domingo, 11 de mayo de 2014

Una foto


    Una mirada, miro esta imagen y solo me puedo fijar en esos ojos marrones cargados… ¿Cargados de qué exactamente? Es un perro y sin embargo, te observa como queriéndote decir algo. Casi hasta te tranquiliza con su forma de ser, su forma de estar completamente tirado sin más preocupaciones que las de vivir el día a día. Muchos deberíamos aprender a estar como él. Te mira… ¿Con tristeza? Bueno eso realmente depende de tu estado actual de ánimo, las cosas se ven diferentes dependiendo del punto de vista de cada uno.

     Este perro nos ha acompañado durante cinco años en nuestra familia, y ahora esta foto me ha hecho recordarle al igual que solo me queda esta casa para recordar los días de infancia que pasé con él.


Miro a mí alrededor y solo veo una casa vieja y vacía que antaño estuvo llena de vida. El goteo de ese grifo que siempre cerró mal me saca una sonrisa  de la cara en un momento en el que hasta el más mínimo detalle de mí alrededor me envía a rememorar eventos pasados que nunca volverán.


Llevo una hora paseando por cada recoveco y aun no me hago a la idea de que esta será la última vez que me pasee por estas habitaciones, el niño que corrió por estos pasillos junto con sus hermanos ya no está y por más que me duela, es hora de pasar página y dejar toda mi infancia a un lado, respiro hondo ese olor a polvo que se concentra en el ambiente y subo las escaleras para despedirme por última vez del dormitorio que me acogió  los años clave de mi vida. Los escalones crujen con cada paso anunciándome que ya no están acostumbrados al peso de un cuerpo humano.


    Entro en aquella habitación completamente vacía y vuelvo a sonreír, demasiados recuerdos escondidos entre esas paredes. La ventana esta sucia y aun así, se puede ver el cuadro que forma con el paisaje del exterior, los colores de las flores alegran esta mañana de primavera en la que he decidido volver para despedirme, a partir de mañana nada de esto existirá, esta casa será derruida hasta los cimientos dando vida a la autopista de la que todo el mundo habla, los colores darán paso al gris del asfalto, la luz de la luna dará paso a la de las farolas.

 
Doy media vuelta y vuelvo a bajar para recoger mis últimas pertenencias encontradas en esta casa durante años deshabitada, salgo por la puerta y apago la luz de esa vela que me ha ido iluminando en el interior y que no se volverá a encender más. Miro la foto de aquel perro, aquella mirada que me genera más tristeza que otra cosa, no me esperaba encontrar con aquel trozo de papel, en su momento no le daría más importancia que a cualquier otra fotografía, pero ahora se había convertido en un recordatorio de todo lo vivido en ese lugar y el único enlace con mi pasado.

5 comentarios:

  1. Te dejé un premio en mi blog! Un abrazo! Me encanta leerte!

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    1. Gracias lunaroja, es todo un honor. Seguimos caminando. Un abrazo.

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  2. Muchas gracias! Me he sentido muy querida y respetada! Es un placer y un honor leerlos,compartir espacios,sueños,emociones,épocas buenas y sequías literarias..todo nos ayuda a crecer y a sentirnos mejor con el entorno,porque gracias a las letras nuestra alma brilla!

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  3. La fotografía captura un sin fin de instantes, miradas, recuerdos, imágenes...
    Muy buenas fotos. Beso

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  4. Ummm me fui contigo en tu viaje y después viaje en el personal.
    Tu sencilla y natural manera de expresarte teniendo a su vez un alto contenido de mensajes intensos es de lo más gratificante y hace que quieras más y más.

    Besos muchos

    tRamos

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