viernes, 7 de abril de 2017

Fetsac 2017 (Dias 3 y4)


Estos dos últimos días de festival han sido un no parar. El miércoles con la conferencia de Pedro Pitarch “Post Post, el mapa impuesto al territorio” donde nos mencionó entre un montón de palabras complejas, la importancia de la sociedad y las masas para construir ciudad.

La arquitectura genera espacios, pero a su vez un festival y elementos puntuales masivos del estilo también generan un urbanismo interesante.

La conferencia del último día (jueves) de Pablo Blazquez  “Ver lo invisible” nos hizo pensar sobre el paso del tiempo y el movimiento de piedras, literalmente.

La arquitectura, pese a que tratamos de mantenerla estática en el tiempo y pese a que sus piedras son elementos inertes, tiene en realidad vida propia, los monumentos se mueven de un sitio a otro viendo mundo y diferentes culturas, se impregnan de las personas que los visitan al igual que dichas personas se llevan a casa algo de ese monumento, las casas se habitan, se transforman y finalmente, con el paso del tiempo, se caen y mueren después de haber vivido muchas historias, de haber crecido y haberse transformado.

Dicho esto se nos plantea una pregunta, ¿Hasta qué punto la catalogación de edificios y fachadas, o la protección de monumentos tiene sentido? Fueron creados para cumplir un cometido, simplemente eso.

Hay que asumir el paso del tiempo, hay que asumir que las cosas acaban desapareciendo no sin antes haber dejado un rastro tras de sí, las piedras se mueven, viajan a distintos lugares hasta el punto en que la tierra es una sola y todo esta interrelacionado.

Me ha quedado mucho por ver en estos días pero he contado mi experiencia que no es ni la mejor ni la peor.

Estos días de la Fetsac saca lo mejor de nosotros como arquitectos, vemos que no todo es escuela, vemos que no todo es puteo y estar jodidos por algún profesor gilipollas, vemos que hacemos esto porque queremos, porque nos gusta, porque pese a que nos quejemos, es nuestra vida y no la cambiaríamos por ninguna otra, ¿Somos gilipollas? En el sentido bueno de la palabra si, ¿Estamos locos? Puede ser, eso que lo decida cada uno, pero si estamos aquí es por algo y bajo ningún concepto buscamos que nos entiendan y mucho menos que alguien nos diga para qué valemos y para qué no.

Esta es una carrera de aguante, y como cualquier maratón se trata de seguir corriendo a tu ritmo hasta alcanzar la meta.

El “Hola chavales” no habrá sonado este año, pero la Fetsac sigue cumpliendo su cometido gracias a los alumnos de esta escuela.

Un saludo, y volveremos el próximo año.

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