J sonríe.

No tarda en contar  todo lo ocurrido (omitiendo la parte del arma) a sus tres compañeros, aunque realmente solo uno de ellos le atiende borrándosele la sonrisa.

-No sois hermanas ¿Verdad?

Susan deja de hiperventilar de golpe y empieza a reír. Saron aplaude.

-¿Demasiado iguales para ser gemelas?

-Gemelas sois pero no con el significado habitual. Imagino que seréis las dueñas del punto de cruce, cada una de uno de los dos Yelinash Club que hay atravesando estas puertas. Sois la misma persona en dos mundos distintos.

Las dos asienten a la par.

-¿Cómo has llegado a esa conclusión?

-La chica con quien hablé me dijo que trabajaba en un punto de cruce, no era la propietaria, sino una camarera del local, y sinceramente, no veía a este tío como alguien capaz de preparar todo este jaleo. La chica, viendo que todos los no nacidos a los que recurría no le hacían caso, recurrió directamente a vosotras ¿No es así?? ¿Y ahora qué? ¿Tengo que decidir entre matar a este cretino o a vosotras?

-Veo que lo has entendido, bueno, aunque no todo, la camarera no era tampoco la hermana de Robert sino nosotras, cada una de un Robert distinto pero del mismo al fin y al cabo. Para explicarte toda la historia la chica tenía que hacerse pasar por la victima ya que si no, no la habrías hecho caso, ella simplemente ha sido una empleada y buena amiga que nos ha ayudado con todo este asunto.  –Saron parece tranquila, en realidad las dos lo parecen. –no vamos a continuar con este juego más, decidas lo que decidas la cosa acaba aquí. Tanto Jim como ahora nosotras somos culpables de asesinatos, la diferencia es que nosotras en todo momento hemos buscado justicia, demostrar que pese a todo el poder que tenéis, no sois realmente nada. Nosotras, al contrario que todos los que se han sentado en esta mesa, asumimos la responsabilidad de nuestros actos y estaremos de acuerdo con la decisión que tomes. O bien puedes matarnos a todos por culpables en cuyo caso te convertirás tu también en un asesino y morirás aquí mismo, tú decides.

La cuenta atrás en rojo supera la media hora. S.J coge la Luger, está harto de toda esa pantomima, es hora de decidir. Jim se cae de la silla nada más ver la pistola, no ha dicho nada desde que las hermanas han contado la realidad. Los ojos los tiene vidriosos. Susan y Saron cierran los ojos a la espera de la decisión final.



Nada más abrir la puerta empieza a oír “Back to a reason” de Savatage, no está orgulloso de la decisión que ha tomado pero está demasiado cansado como para arrepentirse de ella.

Coge su sombrero de la mesa en la que lo había dejado y se lo pone en la cabeza, nadie en el local se fija en él, simplemente como una sombra camina hacia las escaleras de salida.

La camarera, limpiando la barra sonríe nada más verle. Ninguno de los dos se dirige la palabra, ni siquiera se despiden.

Sube las escaleras, abre la puerta dejando entrar el frio viento de la ciudad, no se había dado cuenta hasta ese momento de lo mucho que echaba de menos aquella sensación. Se cala el sombrero y se levanta el cuello de la gabardina aun manchada de sangre.

Respira hondo y cierra la puerta a sus espaldas dejando atrás la música, el humo, y todo lo ocurrido en aquel pub tan común como otros muchos.




Agradecimientos a mis lectores que me han aguantado estos 10 actos durante esta aventura, el final no puede ser nunca a gusto de todos pero espero que esteis conformes con él como yo lo estoy.

2 comentarios:

  1. ahhh ahora sí,me cierra! Si bien cuando comenté pensando que habia acabado,creía que era un buen cierre.. ahora todo se coloca mucho mejor!

    ResponderEliminar
  2. Rendan, no me queda más que felicitarte por tu originalidad. Chapeau!!
    Un abrazo y feliz comienzo de año.

    ResponderEliminar