Dicen
que los buenos amigos se pueden contar con los dedos de una mano, si eso es
cierto yo tengo la suerte de tener muchos dedos para contar.
Si
algo bueno puede haber tenido una universidad en la que abunda el mamoneo es el
hecho de haber podido conocer a este tipo de personas, amigos con los que se
que podre contar en cualquier momento, con los que he vivido nada menos que
cinco años de experiencias tanto buenas como malas.
Desde
la residencia hasta el piso, desde el propio trabajo duro y las largas noches
sin dormir a noches de cenas disfrutando de una buena compañía.
Nos
hemos convertido en una pequeña gran familia con la que compartir las 24 horas
del día a día.
Un
“cañas time” que surge de la necesidad del desahogo de tanta arquitectura,
noches de cerveceo, de “sin hielos”, de pura despreocupación.
Una
persona que por muy antisocial que diga que es, siempre será mi compañera de
clase que me ofreció la primera tarde de cañas, amante de animales con nombres
que nunca pretenderé decir bien, un pelo
que se “enrubiece” cuando le viene en gana, alguien que pasó de ser la que se
sentaba a mi lado a un familiar mas. Un ser de Narnia amante del buen vino,
alguien que me aceptó en el pequeño círculo de cañas como a uno más, una amiga
que extrañamente siempre sonríe por más reina del drama que la adjudiquen, una
persona que nunca falla, una pareja que nunca falla, unas reposteras magnificas
que contaban contigo a la hora de probar unas tartas llegadas en muy buenos
momentos.
Una
chica que para mí siempre tendrá el pelo corto,
conocida desde casi el principio y con la que conecté desde el primer
momento, alguien en quien, sin saber por qué,
confío más que en la mayoría, y eso que la frase de “la confianza da
asco” tiene toda la razón y aquí se vuelve palpable, si te tiene que decir algo
te lo dice a la cara. Gallega por más que lo niegue.
Y
el último miembro pero no el menos importante, compañero de residencia aunque
dentro de ella yo no me haga ver mucho, un buen amigo fuera de ella, conocedor
de la buena música, alguien al que agradecer el esfuerzo por adaptarme en un
lugar en el que ni siquiera me molesté a ello.
Muchos
dedos tiene esta mano, mas de los merecidos todo hay que decirlo, un buen
motivo para sonreír y no preguntarse la razón de ello.
Un
grupo que me aceptó el segundo año de carrera y que ha seguido hasta ahora, una
segunda familia con la que me hubiera gustado compartir más de lo compartido
pero de la que puedo decir orgulloso que soy miembro. Chistes malos, y críticos
de profesores profesionales. EQUIPOOOOO.
Un
personaje que siempre he envidiado por su magnífica barba, piragüista al que
espero en algún momento ver en acción, si pudiera elegir a alguien con quien
tomarme una cerveza seria este hombre, un hermano al que espero seguir conociendo con los años.
Mi
compañera del choque de frente, la reina del chiste malo y las voces, que pasen
muchos años y sigamos dándonos copones sin medir la fuerza seguidos por una
sonrisa y un “Te debo una”, por cierto, no sé de donde salió esto.
Un
Zamorano en toda regla, toca pelotas de profesión a falta de mi hermano mayor,
rockero, buen arquitecto y mejor anfitrión en su ciudad natal. Alguien del que
no puedo hablar sin evitar mencionar a su novia y también muy buena amiga,
loca, pelirroja, e IDENNNNTICA A SU MADRE. Dos personas de las que no puedo
decir nada malo, siempre han estado ahí y no dudo que siempre estarán.
Un
gran dibujante, jippi y muy buen amigo, una bellísima persona aunque le guste
el urbanismo, amante de lo esotérico, la fotografía y el arte en general.
Una
amiga que me ha apoyado en los malos momentos, uno de mis pocos confidentes a
la que no he podido evitar disgustar en más de una ocasión, muy buena amiga que
siempre ha contado conmigo aunque a veces no lo mereciera, friki de las
estructuras pero, salvo eso, sin ningún otro defecto. Alguien que siempre ha
tenido la puerta de su casa abierta por si lo necesitaba.
Un
grupo unido y compacto que dudo que en algún momento pueda romperse, solo
siento no haber podido pasar más tiempo con él.
Un
cine Rialta, transformado en cine Rubine, muestra de que el primer año, el
mejor de mi vida, existió. Unas personas con las que me hubiera gustado
compartir más de lo que lo hice.
Mis
titos que en breves se me escapan de las manos, una de las mejores parejas que
he conocido, presentes en los recuerdos de las mejores noches. No cambiéis.
Un
gran escritor y mejor amigo que se tiene que dejar ver más, tío, hay que volver
a salir a correr.
Una
cantante que llegará lejos de la que guardo buenos momentos de guitarreo, Rocke
aun me acompaña en la habitación.
Y
no puedo terminar este escrito sin mencionar a mis dos pulgares de la mano, mis
dos hermanos, con quien he compartido y sigo compartiendo todo momento de mi
vida, mis chafulleiros, qué decir más que todo, quedaría corto intentando
describir nada.
La
carrera es un dolor de muelas, los peores momentos de mi vida los he podido
pasar gustosamente en esta ciudad entre las paredes de una escuela de la que no
deseo otra cosa más que salir y escapar. Los años pasan y poco a poco te vas
dando cuenta de todo lo bueno. Pese a todas mis rarezas y bajones me siento una
persona con una suerte que pocas personas tienen. No sé en un futuro cuántos de
los aquí descritos seguirán formando parte de mi vida y cuantos no, pero puedo
decir que no son solo compañeros de vivencias, son amigos, muy buenos amigos.
Ah qué precioso homenaje! Rendan, cuánta sensibilidad!
ResponderEliminarSiéntete orgulloso de haberles conocido, siempre perdurarán los buenos recuerdos y los buenos momentos compartidos. El mundo es un pañuelo y el destino caprichoso, no lo olvides. Te felicito por este grupo tan nutrido de gente tan maravillosa como tú.
ResponderEliminarUn abrazo, Rendan.