miércoles, 27 de enero de 2021

CATORCE (Pacto)




     A lo largo de los siglos las personas han cambiado su cultura, sus costumbres, sus conocimientos, su sentido de la ética y la moral y las leyes que lo controlan todo.

Las sociedades se han creado y se han derrumbado, los sistemas políticos y religión se han impuesto, probado y demostrado que, por mucha utopía que sean en la teoría, en la práctica todos erran de imperfecciones.

A lo largo de los siglos han vivido y muerto millones de personas que, por muchas diferencias que tuvieran, siempre han tenido las mismas preocupaciones.

La historia no se repite, el contexto siempre es distinto, son los seres humanos y sus pensamientos lo que nunca varía, son los seres humanos los que siempre son los mismos y por ello, siempre se acabará tropezando con las mismas piedras.

U.S

Desde las escaleras del Yelinas, David pudo reconocer la canción de “Días grises” de Gritando en el silencio como si de una broma cruel del destino se tratara.

Estaba cansado, sudoroso, con la ropa aún del día anterior puesta, la cabeza le daba vueltas después de haber generado tanta adrenalina en tan poco tiempo. La paranoia le hacía mirar constantemente a su espalda pese a que sabía que no había nadie detrás. Los acufenos de sus oídos no le permitían concentrarse en sus pensamientos. Jaime ¿Habría muerto?  Su cerebro se resistía a admitir la verdad.

Bajó lentamente las escaleras agarrándose a la barandilla, sentía las piernas como un flan y no estaba seguro de si podría bajar sin pegar un traspié. Esa noche, para variar, el Yelinas estaba repleto de gente, no quedaba ni una sola mesa libre. La camarera, al verle parado en la entrada aún sujeto a la baranda, le hizo un gesto con la cabeza señalando la misma mesa en la que había estado sentado la última vez.

Por un momento David pensó que se había imaginado todo lo vivido ese día, al igual que la noche anterior, Alex se encontraba sentada tomándose tranquila una cerveza ella sola. Se acercó a ella caminando entre las mesas y personas que formaban parte ya del lugar, vio que tenia la ceja partida debido a un fuerte golpe.

-¿Estás bien? –preguntó señalando la herida que ya había sido tratada con unos puntos de aproximación.

-¿Lo estás tú? –le preguntó ella señalando su mano derecha. David en ese momento se dio cuenta de que estaba sangrando, se había hecho un corte al pegar a Jaime del que no había sido consciente hasta ese momento. Casi sin previo aviso, empezó a sentir un fuerte escozor en los nudillos, al intentar cerrar la mano se dio cuenta que apenas podía cerrarla, ¿Cómo era posible que no se hubiera enterado hasta ese momento?

Se sentó en una silla frente a ella, parecía cansada, había cambiado sus trajes elegantes por una sudadera gris y unos pantalones de chándal, parecía una mujer completamente distinta. Ninguno de los dos contestó. La camarera llegó con una pinta y un chupito de ginebra, dejó la botella al lado. También le tendió un trapo con hielos para quitarse la hinchazón de la mano.  David se fijó en que había dejado un reguero de gotas de sangre desde la escalera hasta el sitio.

-Lo siento. –la camarera le sonrió en contestación y les volvió a dejar solos.

-¿Y bien? ¿Estás bien? –le volvió a preguntar Alex con el mismo tono tranquilo de siempre.

-¿Qué coño me pasó ayer? –preguntó mientras se bebía de un trago el chupito, dios, lo necesitaba. –lo último que recuerdo es estar aquí contigo.

-Esta era la única forma de que vieras la verdad, no creerías si no lo que tengo que decirte. No esperábamos que luego nos atacaran “Los desaparecidos”, pudimos controlar la situación aunque por desgracia algunos de ellos llegaron a venir a este lado.

-¿Me drogaste? –se volvió a rellenar el chupito haciendo caso omiso de la jarra de cerveza.

-Las normas de los puntos de cruce son muy estrictas, sin tatuaje identificativo no puedes pasar, y como es lógico, tampoco saber dónde están.   Me permitieron pasarte haciendo caso omiso de la primera norma, de la segunda no tuviste tanta suerte.

Siento mucho las formas, Iván también lo sufrió aunque con menos riesgo, en ningún momento pensamos que te seguirían a este universo. Sé que todo esto que te digo no tiene ningún sentido.

-Espera, espera, espera, ¿Iván también cruzó?

-Iván era, al igual que tú, lo que llamamos un No nacido. –parecía sorprendida de que esa fuera la única pregunta.

-Espera. –repitió. – ¿Iván también era un No nacido? –le preguntó antes de que prosiguiera con la explicación.

-Espera tú, ¿Sabes qué son los No nacidos? ¿Quién te lo ha contado? ¿Con quién te has encontrado en este universo? –Alex parecía sorprendida. –se suponía que no ibas a encontrarte  con nadie, que simplemente ibas a darte cuenta de que esta no es la Salamanca que tú conocías y volverías aquí para explicarte yo todo.

-¿Y para eso me dejas tirado en la puerta del Yelinas sin saber nada? ¿No podías siquiera haberte quedado conmigo? Los desaparecidos me encontraron, han estado a punto de matarme varias veces, ¡Personas que no deberían haber muerto, lo han hecho hoy! Y todo esto para qué, ¿Para qué tu pudieras tener tus explicaciones y yo no tuviera ninguna duda de ellas? ¿Quiénes coño son esas personas que han sido capaces de seguirme hasta aquí cuando ni yo mismo sabía dónde es aquí? –Alex asintió pacientemente con la cabeza, bebió un trago.

-Si te hubiera acompañado, existía la posibilidad de que creyeras que lo había orquestado todo de alguna forma, no, esto lo tenias que ver por tu cuenta.

Sobre los desaparecidos me alegro de que estés bien, me quedé preocupada después de que varios lograran pasar. Nunca fue mi intención ponerte en peligro, sino informarte precisamente de él.

No sé quién te ha ayudado ahí fuera, pero supongo que esto facilita las cosas.

-¿Qué facilita las…

-Déjame hablar. –fue rotunda, David cerró la boca aún con el cabreo del momento. –supongo que ya no tendré que explicar el tema de los universos paralelos y todo lo que ello conlleva. Quien fuera que se ha adelantado me ha facilitado el trabajo.

-¿Quiénes son Los desaparecidos? –ya estaba cansado de hacer esa pregunta. Ella meditó antes de responder, se la veía cansada, parecía que esas últimas 24 horas habían sido duras para ambos.

-Si te digo la verdad, son personas normales, no como tú o como yo, no, ellos no son errores, ellos son personas completamente normales con unos conocimientos que no debieron tener.

-¿Tu eres una no nacida también? –Alex asintió, se remangó el brazo enseñando el tatuaje de la Saturnia Pavonia, pese a ser el mismo tatuaje que el de su tía, parecía distinto. David recordó que su Irene los había comparado con códigos QR. No tardó en volvérselo a tapar con la manga.

-Desde que se tuvo idea de los distintos universos conectados,  aparecieron personas que vieron en esto una oportunidad para empezar de nuevo. Estas personas habían perdido  a alguien o había ocurrido algo que había hecho de sus vidas un infierno. –Alex decía estas palabras con dolor, con la mirada completamente perdida.

-Imagínate que por un mísero accidente, por una decisión mal tomada, por simple mala suerte,  has perdido a la persona que más quieres en este mundo, la persona con la que deseas pasar el resto de tu vida y que, sin embargo, por una simple broma del destino, ha desaparecido. Imagínate que has perdido a tus hijos. –esto último lo dijo con un susurro prácticamente inaudible, Alex había cogido la botella entre sus manos.

 -De repente, un día,  aparecen unas personas en tu puerta que te prometen la posibilidad de volverlos a ver como si nada hubiera pasado, te prometen vivir una vida de cero, hacer borrón y cuenta nueva, solo tienes que dejarlo todo para recuperarlo en otro lugar.

Eso es lo que te ofrecen Los desaparecidos, volverte uno de ellos, desaparecer, donar todos tus bienes a la causa y remplazarte a ti misma en otro universo donde nada haya ocurrido.

Por eso son tan poderosos, porque sus propios clientes pasan a formar parte de ellos mismo, porque sus posesiones y sus riquezas se ven en aumento con ello. Las casas, las empresas… todo pasa a ser de ellos, y tú se los das encantado ya que, al fin y al cabo, lo recuperarás al otro lado y te están ofreciendo algo que vale mucho más que eso.

Por eso son tan peligrosos, porque literalmente son capaces de matar a sus homólogos para remplazarles y vivir sus vidas. –en sus palabras había una mezcla de rabia y arrepentimiento.

-¿Pero tú anillo?

Alex se quedó en silencio. Cuando empezó a hablar el tono de voz cambió completamente, le faltaban fuerzas.

-Los No nacidos solo pueden engendrar No nacidos. –dijo aun manteniendo la mirada fija en la jarra. No parpadeaba, sus ojos mantenían las lágrimas pero no sin esfuerzo. –me prometieron que les volvería a ver, hubiera sido capaz de cualquier cosa por ello, ¿Qué eran todas mis posesiones por volver a verles sonreír? Ni siquiera me importaba el recuperarlas luego, simplemente no podía vivir sin ellos.

Buscaron a mi homologa por todos los puntos de cruce, estaba dispuesta a sacrificarla y tomar su lugar, la buscaron solo para descubrir que no existía en ningún otro universo.

Descubrimos que yo era un error y por lo tanto no existía, era la única yo en todos los universos habidos y por haber. Lo mismo pasaba con mis hijos. –una sonrisa de rabia y una lágrima aparecieron por su cara, volvió a beber, cogió la botella de ginebra y le dio un trago directamente. David vio cómo los de la mesa de al lado la miraban sorprendidos. –si hay algo peor que perder a tus hijos de manera inesperada, es perderlos dos veces. Me dieron esperanzas solo para quitármelas de golpe llevándose todo en el proceso, solo me dejaron su marca. –levantó el dedo mostrando el tatuaje del anillo.

Al descubrir quién era, o mejor dicho, qué era, los desgraciados intentaron que me reuniera con ellos de otra forma. –se bajó el cuello de la sudadera para mostrar una cicatriz de bala al lado de la clavícula. –se quedaron con todas mis posesiones, que voluntariamente les había dado, y me dejaron tirada para que me desangrara.

Ese día hubiera muerto, Dios sabe que quería hacerlo, si no hubiera sido porque un No nacido me recogió y me cuidó durante los meses que siguieron. Me enseñó este mundo y lo que significaba vivir en él, me dio un propósito.

Escúchame David, están en todos lados, se conocen todos los puntos de cruce, de alguna manera se hicieron con uno de los atlas. –miró a David para asegurarse de que sabía de lo que hablaba. –al no tener los tatuajes identificativos que demuestren que son No nacidos, se dedican a tomar dichos puntos por la fuerza.

En ocasiones se quedan con ellos matando a sus gemelos, en otras ocasiones, como ocurrió ayer, se encuentran resistencia y solo unos pocos logran cruzar al otro lado. Con cada acto crean nuevas matronas, crean nuevos universos, y todo por el poder que ello les ofrece. No tienen moral ya que creen que sus actos no tienen repercusiones, si hacen una masacre, con ella crean una matrona en la que esa masacre nunca sucedió.

Inicialmente eran personas que simplemente querían recuperar lo que habían perdido y no tenían nada que perder. Reemplazaban sin remordimiento alguno a sus homólogos en otros universos, vivían sus vidas,  se lo que ofrecen y es muy difícil resistirse a ello, yo he estado ahí.

Sin embargo acababan sintiéndose fuera de lugar, sus amigos ya no eran sus amigos, sus familiares ya no eran sus familiares, ni si quiera sus casas eran el hogar que ellos recordaban. Empiezan a verlo todo como una copia y al fin y al cabo, podría decirse que lo es.

Se acabaron organizando, nadie sabe cuándo fue eso, y se convirtieron en un grupo con unos objetivos completamente distintos. Ya que no podían ser felices viviendo la vida de sus homólogos, vivirían su propia vida apropiándose de cuanto pudieran.

Ahora buscan la escalera.

Imagínate, en vez de luchar por un punto de cruce que te lleva a un único universo, la escalera les ofrece una fuente ilimitada de homólogos que remplazar, una fuente ilimitada de posesiones e ingresos, de recursos para su lucha, infinitos universos que usar como su patio de juegos, una vez encontrada, solo pueden crecer.

Lo único que se les resiste actualmente es  precisamente la capacidad de pasar de un universo a otro. Cada punto de cruce solo une dos universos, y el hecho de cruzarlo implica una lucha y un esfuerzo molesto para ellos. Siempre encuentran resistencia, saben que nunca tendrán salvoconducto.

Controla la escalera, y controlarás absolutamente todo, esa molestia desaparecerá, tendrás ante ti todos los cruces reunidos en un único lugar. Lucha por la escalera y ya no tendrás que luchar nunca más.

No piensan en las consecuencias que ello puede conllevar, envidian a los no nacidos porque somos invisibles para el cosmos, nuestros actos son rotundos, lo matado por nosotros, muerto se queda,  y nos acusan de mantener el monopolio de los puntos de cruce. Se niegan a creer en el daño que ellos generan al utilizarlos, nos acusan de mantenerlos en secreto.

-¿Iván te estaba ayudando a encontrar la escalera antes que ellos? –Alex asintió.

-Iván sabía todo esto, al igual que tú y yo, él también era un error de la naturaleza.

Me estaba ayudando a encontrar la escalera antes de que lo hicieran ellos si.

Por desgracia cuando le encontré ya era demasiado tarde, estaba muy metido en la heroína, muchos no nacidos que no saben que lo son acaban en temas parecidos, me sorprende que tú mismo no le siguieras.  Tendemos a la depresión, a sentir que no tenemos valor en este mundo, que nuestras vidas no tienen ningún sentido, y en cierta medida así es, somos errores, no tenemos cabida en este mundo.

Es por ello que nos apoyamos en el vicio y las manías, nos aferrarnos a algo que nos haga sentir la vida, lo convertimos en un mantra que repetimos constantemente para seguir adelante. En tu caso por ejemplo, la ginebra y el tabaco, en el de Iván fue algo más fuerte.

Iván hizo lo que pudo dentro de sus posibilidades, me encontraba con él prácticamente a diario, conocía esta ciudad mejor que yo y sabía dónde empezar a buscar. No me di cuenta de lo cerca que estaban los desaparecidos de nosotros, llegaron a él y murió, nunca me perdonaré haber permitido que le hicieran lo que le hicieron.

No espero que le remplaces, no espero que me ayudes, pero Salamanca se ha convertido en una lucha por el control en el que, te guste o no estás metido, si te quieres quedar, acabarás luchando. 

Iván me hablaba de vez en cuando de ti, de lo orgulloso que estaba de que hubieras conseguido largarte de esta ciudad y de aquel ambiente tóxico en el que se encontraba. A decir verdad no quería que volvieras. Te vi en el entierro y te reconocí en el acto, me juré a mi misma que, al menos, te mantendría informado de lo ocurrido antes de que te vieras metido en algo que no entendieras.

Ahora entiendes. –le miró fijamente a los ojos, los ojos marrones de Alex se habían aclarado con la humedad de las lágrimas. Con cada palabra se notaba el extraño acento ahora más marcado por los sentimientos.

Habían seguido bebiendo mientras Alex hablaba, la camarera apareció solo para llevarse las jarras y traer unas nuevas. Terminaron la botella entre los dos, en silencio, sirviéndose y bebiendo tranquilamente mientras disfrutaban del ambiente de aquel local, mientras disfrutaban de la compañía.

Ahora sonaba “Blood in my name” de The brothers bright.

David no había dicho apenas nada, estaban los dos cansados tanto física como mentalmente, habían sido unos días duros.

-Puede que me hayan seguido hasta aquí. –se le ocurrió por primera vez decir. Extrañamente se había olvidado del peligro al bajar esas escaleras.

-Puedes estar tranquilo, las gemelas tomaron medidas después del ataque de anoche, aquí estaremos seguros hasta que crucemos al otro lado, supuse que necesitabas este momento de descanso después de lo ocurrido, yo al menos lo necesito. –se bebió el último chupito.

-Es increíble, mi cuerpo pide ir a la policía después de haber visto todo lo que he visto. Hoy he presenciado cómo disparaban a varias personas, y ni siquiera ha sido en el mismo momento ni en el mismo lugar. Mi cuerpo me pide gritar pidiendo auxilio y sin embargo se que nadie puede socorrerme.

-Bienvenido a este mundo. No te voy a engañar, tiene más cosas malas que buenas, pero también te puedo decir que el saber quién era y conocer todo esto, extrañamente me dio un propósito para vivir.

No te voy a decir que somos los buenos y que esta es una lucha entre el bien y el mal porque la realidad es que aquí solo hay confusión, pérdida y falsas promesas de algo que no es, todos los participantes nos movemos por intereses propios ya sea económicos, venganza o sentirse útil.

No te voy a decir qué es lo más correcto para hacer, si decides desaparecer y huir de todo esto tienes todo mi apoyo, lárgate, vuelve por dónde has venido, considera esto como un mal sueño. Mi trabajo contigo ha terminado esta noche. –David se quedó mirándola, se la veía muy cansada, el corte en la ceja no era más que un añadido a todas las heridas que debía llevar acumuladas.

-No somos los buenos. –continuó hablando como para sí misma. –solo somos errores de la naturaleza que tratan de mantener las cosas como están, que nos aferramos a esto ya que si no,  no seriamos nada, trabajamos con hipótesis y supuestos como si fueran verdades absolutas, en realidad nadie conoce lo que quiere el cosmos, no estamos seguros siquiera de que exista tal orden.

No, no te diré que somos los buenos aquí, ni siquiera soporto a la gente que se considera buena persona.

No pueden evitar decirte cómo debes comportarte, y si no lo haces como ellos quieren, te censuran y te tachan de extremista considerándote la última mierda a tener en cuenta.

¿Es esa la forma de comportarse de una  buena persona? ¿No aceptando las opiniones que difieran de sus opiniones? ¿Marcando dónde está la línea entre el bien y el mal y separando a las personas en dos grupos, las denostadas y las que tienen la verdad suprema?

Ese aire de superioridad que tienen las supuestas buenas personas se lo pueden meter por el culo. –David soltó una carcajada que le hizo atragantarse con la cerveza que estaba bebiendo, se notaba que el alcohol empezaba a tener su efecto, a decir verdad él también estaba algo contento, había echado de menos aquella sensación de tranquilidad y despreocupación. De cualquier forma eso no le quitaba verdad a sus palabras.

-¿Acaso no te consideras buena persona? –le siguió el juego.

-Me importan demasiado poco las personas como para considerarme eso.

Tampoco me considero mala persona no te equivoques, no le deseo ningún mal a nadie, si alguien necesita ayuda suelo tenderle la mano, simplemente no finjo que me importe nadie más allá de mi círculo cercano, y para serte sincera, han sido muy pocos los que pondría por encima de mí misma.

No finjo que me importe la humanidad en términos genéricos, a mi parecer, y ya puestos a generalizar, la humanidad tiene, y siempre ha tenido, lo que se merece. El individuo para mi es lo importante y hablar más allá de eso, repito, para mí, no tiene ningún sentido.

Es más, si dicho individuo no pertenece a mi círculo cercano, no puedo decir que me preocupe lo más mínimo, no le deseo ningún mal, pero duermo igual de bien ocurra lo que le ocurra.

El bien común no justifica absolutamente nada,  eso lo tengo claro.

Te cuento esto porque tú aun tienes una oportunidad de huir de todo esto y no seré yo quien te la quite.

David lo meditó por un momento, ¿En verdad tenía la oportunidad de dejar todo eso a un lado y hacer como si nada hubiera ocurrido?

-Aunque sea solo por interés propio no tengo otra opción que ayudarte. –dijo finalmente. –me aterra todo lo que esta gente es capaz de hacer, no soy valiente, no soy ningún luchador y, al igual que tú, me importan una mierda las personas, hablando en términos genéricos claro está. Hasta el momento siempre he estado yo y solo yo. He huido siempre que he tenido la oportunidad de hacerlo.

Ahora, sin embargo,  no puedo quedarme con los brazos cruzados sabiendo que aquellos que mataron a Iván y a Jaime siguen con sus vidas como si nada.

-¿Jaime? –David negó con la cabeza como si no tuviera importancia.

-Lo que quiero decir es que no tengo otra opción que continuar con lo que sea que sea esto. –Levantó la jarra de cerveza a la que le quedaba solo el fondo, ella hizo lo mismo brindando.

Los dos sonrieron cansados pero decididos a hacer cuanto estuviera en sus manos.

-Ya es la hora. –la camarera que les había estado sirviendo estaba en esos momentos de pie a su lado, mirándolos divertida. –siento la tardanza, aunque parece que no habéis perdido el tiempo en lo que esperabais.

-David, te presento a Susana, una de las gemelas del Yelinas. –ambos se miraron y saludaron.

-Creo que aun no tienes el tatuaje pero haremos otra excepción contigo dadas las circunstancias. Puesto que ya sabes lo que somos no hará falta que te droguemos tampoco. –dijo divertida. –ahora, si estáis listos, os abriré la arista para que crucéis.

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