domingo, 25 de mayo de 2014

Yelinash Club (Segundo acto)


Bebe tranquilamente, nunca una cerveza bebida con prisas sienta bien y el hecho de que le estén esperando no es razón para estropearla. La camarera mientras, sigue “limpiando” vasos sin dejar de mirarle de vez en cuando de reojo, atenta a cada movimiento.
Le pega el último trago y se seca las manos mojadas por la condensación con la parte de atrás de su gabardina, no parece importarle lo mas mínimo si se mancha o no, coge su sombrero, y tras volvérselo a poner se da media vuelta dejando un billete de cinco bajo la jarra.
-A la vuelta quiero que me este esperando otra. –sigue sin levantar lo más mínimo la voz. Camina hacia la pared del fondo sin girarse ni por un momento para despedirse de la camarera. Esquiva a un par de personas antes de alcanzar la puerta de madera que hay al fondo con un letrero de “Solo personal”
Respira hondo, agarra el picaporte y entra quedando todo el ajetreo y la música tras de sí. Era hora de trabajar.

Interludio 1.
El mundo está formado por decisiones que tomamos a diario, pero solo algunas decisiones clave hacen que un futuro sea el que es y no otro. Que comas o no galletas en el desayuno no es importante, pero que cojas esa mañana el coche para ir a trabajar en vez del autobús si puede serlo si ese coche está destinado a sufrir un accidente ese mismo día.
A estas decisiones las llamamos Matronas.
Es en ese momento especifico de hacer una cosa en vez de otra cuando el mundo, tal y como lo conocemos, se divide en tantos universos paralelos como elecciones posibles hay por tomar. Universos paralelos tan reales y distintos como que esta mañana he decidido coger el autobús en vez del coche.

Se saca del bolsillo la tarjeta de invitación que había encontrado en el escritorio de su despacho días antes. Una carta, un As de picas pintado la mitad de negro y la mitad de rojo con una frase en el reverso. “Le esperamos el martes a las 21:00 en la Arista del Yelinash Club para determinar los detalles del caso.”

Interludio 2
Estos universos paralelos están separados entre sí ocupando un mismo espacio, pero existen lugares que sirven como puntos de cruce entre ellos, lugares convertidos en bares, restaurantes y demás locales a lo largo de todo el planeta, a través de los cuales, alguien puede pasar de un mundo a otro. Los encargados de guardar el secreto de estos puntos son los llamados Gemelos. Estas personas y sus homólogos (misma persona en distintos mundos) al otro lado, cuidan que nadie ni nada pase de un mundo a otro.

La arista era como cualquier otra que hubiera visto antes, una habitación con dos puertas, una la que acababa de cruzar y otra por la que se pasaba al “otro lado”. De unos cuarenta metros cuadrados,  paredes, techo y suelo recubiertos de unas baldosas de un material brillante parecido al granito gris pulido. En el centro, y como único mobiliario, una mesa de 2x2 de madera de pino con ocho sillas, dos a cada lado, de las cuales, solo quedaba una por ocupar.

Interludio 3
Dos homólogos no pueden existir en una misma realidad ya que alteraría el orden natural de las cosas, como tal, los únicos capaces de cruzar sin ningún peligro son los llamados No nacidos, personas que por elecciones únicas, elecciones que solo se han tomado una sola vez en un único mundo, nacen sin homólogos, es decir, no tienen otro “yo” en ningún otro universo.

Siete personas, ocho con él. Normalmente las reuniones en las que le contrataban como detective eran de no más de tres. Todo aquello le parece extraño pero tras unos segundos de pensarlo se limita a estrecharse de hombros y a tomar su asiento entre todas aquellas personas que le observaban aparentemente igual de sorprendidas. No le importaba lo más mínimo el número de clientes que tuviera siempre y cuando le pagaran tras realizar sus servicios.

Interludio Final
El traspaso de un universo a otro no se realiza de forma directa sino que existe un espacio de transición, una habitación que no pertenece ni a un lado ni a otro, una estancia que no debería existir y sin embargo ahí está. Es esta zona de tránsito la que llamamos La arista y es en ella donde nos encontramos ahora mismo.

9 comentarios:

  1. uh... una puerta que se abre silenciosamente..Nos dejas espiar un trozo de dos universos paralelos, algo entre el escalofrío y la angustia..
    Me ha encantado!

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    1. Gracias amiga, es un relato que lleva en mi mente desde hace tiempo pero que nunca he tenido las ganas suficientes de empezarlo. Solo espero que no se me alargue mucho. Un abrazo.

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  2. Interesante entrada, al parecer la historia física y la metafísica sobre las acciones de las personas y sus implicaciones en la realidad presente o futura.

    Un texto para más de una leída.

    Saludos y felicidades por esto.

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    1. Si, reconozco que es para mas de una leída jaja pero me he empecinado en este relato jaja. Un abrazo Beatriz.

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  3. Te felicito por esta entrada. Interesante trama y muy bien trenzada, Rendan.
    Abrazos y buen finde.

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    1. Un gusto verte de vuelta compañera. ¿Ese paréntesis ya terminó?

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    2. Sí, Rendan. Trabajo por la mañana y curso por la tarde, distintas ciudades, uffff, 200 km diarios, menos mal que ya acabó. He sobrevivido!!!

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    1. Y siempre un placer verte por aquí. Un abrazo compañera.

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