domingo, 28 de diciembre de 2014

YELINASH CLUB (noveno acto)


Empieza a sonar la canción de “Blood Brothers” de Iron Maiden de fondo  justo en el momento en que S.J abre la segunda carpeta.

La imagen de Samantha aparece en todo el centro de la hoja.

-Samantha, apellido de casada Snipes, el mismo que el de las víctimas, tuvo abusos por parte de su marido hasta el punto de matarle ella misma envenenándole con una extraña droga. –la camarera tiene que gritar para hacerse oír por encima del estribillo de la canción.    –una  vez se hubo librado de él no se quedó a gusto y encargo a James que liquidara a todos sus homólogos.

-¿Por qué no lo hizo ella misma? Ella también es un no nacido. –termina su jarra de un trago y se seca la los restos con la manga.

-Mató a su marido después de años de maltratos, imagino que simplemente no quería enfrentarse de nuevo a él. De todas formas sé que no era ningún angelito, pero te aseguro que en mi mundo mi hermano no había hecho daño a nadie.

-¿Tú hermano? –S.J lo comprendió. – déjame adivinar. Todo esto se trata de una venganza.

–Robert Snipes, mi hermano, solo se casó con Samantha en un universo, por lo que solo un Robert Snipes era culpable de abusos hacia su mujer, el resto simplemente seguían con sus vidas más o menos sanas. Solo un cadáver de todos esos. –señala hacia los recortes de periódicos. –merecía la muerte pese a ser la misma persona.

-¿Qué hay del resto de nosotros? ¿Qué tenemos que ver con este asunto? –la camarera abre la siguiente carpeta. S.J agarra la jarra de cerveza que tenia ella en las manos y sin pedir permiso le mete un trago. Ella no ofrece resistencia ni emite ninguna queja.

-Tras la muerte de mi hermano recurrí a varios “No nacidos” para hacer justicia, trabajo en un punto de cruce por lo que en seguida me di cuenta de que mi hermano, no había muerto asesinado solo en mi mundo. No puedo cruzar la arista ya que solo los que no existen al otro lado pueden cruzar. Solo los de vuestra clase podían hacer justicia pero, en lugar de eso, se rieron en mi cara y se negaron a encargarse del asunto. Uno de ellos incluso se había librado de la silla eléctrica simplemente desapareciendo, en ese momento me di cuenta de que en realidad no sois nada, no existís y por ello, me encargaría yo personalmente del asunto, si desaparecéis nadie se va a dar cuenta ya que no existís, como vuestro nombre indica, nunca habéis nacido.

-A mi nunca recurriste.

-No, necesitábamos a alguien que presenciara todo, que fuera testigo de lo ocurrido y que, una vez todo esto hubiera terminado, sirviera de juez ante lo que hemos hecho. No estamos locos, no matamos por matar, sabemos que lo que hemos hecho, por mucha justicia que sea, no lo deberíamos haber hecho, y si crees que debemos pagar pagaremos. Somos responsables de nuestros actos y lo que tu juzgues nosotros lo aceptaremos dando fin a todo el asunto.

-Espera un segundo, ¿Nosotros? Hablas en plural.

La canción ese momento vuelve a retomar la calma avisando que está llegando al final.

-Yo no fui quien empuñó el cuchillo que le cortó la garganta a James. –su sonrisa se acentúa aun mas.

-¿Cómo sabias que iba a llegar vivo hasta aquí? Podía haber muerto en cualquiera de las pruebas. –le da otro largo trago a la jarra ya casi rematándola, ella se ríe.

-No hace falta que finjas, conmigo no. Los no nacidos tenéis una especie de sexto sentido que el resto del mundo no tiene, simplemente sabéis cosas, y tú en especial ese sentido lo tienes más desarrollado que la mayoría. En el momento de escoger la manzana sabías cuál no estaba envenenada, no debías de estar seguro de cual si lo estaba ya que si no,  no hubiera muerto Cruler, pero si sabias qué manzana coger para no morir. –vuelve a reírse. –y  lo mismo te ocurrió con la silla, sabias exactamente en cual sentarte para que no te diera el calambrazo.

No contesta, ni admite ni rechaza la acusación, coge la jarra y le da el último trago.

-En ese aspecto eres como todos ellos, no te preocupan las vidas ajenas ya que no sabes lo que es una vida normal. Tú nunca estuviste en peligro, no dejas que la suerte diga si debes vivir o morir. Prefieres guiarte por tus instintos. En cierto modo me sorprendió la frialdad con que llevaste el asunto. –ella le vuelve a quitar su cerveza rematándola de un trago. –en la tercera carpeta están los datos del delito por el que Scar iba a ir a la silla, y en el resto pruebas más que suficientes sobre la culpabilidad de los que me negaron su ayuda en otros casos por el estilo. Todos son culpables de algo, y no precisamente de delitos que prescriban. –apoyándose en la mesa se levanta y recoge las dos jarras. –y ahora si me disculpas tengo trabajo que hacer y tú tienes algo que terminar. Bajo la mesa encontraras un arma, con ella mataras a quien elijas de los supervivientes, las gemelas o Jim, tú decides como terminar esto, una vez hecha la elección se abrirán las puertas y podrás irte como si nada hubiera pasado, elige o todos moriréis. Mucha suerte.  –se dirige a la barra mientras S.J disfruta de las maravillosas vistas que ofrece la camarera de espaldas.


Tarda un rato en adaptar los ojos a la nueva luz, se ha quedado dormido, parece que los cuatro se han quedado dormidos.

Está de vuelta en la arista, la mesa con los naipes colocados en sus respectivos sitios, ocho sillas de las cuales cuatro están vacías, las dos puertas completamente tapiadas.


Se da cuenta de que esta todo seco, los cuerpos de sus compañeros han desaparecido al igual que el carrito con el resto de la comida, como si nada hubiera ocurrido. 

Nos acercamos al final.


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